Importantes empresas de joyería de Estados Unidos comenzaron a dar pasos para eliminar el «oro de conflictos armados» de sus cadenas de suministro, según una investigación publicada el lunes 24.
Activistas, con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas, advierten desde hace años que las ganancias obtenidas con las minas financian a los grupos armados de la región de los Grandes Lagos de África, sobre todo en la parte oriental de República Democrática del Congo (RDC).[pullquote]3[/pullquote]
En 2010, Estados Unidos adoptó una ley histórica con el fin de frenar este comercio, que a su vez generó iniciativas legislativas similares en la Unión Europea y Canadá.
Tres de los más problemáticos de estos «minerales de guerra», el estaño, el tantalio y el wolframio o tungsteno, conocidos como los 3T por sus nombres en inglés, son utilizados principalmente por la industria electrónica. En los últimos años, este sector avanzó mucho en la certificación y la regulación del uso de estos materiales.
No obstante, se ha avanzado poco con respecto al oro, el cuarto mineral de guerra de la región de los Grandes Lagos.
«Más de dos tercios de las minas de 3T del este del Congo están hoy libres de guerra», sostiene el informe de Enough Project, una organización no gubernamental con sede en Washington.
«El oro, sin embargo, sigue siendo un importante salvavidas financiero para los actores armados. En 98 por ciento se trata del oro extraído artesanalmente… se contrabandea del país cada año, y gran parte… beneficia a los comandantes armados”, destaca la investigación de un año de duración.
La misma calcula que en 2013 se contrabandearon de ocho a diez toneladas de oro del este de RDC, equivalentes a más de 400 millones de dólares, principalmente a través de los países vecinos de Uganda y Burundi, hacia Dubai. Desde allí, la mayor parte del mineral ingresa al mercado mundial de forma anónima.
La industria de la joyería, por su parte, es la mayor consumidora de oro, equivalente a poco menos de la mitad de la demanda mundial. «Por lo tanto, el oro de guerra contamina a la industria en su conjunto», advierte el informe.
Pero la investigación de Enough Project señala que el sector comienza a reaccionar ante estas inquietudes. La organización analizó las acciones pasadas y prometidas por 14 de las mayores empresas joyeras y minoristas en Estados Unidos, que pertenecen a un sector valorado en unos 5.000 millones de dólares al año, y halló una diversidad de iniciativas en marcha.
Al parecer, algunas compañías no tomaron iniciativas relacionadas con los minerales de conflicto. Tres empresas obtuvieron cero puntos en la investigación, mientras que otras, como las grandes tiendas minoristas Wal-Mart, Sears y Costco, tuvieron un puntaje muy bajo.
Por otro lado, los investigadores encontraron algunas empresas clave que adoptaron pasos importantes y que podrían repercutir en el resto.
«Queríamos concentrarnos en las empresas minoristas de joyería líderes en Estados Unidos, debido a su influencia sobre el sector. Queríamos llevar las lecciones aprendidas en nuestra experiencia con la industria de la electrónica, referidas a que las empresas líderes pueden mover a toda una industria», señaló Holly Dranginis, analista de Enough Project y autora principal del informe, en diálogo con IPS.
«Pocos años atrás, las empresas de joyería eran bastante resistentes a avanzar en esto, pero actualmente tienen un interés claro en apoyar la paz y saber más sobre el papel que pueden desempeñar en este asunto. Encontramos a dos líderes muy claras entre las 14” empresas que abarcó la investigación, explicó, en referencia a dos de las marcas de joyas más reconocibles del mundo, Signet Jewelers y Tiffany & Co.
El informe reconoce también a las empresas de comercio minorista JC Penney Company, Target Corp. y Cartier.
Enough Project envió un cuestionario a estas empresas y Signet y Tiffany recibieron las calificaciones más altas. Según Dranginis, lo que diferencia a estas empresas es simplemente el hecho de que hayan aplicado políticas relativas al origen del oro de la región de los Grandes Lagos africanos.
En los últimos tres años, por ejemplo, Signet se comprometió a seguir adquiriendo oro certificado de RDC, en lugar de obtenerlo de otro país. La compañía también puso sus estrategias de abastecimiento a disposición de otras empresas del sector.
«Vemos nuestra participación en la orientación y las normas de la industria y del sector del oro y el desarrollo e implementación de los Protocolos de Adquisición Responsable de Signet como parte de una iniciativa más amplia que garantice prácticas empresariales responsables a lo largo de toda la cadena de suministro de joyas, para el oro y los demás materiales», aseguró David Bouffard, vicepresidente de Signet Jewelers, en un comunicado remitido a IPS.[related_articles]
«Es importante que nuestros” protocolos “sean abiertos y públicos para que cualquiera en la industria los pueda utilizar, y que los proveedores de Signet pueden utilizarlos para su beneficio en sus relaciones con otros clientes”, añadió.
Tiffany, por su parte, procura ayudar a las poblaciones locales, en particular a los pequeños mineros y sus familias. Ambas compañías tienen ejecutivos individuales con un interés específico en el tema.
«Una de las preocupaciones ha sido que el cumplimiento” de la legislación estadounidense referida a los minerales de conflicto “llevó a algunas empresas a pensar que debían abandonar la región para adquirir materiales en otro lado”, explicó Dranginis.
«Es fundamental el apoyo a las iniciativas comunitarias en la región ya que los cambios del mercado afectan a una gran cantidad de comunidades. También tenemos que asegurar que los mineros de oro y sus familias reciban un apoyo integral, con proyectos sostenibles, medios de vida alternativos, inclusión financiera y temas relacionados”, agregó.
Capacidad de certificación
Un sistema de certificación es esencial en todo intento de seguimiento y regulación de una materia prima. Y así como la industria electrónica utilizó las fundiciones de metales como elementos claves en este proceso, la industria del oro también comenzó a certificar a las refinerías del mineral.
Según el informe de Enough Project, en 2012 solo seis refinerías de oro estaban certificadas como «libres de guerras» por una de estas iniciativas, el Programa de Fundiciones Libres de Conflictos. Dos años más tarde, ese número subió a 52, aunque «todavía quedan muchas refinerías fuera del sistema», señala el estudio.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga