Animados porque Estados Unidos y cinco potencias más no llegaron a un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear tras una semana de conversaciones, defensores de Israel y legisladores del opositor Partido Republicano en este país reclaman al gobierno que redoble la presión económica sobre Teherán y le otorgue al Congreso legislativo poder de veto sobre un pacto definitivo.
«Hemos apoyado las sanciones económicas, aprobadas por el Congreso y promulgadas por el presidente” Barack Obama, “además de las sanciones impuestas a Irán por la comunidad internacional», declararon los senadores John McCain, Lindsey Graham y Kelly Ayotte, tres de los republicanos de línea dura, en un comunicado difundido poco después del anuncio en Viena de que el acuerdo interino entre el P5+1 e Irán se extenderá hasta el 1 de julio, mientras continúan las negociaciones.
El P5+1 está integrado por China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, más Alemania.
«Estas sanciones tuvieron un impacto negativo en la economía iraní y son una de las principales razones para que los iraníes estén ahora en la mesa de negociación», según los senadores.
«No obstante, creemos que esta última extensión de las conversaciones debe acompañarse del incremento de las sanciones y la exigencia de que cualquier acuerdo final entre Irán y Estados Unidos se envíe al Congreso para su aprobación”, añadió la declaración.
«Tras el resultado de esta última ronda” de negociaciones “parecería que los líderes de Irán siguen poco dispuestos a renunciar a sus ambiciones nucleares», aseguró el senador Marco Rubio, un favorito del ala neoconservadora proisraelí y probable aspirante a ser el candidato de los republicanos en las elecciones en 2016.
«Nada de esto cambiará en los próximos meses, a menos que volvamos a la vía de la presión que originalmente llevó a Irán a la mesa» de negociaciones, afirmó.
Legisladores del gobernante Partido Demócrata expresaron su decepción de que no se haya llegado a un acuerdo más amplio, pero defendieron la decisión de prorrogar siete meses más, hasta el 1 de julio, las negociaciones conjuntas entre el P5+1 e Irán, que comenzaron el 24 de noviembre de 2013.
Compartiendo las observaciones formuladas anteriormente por el secretario de Estado John Kerry, quien celebró ocho reuniones con su homólogo iraní, Javad Zarif, en la última semana, la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, señaló que «Irán cumplió con sus obligaciones en virtud del acuerdo provisional y su programa nuclear no solo se ha congelado, sino que se ha invertido”.
“Hoy, Irán está más lejos de la adquisición de un arma nuclear que antes de que comenzaran las negociaciones”, destacó.
«Exhorto a mis colegas en Washington a que sean pacientes, evalúen cuidadosamente los avances logrados hasta el momento y proporcionen a los negociadores estadounidenses el tiempo y el espacio que necesitan para prosperar. El fracaso de las negociaciones es contrario a los intereses de Estados Unidos y podría desestabilizar aún más una región de por sí volátil «, advirtió en un comunicado.
El intercambio de palabras en Washington tuvo lugar luego de la declaración de Kerry tras la conclusión de las intensas conversaciones en Viena.
La esperanza de un acuerdo permanente que limite la actividad nuclear de Irán durante algunos años a cambio del levantamiento de las sanciones que Estados Unidos y la comunidad internacional impusieron a Teherán creció en el correr de la semana, pero descendió abruptamente el domingo 23, cuando los negociadores occidentales hablaron por primera vez de extender el acuerdo interino, en lugar de celebrar uno más amplio.
Kerry insistió el lunes 24 que se había alcanzado un «progreso real y sustancial» en esta última ronda de conversaciones, pero que «los puntos importantes de desacuerdo» siguen sin resolverse.[related_articles]
La mayoría de los analistas creen que entre los obstáculos se encuentran el tamaño y el alcance del programa de enriquecimiento de uranio de Irán. En concreto, el número de centrifugadoras que se le permitirá operar y la cantidad de años que el programa será objeto de limitaciones e inspecciones internacionales.
Kerry pidió al Congreso estadounidense que no actúe de una manera que pueda sabotear la extensión del acuerdo preliminar, por el cual Irán accedió a reducir parcialmente su programa nuclear a cambio de la flexibilización de algunas sanciones.
«Espero que lleguen a entender la sabiduría de dejarnos… algunos meses para poder proceder sin enviar mensajes que puedan ser malinterpretados», declaró. «Seríamos tontos si nos alejáramos” de la mesa de negociaciones, subrayó Kerry.
El objetivo, dijo, es alcanzar un amplio acuerdo marco en marzo y luego afinar los detalles para el plazo del 1 de julio. El acuerdo preliminar se acordó en 24 de noviembre, pero su puesta en práctica no se definió hasta la segunda mitad de enero.
Está por verse si el pedido de paciencia de Kerry tendrá éxito en los próximos meses. Los republicanos, que favorecieron más sanciones contra Irán, incluso después de la firma del acuerdo preliminar, ganaron nueve escaños en el Senado y controlarán ambas cámaras en el nuevo Congreso cuando este comience a sesionar en enero.
Si el Poder Legislativo aprueba más sanciones contra Teherán, como pretenden McCain, Rubio y otros “halcones” republicanos, el presidente Obama podría vetarlas. Pero para mantener el veto, deberá contar con el apoyo de al menos dos tercios de los aproximadamente 40 senadores demócratas.
Eso podría ser problemático dada la influencia del lobby de Israel dentro del Partido Demócrata.
De hecho, el presidente saliente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Robert Menéndez, afirmó el lunes 24 que los esfuerzos del gobierno «no habían prosperado» y sugirió que apoyaría un «enfoque de doble vía, de diplomacia y presión» contra Irán en el próximo período legislativo.
El Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, en inglés), el principal grupo de presión israelí en Estados Unidos, también reclamó el lunes 24 «una nueva legislación con sanciones… que haga saber a Teherán que enfrentará una presión mucho más severa si no abandona claramente su programa de armas nucleares”.
Ese mensaje fue similar al del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que habría conversado personalmente con cada uno de los mandatarios del P5+1 este fin de semana, y que, incluso antes de que la extensión se anunciara oficialmente, expresó alivio porque no se alcanzó un acuerdo integral contra el cual hizo campaña sin parar en el correr del año.
«El acuerdo al que Irán aspiraba era pésimo”, dijo a la cadena de noticias británica BBC. “El hecho de que no haya acuerdo ahora le brinda” a las potencias mundiales “la oportunidad de… reforzar las” presiones económicas “contra Irán”, manifestó.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga