Hay pocas experiencias más frustrantes que cuando el mal tiempo causa retrasos en nuestros planes de viaje. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), esto puede ser algo a lo que habrá que acostumbrarse en el futuro.
Pero los humanos no son los únicos viajeros globales, y para millones de animales que migran en todo el mundo, viajar no será solo más frustrante, se puede convertir en una cuestión de supervivencia.
A fines de marzo, el IPCC publicó el quinto informe de evaluación de losimpactos,adaptación y vulnerabilidad ante el cambio climático. Con este documento, queda claro que viajar será un desafío en el futuro.
Si hubiera un cambio de solamente un grado centígrado en la temperatura media global, se predice que fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, tormentas e inundaciones costeras serán más frecuentes. Y esto es una receta para más retrasos en los viajes, más viajeros retenidos y un mayor riesgo generalizado asociado a los viajes.
La noticia empeora si su destino incluye playas o arrecifes de coral.
Cuanto más hielo se derrite de las regiones polares, el nivel de los océanos del mundo sube más y más. Las regiones costeras y las zonas bajas pueden quedar sumergidas, sufrir inundaciones, erosión de las costas y playas y el agua salada puede contaminar el suministro de agua potable.
En el mar, los corales normalmente de colores se están poniendo blancos o “blanqueándose” en respuesta al estrés causado por los cambios en el agua. El dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero, se está disolviendo en los océanos del mundo, tornándolosmás ácidos.
Estos cambios son problemáticos para las comunidades humanas, pero los seres humanos no son los únicos viajeros globales afectados por el cambio climático. Nadie lo sabe mejor que la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias (CMS, por su sigla en inglés).
Las especies migratorias se enfrentan a muchos de los mismos desafíos que los seres humanos: tienen que elegir cuándo viajar, qué ruta tomar, dónde comer y descansar y cuánto tiempo deben permanecer antes de regresar a casa. Estas opciones que son aparentemente tan triviales para los seres humanos, son decisiones de vida o muerte para ellas.
Las especies migratorias son símbolos únicos de nuestro patrimonio natural compartido, y sus migraciones a menudo abarcan continentes enteros. Con inviernos más cálidos y húmedos, las aves migratorias de Europa se verán obligadas a viajar a las zonas de cría antes o enfrentarse a la disminución de la población, áreas de distribución más pequeñas y el peor resultado posible: la extinción.
La mariposa monarca lleva a cabo una impresionante migración que abarca múltiples generaciones, recorriendo largas distancias a través de América del Norte. El cambio climático está transformando los hábitat de invernada actuales de esta mariposa en América Central, haciendo que sean más propensa a la congelación y la humedad, con el resultado de niveles de mortalidad catastróficos.
Las graves sequías amenazan algunas de las mayores migraciones en el mundo, de miles de ñus y otros animales que viajan a través de las llanuras del Serengueti en África. E investigaciones recientes han mostrado que la sequía en el Sahel está afectando a las aves migratorias terrestres en su camino hacia las áreas de reproducción, complicando seriamente su éxito reproductivo.
En los océanos, la especie acuática más grande del planeta, el tiburón ballena, también está amenazado. Los cambios en la temperatura global y la química del océano pueden causar descensos en el número de esta especie en el futuro.
En las tortugas marinas, el género está determinado por la temperatura de la arena en las playas de anidación. Las playas frías resultan en más machos y las cálidas en más hembras. El aumento de la temperatura de la arena implica que nacen más hembras que machos, afectando la paridad de género.
A la luz de estas preocupaciones, la CMS celebra entre el miércoles 9 y el viernes 11 un taller con representantes de gobiernos y científicos en la localidad costarricense de Guácimo.
La reunión de la CMS es un paso hacia un programa de trabajo sobre el cambio climático y las especies migratorias, abordando la necesidad de monitoreo, conservación y estrategias de adaptación que se adapten a las necesidades únicas de los animales migratorios enfrentándose a las alteraciones del clima.
Los resultados del taller se presentarán a la undécima reunión de la Conferencia de las Partes de la CMS, que tendrá lugar del 4 al 9 noviembre en Quito.
El profesor Colin Galbraith, consejero científico de la CMS para cambio climático dijo que “el taller ha confirmado que el cambio climático es una de las amenazas más importantes a las especies migratorias y los ecosistemas de los que dependen».
«Los participantes han destacado la necesidad de acción internacional urgente para hacer frente a las complejas amenazas causadas por el cambio climático. Es alentador ver a delegados de todo el mundo trabajando juntos para diseñar un programa de trabajo para que los países de la CMS combatan los efectos del cambio climático en los animales migratorios”, agregó.
La perspectiva de tener que sentarse aún más tiempo en los aeropuertos es sin duda frustrante para los pobres viajeros humanos cansados, pero es insignificante en comparación con las probabilidades cada vez peores a las que se enfrentan las especies migratorias en su lucha por la supervivencia. El cambio climático es un problema complejo y difícil.
Los planes para reducir nuestro impacto sobre el clima son importantes y también lo son los planes para mitigar el daño que ya hemos causado. Esperemos que, a través de la cooperación y el esfuerzo activo, podemos conservar la belleza de los viajes y la de los animales que viajan para las futuras generaciones.
Bradnee Chambers es secretario ejecutivo de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.