San Vicente y las Granadinas se toma en serio el cambio climático

En esta comunidad de San Vicente y las Granadinas, mucha gente construye sus casas en los márgenes de un río, dejándolas vulnerables a crecidas e inundaciones. Crédito: Desmond Brown/IPS.

Glenda Williams vivió toda su vida en esta comunidad de Pastures, en el este de la isla caribeña de San Vicente. Ha visto la zona inundarse por tormentas en innumerables ocasiones. Pero las últimas dos veces fueron más “severas y atemorizantes” que todas las anteriores.

“La última vez que el río se desbordó llegó a un terreno de juego y la gente pescaba allí. Esta vez (por el 24 de diciembre de 2013), fue peor”, relató Williams, de 48 años, en diálogo con IPS.

Las inundaciones de diciembre de 2013, que también afectaron a Dominica y a Santa Lucía, fueron causadas por cientos de milímetros de agua, lo que destruyó granjas y otro tipo de infraestructura, además de dejar 13 personas muertas.

El primer ministro Ralph Gonsalves dijo a IPS que San Vicente y las Granadinas tiene un gran problema por la degradación forestal, que empeoró las últimas inundaciones.

Gleanda Williams, de San Vicente, relata la tormenta de abril de 2011 y diciembre de 2013 que dejó 13 personas muertas. Crédito: Desmond Brown/IPS
Gleanda Williams, de San Vicente, relata la tormenta de abril de 2011 y diciembre de 2013 que dejó 13 personas muertas. Crédito: Desmond Brown/IPS

Los desechos que quedaron de la tala, explicó Gonsalves, “contribuyen al bloqueo de los ríos, y cuando estos desbordan sus márgenes, tenemos este tipo de inundaciones y desastres”.

“Hay dos tipos de personas que cortan árboles, unas lo hacen para vender madera, y otras, para limpiar la tierra y plantar marihuana”, indicó. “Y no los trozan, entonces los troncos quedan ahí, y cuando llueve y hay deslizamientos de tierra, caen al río”, explicó.

El embajador de este país ante la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), Ellsworth John, dijo que la tala de bosques es un asunto grave que hay que tratar con prontitud.

“El gobierno lo está siguiendo de cerca. La tala de la vegetación en nuestra selva quizá no se hace de forma adecuada y es algo que tiene que formar parte de la planificación vinculada al cambio climático”, reconoció.

Gonsalves reconoció que la vigilancia del bosque era una tarea difícil, pero añadió: “si no atendemos el asunto, tendremos muchos problemas”.

San Vicente fue sede de una conferencia sobre cambio climático en el marco del proyecto RRACC (Llamando a la Región a la Acción contra el Cambio Climático, en inglés), de la OECO y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

El RRACC es un proyecto de cinco años, lanzado en 2011, para ayudar a los gobiernos de la OECO a fortalecer su resiliencia mediante la implementación de medidas de adaptación al cambio climático.

El proyecto se concentrará especialmente en crear un ambiente propicio para políticas y leyes que reduzcan la vulnerabilidad climática, realizar intervenciones en agua dulce y gestión costera para construir resiliencia, aumentar la conciencia sobre temas vinculados al cambio climático y mejorar las capacidades de adaptación al fenómeno.

El subdirector y asesor científico del Centro de Cambio Climático de la Comunidad del Caribe, Ulric Trotz, dijo a IPS que con el cambio climático, San Vicente y las Granadinas debía esperar similares eventos extremos en el futuro.

“Con temperaturas más cálidas, mares más tibios, hay más humedad en la atmósfera, entonces ahora cuando llueve es un diluvio. Es fuerte y habrá más precipitaciones en períodos breves como nunca antes”, indicó.

“Los sistemas de drenaje no fueron pensados para ese volumen de agua. Una casa, por ejemplo, en una ladera, sería estable en condiciones normales, pero con las fuertes lluvias, las pendientes se vuelven inestables, hay deslizamientos de tierras y se pierden propiedades materiales y vidas; los ríos revueltos arrasan con viviendas que están en situación vulnerable”, añadió.[related_articles]

Gonsalves dijo que entre 2011 y 2014, este país gastó más de 600 millones de dólares en proyectos de reconstrucción debido a las tormentas.

En septiembre de este año, la Unión Europea (UE) informó que destinaría unos 16,7 millones de dólares en asistencia económica a San Vicente y las Granadinas y a Santa Lucía, debido a los devastadores eventos climáticos que sufrieron en diciembre de 2013.

Este país, que sufrió los peores daños, recibirá 8,64 millones de dólares y Santa Lucía unos 8,24 millones de dólares.

La asistencia a largo plazo para la reconstrucción se sumará a los 500.000 dólares de emergencia que ofreció la UE a las poblaciones damnificadas en ambos países tras la tormenta.

Los fondos se destinarán a la reconstrucción de infraestructura clave dañada por las inundaciones y a la construcción de resiliencia, para lo cual se mejorará la protección de los ríos, se estabilizarán las pendientes en vastas zonas de estos dos países.

“Este apoyo muestra el compromiso de la UE con la reconstrucción de ambos países y resalta la solidaridad de Europa con el Caribe, que reconocemos como una de las regiones más vulnerables del mundo”, señaló el jefe de la delegación de la UE para Barbados y el Caribe Oriental, el embajador Mikael Barfod.

La UE también ofreció 25,4 millones de dólares para el programa regional de la Agencia del Caribe para la Gestión de Emergencia de Desastres, que fomenta medidas para reducir el riesgo de ocurrencia.

Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme

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