“No muerdas la mano que te da de comer”, advierte un antiguo proverbio que es, también, un axioma político, recordó un diplomático asiático.
Pero ese adagio no se aplica a Israel. Aunque Estados Unidos lo sostiene militarmente, el gobierno israelí no tiene reparos en arremeter contra Washington si este llega a criticar los asentamientos ilegales o las violaciones de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados en la Franja de Gaza.
Aunque su supervivencia militar depende en gran medida de las armas de origen estadounidense bajo su poder, Israel despotricó contra Estados Unidos el 28 de julio y describió extraoficialmente el apoyo del secretario de Estado John Kerry a un plan de paz en Gaza como “un atentado terrorista estratégico”.[pullquote]3[/pullquote]
“Sencillamente no es la manera en que socios y aliados se tratan entre sí”, declaró la portavoz del estadounidense Departamento de Estado, Jen Psaki, enojada por las críticas.
No obstante, Washington, fiel a la norma, continuó encajando los golpes que Israel le propina, en el acierto o el error, en un verdadero acto de masoquismo político.
“Mientras Israel continúa mordiendo la mano que le da de comer, Estados Unidos sigue alimentando a la mano que lo muerde”, comentó el diplomático asiático a IPS.
A pesar de la virulencia de Israel, la administración del presidente Barack Obama se apresuró a entregarle 225 millones de dólares en municiones y repuestos como ayuda de emergencia en los últimos días para reforzar la defensa israelí en el conflicto desatado el 8 de julio contra el movimiento islamista palestino Hamás.
Ambos bandos reanudaron el combate este viernes tras una tregua de 72 horas.
“Si el gobierno de Obama hubiera querido influir durante los últimos ataques israelíes en Gaza, podría haber amenazado con cortar la ayuda militar hasta que Israel cesara los ataques desproporcionados que mataron a gran cantidad de civiles”, argumentó William D. Hartung, director del Proyecto de Armas y Seguridad del Centro para la Política Internacional.
En cambio, el gobierno de Estados Unidos volvió a suministrar a Israel con armas en medio del conflicto, señaló.
“El gobierno de Estados Unidos sigue actuando como un facilitador para la masacre de los palestinos por parte de Israel en Gaza”, dijo Norman Solomon, director del Instituto para la Precisión Pública, a IPS.
La retórica humanitaria de la administración de Obama funciona en tándem con la enorme ayuda militar y de inteligencia que Washington brinda a Israel, añadió.
En julio, a medida que se intensificaba el conflicto de Gaza, la Casa Blanca dio una inequívoca luz verde para que Israel masacrara a los palestinos, afirmó Solomon, cofundador y coordinador de RootsAction.org, un grupo activista de Estados Unidos con 450.000 miembros.
La relación bilateral de ambos países combina la tragedia y la farsa de forma macabra, añadió. Los dos naturalizaron la matanza cotidiana de la población civil en Gaza como algo meramente incidental a los intereses geopolíticos de ambas potencias militares, sostuvo Solomon.
Aproximadamente 1.875 palestinos, incluidos 426 niños y niñas, murieron en el conflicto hasta la fecha, casi todos ellos como consecuencia de las armas estadounidenses.
En contraste, Israel tuvo un saldo de 64 soldados y tres civiles muertos.
Un estudio preliminar realizado por organizaciones internacionales indica que los bombardeos israelíes destruyeron 37 mezquitas, 167 escuelas, seis universidades y más de 10.000 viviendas en Gaza.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, declaró ante la Asamblea General el miércoles 6 que el derecho internacional humanitario exige claramente que todas las partes protejan a la población civil y a las instalaciones civiles, lo que incluye al personal y a los locales del organismo mundial.
Nada simbolizó más el horror desatado en la población de Gaza que el repetido bombardeo de las instalaciones de la ONU que albergaban civiles, a quienes se les dijo expresamente que allí encontrarían un refugio seguro, agregó Ban.
«Esos ataques fueron escandalosos, inaceptables e injustificables», exclamó.
«Nuestra bandera de la ONU debe respetarse y garantizarse la protección a quienes la necesiten. Los refugios de la ONU deben ser zonas de seguridad, no zonas de combate. Quienes violen esta sagrada confianza deberán someterse a la rendición de cuentas y la justicia”, advirtió el secretario general.
En el bombardeo más reciente de un centro de la ONU, los funcionarios del organismo internacional habían informado las coordenadas del mismo a las autoridades israelíes en 33 ocasiones, explicó Ban.
El miércoles 6, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lamentó las bajas civiles, pero atribuyó la culpa a Hamás.
«Cada víctima civil es una tragedia, una tragedia que es obra de Hamás», declaró.
Aunque Israel tiene su propia capacidad de producción, sus fuerzas armadas dependen mucho de la ayuda de Estados Unidos, aseguró Hartung a IPS.
Los ataques israelíes en Gaza utilizaron principalmente armas fabricadas en Estados Unidos y pagadas por los contribuyentes de ese país, como los aviones de combate F-16, bombas y municiones, explicó.
En total, Estados Unidos entregó más de 25.000 millones de dólares en ayuda militar a Israel a partir del año 2000, todo en forma de subvenciones no reembolsables, precisó.
Aunque Alemania Canadá, Francia, Italia y otros países también proporcionaron armas a Israel, sus ventas son una fracción de lo que le ofrece Estados Unidos, agregó Hartung.[related_articles]
“Ni la angustia que pueda expresar Obama ni su aversión personal por Netanyahu hizo alguna diferencia para el gobierno de Israel”, dijo Solomon a IPS.
Tel Aviv puede contar con los constantes lugares comunes de Washington referidos a la búsqueda de una solución a través de un proceso de paz, añadió.
Con la complicidad del gobierno de Estados Unidos, Israel optó por la mano dura que aterroriza a la población civil de Gaza, comentó Solomon.
Este modo estadounidense-israelí de trabajar sigue siendo sumamente funcional en términos de la cobertura diplomática, la ayuda militar y de inteligencia. En términos humanos, los resultados siguen siendo catastróficos para los palestinos, subrayó.
Antes de los atentados en Estados Unidos del 11 de setiembre de 2001, el erudito Eqbal Ahmad expresó una verdad que es más convincente y crucial que nunca: una superpotencia no puede fomentar el terror en un lugar y esperar desalentar el terrorismo en otro lado. Eso no funcionará en este mundo empequeñecido.
Ahmad falleció, pero sus palabras siguen vivas. Son verdaderas y condenan el papel de Estados Unidos como facilitador de la matanza colectiva perpetrada por Israel, afirmó Solomon.
Editado por Kitty Stapp/ Traducido por Álvaro Queiruga