América Latina con el desarrollo humano a medio hacer

Leobardo Gómez, de 44 años, trata de sobrevivir tocando la armónica por las calles de Ciudad de México, porque las secuelas de un accidente no le permiten realizar su oficio de albañil. Crédito: Emilio Godoy/IPS

El albañil Leobardo Gómez acumula nueve meses sin trabajar, desde que en octubre resbaló mientras laboraba en una construcción en el este de la capital de México y cayó hasta la calle. 

“Me quebré dos costillas y aún no puedo trabajar. El doctor me dijo que tengo que reposar y el seguro social ya no me cubre. El cuerpo todavía me duele”, lamentó a IPS el hombre de 44 años, que migró a Ciudad de México desde el sureño estado de Puebla.

“Mientras me reacomodo”, Gómez deambula por cafés y restaurantes tocando la armónica a cambio de unas monedas por escuchar alguna de las 10 canciones que sabe, pese a haber trabajado desde muy joven.

Por casos como éste, América Latina y el Caribe debe impulsar el acceso universal a servicios sociales y políticas de empleo formal para avanzar en desarrollo humano, cuyos índices mejoraron en los últimos años, recomiendan el PNUD y especialistas.[pullquote]1[/pullquote]

En su “Informe sobre Desarrollo Humano 2014. Sostener el progreso humano: reducir vulnerabilidades y construir resiliencia”, difundido el jueves 24, el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) destaca que la región tiene el índice más alto de desarrollo humano (IDH) en comparación con otras regiones en desarrollo.

Pero, al mismo tiempo, alerta de que el progreso se ralentizó los últimos cinco años en comparación con el lapso 2000-2008 y las vulnerabilidades persistentes amenazan con revertir los logros alcanzados.

“La desigualdad es el principal problema. La igualdad tiene una relación inherente con la conformación del Estado, que ha dependido de las elites por mucho tiempo, pensando que hay una mano invisible que en realidad nunca ha existido y sin reconocer el valor de la ciudadanía”, dijo a IPS la experta en equidad Emilia Reyes.

La coordinadora de Políticas y Presupuesto Público con Enfoque de Género de la no gubernamental Equidad de Género: Ciudadanía, Trabajo y Familia planteó que “es hora de hacer una lectura estructural del desarrollo, para ver los impactos sociales y ambientales de la concentración de esa riqueza”.

“En América Latina no tenemos un esquema de desarrollo sustentable”, sentenció.

EL IDH, donde uno es el nivel óptimo y 0 el más bajo y que mide la longevidad, el nivel de vida y la educación, pasó en América Latina de 0,73 en 2010 a 0,74 en 2013. Chile es el mejor ubicado, con 0,82, seguido por Cuba y Argentina, con 0,81 ambos, mientras que entre los países con índices más bajos están Haití, Nicaragua y Honduras.

Entre 2010 y 2013 la permanencia escolar y la expectativa de quedarse en la escuela prácticamente no variaron. Lo que sí creció fue el ingreso por persona, de 12.926 dólares a 13.767.

El PNUD alerta que la región experimentó una pérdida del ritmo de avance en desarrollo humano de 25 por ciento desde 2008. Además, destaca que a pesar de registrar la mayor caída en la desigualdad, la región sigue siendo la más desigual del mundo en términos de ingresos.

“La inequidad se redujo en América Latina y el Caribe debido a la expansión de la educación y las transferencias públicas hacia los pobres”, cita el documento, que analiza los datos de 187 países.

El informe menciona cuatro naciones de la región con inequidad creciente entre 1990 y 2012, 14 con inequidad a la baja y dos sin tendencia definida.

En 14 países latinoamericanos y caribeños, la pobreza multidimensional escala a casi siete por ciento, mientras 9,5 por ciento está en riesgo de caer en ella.

“El avance y crecimiento de los indicadores debe tomarse con cautela, porque solo se ve reflejado en una pequeña parte de la población, la que experimentó el incremento de bienestar, dijo la académica Liliana Rendón, de la facultad de economía de la pública Universidad Autónoma del Estado de México.

La docente resaltó que el IDH está acompañado de una creciente desigualdad de ingresos. “La población pobre no sufre solo la falta de ingresos, pues la pobreza incluye carencias en salud, educación y otros temas. Se deben traducir los ingresos en bienestar, considerando aspectos sociales, ambientales y políticos”, planteó.

A pesar del fuerte crecimiento de la productividad, los salarios reales en el mundo han permanecido estancados. Pero en la región subieron 15 por ciento entre 2000 y 2011.

Asimismo, el empleo vulnerable se redujo de casi 36 por ciento en 2010 a 31,5 por ciento en 2012 y los trabajadores pobres que viven con menos de 1,25 dólares diarios disminuyeron dentro del total de la fuerza laboral en ese lapso.

El PNUD aconseja la prestación universal de servicios sociales básicos, políticas más fuertes de protección social y el pleno empleo como medios para promover y asegurar el avance en desarrollo humano.

Al mismo tiempo, con esos dos elementos reducirían las vulnerabilidades, entre cuyos detonantes enlista las crisis financieras, las fluctuaciones de los precios de los alimentos, los desastres naturales y la violencia criminal.

Una de las novedades del reporte es la inclusión del Índice de Desarrollo de Género, América Latina y el Caribe ocupa el primer lugar entre las regiones en desarrollo.[related_articles]

Argentina, Barbados y Uruguay califican entre los 16 países en el mundo en el que los valores del IDH para las mujeres son iguales o superiores a los de los hombres.

“El Estado no puede generar un desarrollo económico, social y cultural con solo 49 por ciento de la población, la masculina, porque las mujeres enfrentan barreras irremontables para acceder a esas esferas. Eso implica reducir esquemas de discriminación, ampliar oportunidades y reconocer obstáculos para la protección social”, sostuvo Reyes.

El PNUD recomienda también la creación del Fondo Monetario Latinoamericano para acumular reservas, estabilizar tasas de cambio, proveer de fondos de corto plazo a sus miembros y ofrecer vigilancia.

La región ya cuenta con el Fondo Latinoamericano de Reservas, constituido en 1976 e integrado por Costa Rica, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Paraguay. Esos países han pagado un capital total de 2.370 millones de dólares.

“La desigualdad frena el desarrollo, por lo que las políticas públicas deben encaminarse a lograr una sociedad más igualitaria. Las políticas públicas deberán enfocarse a invertir más y mejor en la lucha contra la pobreza, con mejores efectos redistributivos”, planteó la académica Rendón.

A su juicio, “esto se logrará con un crecimiento económico sostenido que permita invertir en salud y educación de manera universal y garantizar la calidad de dichos servicios”.

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