El gobierno de Teherán reclama que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) finalice la investigación del desarrollo de Irán de detonadores de explosivos que podría indicar un programa secreto de armas nucleares, según esa institución.
El director general de la AIEA, Yukiya Amano, se niega a archivar el expediente sobre este asunto, que es el primero que ambas partes aceptaron resolver en el marco de un acuerdo sobre las “posibles dimensiones militares”, según la agencia, del programa nuclear iraní.
En su oficina de Teherán, el director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi, dijo a IPS que la AIEA debería haber concluido la investigación acerca del detonador para cumplir, según él, con lo que ambas partes acordaron sobre los procedimientos a llevar a cabo en el marco de cooperación que aceptaron en febrero de este año.[pullquote]3[/pullquote]
“Según mi leal saber y entender, llegaron a la conclusión de que lo que Irán ha dicho está en consonancia con sus conclusiones”, dijo Salehi durante la entrevista, en referencia a los funcionarios de la AIEA.
El uso de la expresión “en consonancia con” la información que la AIEA recibió de otras fuentes sería idéntica a la que utilizó el organismo cuando concluyó su investigación de seis “problemas no resueltos” que acordó solventar con Irán en agosto de 2007.
Salehi dijo que la AIEA accedió a hacer lo mismo en lo que respecta a los temas incluidos en el “marco de cooperación” actual.
«Acordamos que una vez que nuestras explicaciones fueran suficientes para llevar esto a una conclusión ellos tendrían que cerrar ese tema”, aseguró.
«No deberían mantener la cuestión abierta», añadió Salehi, que recibió educación universitaria en Estados Unidos.
El último informe de la AIEA, del 23 de mayo, confirmó que Irán presentó documentos al organismo que respaldaban la postura iraní de que había realizado experimentos con puentes explosivos (EBW, por sus siglas en inglés) con fines civiles y no como parte de un programa de armas nucleares.
La agencia de noticias Reuters reportó el 20 de mayo que la AIEA le pidió a Irán que le proporcionara “documentos de verificación” que respaldaran la afirmación iraní de que Teherán tenía una razón válida para el desarrollo de un programa de detonador EBW.
Sin embargo, el diario inglés The Telegraph citó el 23 de mayo a un “alto funcionario cercano al expediente de Irán”- vale decir, de la AIEA-, que declaró que aún era “demasiado pronto” para decir que la información iraní es “creíble”.
No obstante, Amano declaró el 2 de junio que la AIEA brindaría una evaluación de su investigación sobre el tema del detonador “a su debido tiempo, después de tener una buena comprensión de todo el panorama”.
A diferencia del plan de trabajo de agosto de 2007, que concluyó con el cierre de expedientes sobre seis asuntos diferentes que se analizaron durante casi cinco años, el acuerdo marco de febrero no se divulgó, por lo cual la afirmación de Salehi no pudo confirmarse de forma independiente.
La portavoz de Amano, Gill Tudor, no respondió directamente cuando IPS le pidió una respuesta de la AIEA a las declaraciones de Salehi referidas a que el organismo aceptó cerrar la investigación una vez que Irán facilitó la información necesaria y que había aceptado la validez de la explicación de Teherán.
En un correo electrónico enviado a IPS el jueves 19, la portavoz dijo, “como precisó el director general, el enfoque de la Agencia consiste en considerar cada tema y luego ofrecer una evaluación después de que tengamos una buena comprensión de todo el panorama”.
La declaración de Amano fue pensada claramente para indicar que él no tiene intención de despejar a Irán de la sospecha sobre el programa del detonador hasta que se resuelva la cuestión más amplia de las “posibles dimensiones militares” del programa nuclear iraní.
La negativa de la portavoz de negar las afirmaciones de Salehi implica que estas reflejan con acierto tanto el acuerdo marco no divulgado como aquello que los funcionarios de la AIEA dijeron a los iraníes el 20 de mayo.
Al parecer, Amano pretende aplazar su aceptación oficial de la documentación iraní hasta que se alcance un acuerdo entre Irán y los países del P5+1, integrado por China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, más Alemania.
Es improbable que se resuelva a corto plazo el asunto de las “posibles dimensiones militares”, que implica la autenticidad de una gran cantidad de documentos originados en un presunto programa secreto iraní de investigación de armas nucleares entre 2001 y 2003.
Amano se comprometió a apoyar la política de Estados Unidos hacia Irán a cambio del respaldo de Washington a su candidatura para reemplazar al entonces director de la AIEA, Mohamed El Baradei, en 2009, según un cable diplomático publicado por Wikileaks, la organización que divulga informes y documentos secretos que considera de interés público.
Desde que asumió en noviembre de 2009, Amano no se alejó de la postura de Estados Unidos y el P5+1 de que Irán tuvo un programa de armas nucleares en el pasado.
Desde el principio, Irán denunció que los documentos son fraudulentos, y El Baradei y otros funcionarios de alto rango creen que probablemente fueron falsificados por un servicio de inteligencia extranjero, según fuentes publicadas. Un exfuncionario de la AIEA que pidió no ser identificado confirmó la opinión de El Baradei a IPS.
No obstante, bajo la presión del gobierno estadounidense de George W. Bush (2001-2009), la AIEA consideró “creíbles” a los documentos a partir de su informe de mayo de 2008.
Hasta que Teherán mostró la documentación requerida a los funcionarios de la AIEA en mayo, el organismo sostuvo que Irán seguía bajo sospecha porque reconoció que realizó un programa de investigación y desarrollo del detonador EBW con fines civiles y militares convencionales, pero sin aportar pruebas.[related_articles]
En su primera referencia al asunto, el informe de la AIEA de mayo 2008 señaló que Irán “reconoció que había realizado pruebas simultáneas con dos o tres detonadores EBW», pero que “esto fue destinado a aplicaciones civiles y militares convencionales”.
Así, el informe llevaba al lector a inferir que Irán había reconocido la autenticidad de los documentos sobre el detonador EBW que se le pidió explicar y que intentó describirlos como carentes de fines nucleares.
Pero el informe no aclaró que los experimentos descritos en el documento objeto de la investigación incluían detonadores EBW que detonaban a un ritmo de 130 nanosegundos, ocho veces más rápidos que los reconocidos por Irán, tal como había revelado el entonces subdirector general Olli Heinonen en una comunicación dirigida a los estados miembros en febrero de 2008.
Basado en la premisa falsa de que Irán admitió haber llevado a cabo los experimentos señalados por los documentos de inteligencia, la AIEA exigió que Teherán proporcionara los detalles de su programa de desarrollo EBW y permitiera visitas al sitio donde se realizaron los experimentos EBW.
El objetivo de ese requisito parece haber sido el de provocar el rechazo de Irán, que entonces sería tomado como evidencia de su falta de cooperación. Cuando Teherán se negó a brindar información sobre sus aplicaciones militares convencionales de la tecnología EBW, que era evidentemente secreta, el gobierno de Barack Obama y sus aliados aprovecharon para justificar nuevas sanciones económicas internacionales contra el país.
La idea de que Irán está obligado a demostrar una necesidad legítima de utilizar la tecnología EBW sin fines nucleares es falsa. El desarrollo iraní de misiles antibuque está bien documentado, así como que este tipo de armas utiliza la tecnología EBW para sus mecanismos de disparo.
Teherán aparentemente resolvió el problema al proporcionar pruebas documentales de una o más aplicaciones civiles de la tecnología EBW en Irán.