Marcos Gálvez, integrante de la Mesa Nacional Frente a la Minería de El Salvador, calificó a la minería como “un dulce envenenado”, porque el empleo que aporta es temporal mientras los daños ecológicos y sociales alteran la vida de la gente a muy largo plazo.
En una entrevista con IPS, este activista y experto en la actividad extractiva, explica porque las comunidades rurales del país centroamericano se unieron en un “NO a la minería metálica”, subraya que es falso que exista una minería verde y reafirma que no basta con más regulación de la actividad.
Lo que las comunidades que tienen yacimientos en su entorno demandan, explica, es que el gobierno prohíba por ley la exploración y la explotación minera en el país.