Cuando falta solo un año para que venza el plazo de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM), el foro mundial divulgó un nuevo informe revelando el progreso logrado por las sociedades, pero también el largo camino que les queda por transitar.
El estudio hace un seguimiento de los últimos 20 años de avances en temas como el acceso universal a la planificación familiar, los servicios de salud sexual y reproductiva y el acceso igualitario de las niñas a la educación.
«Debemos colaborar con los gobiernos para buscar soluciones al problema de la desigualdad, que considero es de los factores más decisivos de los ODM», dijo a IPS el director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Babatunde Osotimehin.
«Esperamos que, a medida que avanzamos en el debate sobre lo que sucederá después de 2015, las pruebas de hoy servirán para que los estados miembro se den cuenta de que si queremos lograr avances… debemos poner a las personas en el centro del desarrollo», añadió.[pullquote]3[/pullquote]
En la histórica Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de 1994 en El Cairo, 179 gobiernos adoptaron un Programa de Acción para alcanzar el desarrollo basado en los derechos humanos en un plazo de 20 años. Desde entonces, el UNFPA ha identificado importantes logros con respecto a los derechos de las mujeres y a la planificación familiar efectiva, pero también ha notado un fuerte aumento de la desigualdad.
La mortalidad materna ha disminuido casi 50 por ciento, y más mujeres tienen acceso a métodos anticonceptivos y a mecanismos de planificación familiar que nunca antes en la historia. Esto ha contribuido a la disminución de la mortalidad infantil. Además, las mujeres tienen cada vez más acceso a la educación, son parte de la población activa y participan en la política.
Sin embargo, persiste una gran desigualdad entre los países del Norte y los del Sur. En conferencia de prensa, Osotimehin señaló que, si bien la probabilidad media a nivel mundial de que una mujer muera en el parto es de una en 1.300, la cifra aumenta a una en 39 en los países en desarrollo.
El informe también observa que el uno por ciento más rico de la población mundial ha acaparado 53 por ciento de la riqueza, mientras que al 10 por ciento más pobre no le ha llegado nada.
La investigación se centra en las causas fundamentales de estos problemas y los principales factores que influyen en la capacidad de las mujeres y las niñas de tomar decisiones con respecto a sus vidas. El matrimonio infantil y la educación son dos factores decisivos.
«Es importante subrayar el hecho de que, cuando las niñas no asisten a la escuela y cuando se casan muy jóvenes o tienen hijos a muy temprana edad, no pueden ser iguales a los hombres y no pueden tener el mismo poder político y económico que ellos», explicó Babatunde.[related_articles]
Estos factores no solo afectan el éxito personal, sino que también son importantes en el desarrollo de los países.
«La educación y el acceso a la salud, si se planifican adecuadamente, permiten que las personas vivan más y añadan valor al desarrollo del país», dijo Osotimehin a IPS.
El UNFPA no trabaja solo en estos temas. Hay también otras organizaciones que recopilan información y cooperan para buscar soluciones a los problemas relacionados con la población y el desarrollo.
«El informe nos parece muy importante porque refleja lo que hemos logrado y, a la vez, sugiere el camino a seguir, algo sobre lo que esperamos haber contribuido a informar», afirmó Suzanne Petroni, directora de género, población y desarrollo del International Centre for Research on Women (ICRW), una organización que se dedica a detectar los aportes y los obstáculos que afrontan las mujeres en todo el mundo.
En 2000, todos los estados miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) suscribieron los ODM, que se abordan en el segundo informe de la CIPD. Estos serán sustituidos por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El Programa de Acción de 1994 no se limitaba a los derechos de las mujeres, sino que también procuraba centrarse en los efectos individuales, sociales y económicos de la urbanización y la migración, además de apoyar el desarrollo sostenible y tratar los problemas ambientales asociados con los cambios en la población.
«Garantizar que contamos con un mecanismo de vigilancia del cumplimiento de los compromisos de los gobiernos… es realmente lo más importante de cara al futuro», subrayó Osotimehin. «Ahora debemos hacer valer los compromisos en el terreno».
Un tema central en el informe es que en las regiones de Asia meridional y de África subsahariana, donde vive 90 por ciento de los jóvenes del mundo, hay una gran oportunidad para las sociedades de capitalizar sus recursos y acelerar su desarrollo.
Sin embargo, los gobiernos deben invertir en su población mediante la educación, la atención de la salud, el acceso a oportunidades empresariales y la participación política.
«La sociedad civil, los medios de comunicación, los jóvenes y las organizaciones de mujeres pueden trabajar de manera positiva para ver lo que los gobiernos están haciendo bien y señalar lo que no está tan bien… eso está sucediendo en todo el mundo», declaró Osotimehin.
«El informe nos da el impulso para avanzar hacia la próxima etapa, en que las mujeres, las niñas y los jóvenes serán fundamentales en el próximo programa de desarrollo», agregó.