Activistas y legisladores instan al gobierno de Estados Unidos a que exija a las compañías una mayor transparencia en su cadena de suministros, con el objetivo de frenar la trata de seres humanos.
Se estima que entre 14.000 y 17.000 personas al año son ingresadas a este país contra su voluntad o engañadas, y que hay decenas de millones sobreviviendo bajo diferentes formas de esclavitud en todo el mundo.
“La trata de seres humanos es una industria de 32.000 millones de dólares, tan solo por debajo del tráfico de drogas como crimen organizado”, afirmó Melysa Sperber, directora de la Alianza para Poner Fin a la Esclavitud y la Trata de Personas (ATEST, por sus siglas en inglés), coalición de organizaciones de derechos humanos.
“Entre 21 millones y 30 millones de personas están esclavizadas en el mundo”, indicó en una rueda de prensa el lunes 27 en el Capitolio, sede del Congreso legislativo estadounidense.
ATEST se concentra en el mecanismo subyacente que ampara al trabajo forzado: la cadena de suministros corporativa, esto es, todas las partes del proceso por el cual una empresa satisface la demanda de un cliente, incluyendo la fabricación, el almacenamiento, el transporte y la venta.
La coalición insta a los legisladores a que aprueben una ley que exija a las compañías que ganan más de 100 millones de dólares anuales a presentar informes sobre sus cadenas de suministro y sobre sus prácticas laborales, tanto ante las autoridades estadounidenses como en sus sitios digitales.
Debido a la complejidad de las cadenas de suministro mundiales, las compañías no siempre están al tanto de las prácticas laborales coercitivas aplicadas por sus proveedores o sus subsidiarias.
“Hemos descubierto que la vulnerabilidad al trabajo forzado está muy generalizada en muchas industrias”, dijo Quinn Kepes, gerente de programas de investigación en Verite, organización dedicada a temas laborales y a estudiar las cadenas de suministro.[related_articles]
“Hay gran número de compañías con alto riesgo de que exista trata de personas en sus cadenas de suministro”, dijo IPS.
Los empresarios por lo general recurren a intermediarios laborales en todos los niveles de la cadena. Estos, sometidos a muy pocas regulaciones, pueden cobrarle a los trabajadores exorbitantes comisiones por su contratación.
Los intermediarios también han sido objeto de numerosas críticas por falsear las calificaciones de los trabajadores que ofrecen.
“La contratación de mano de obra ha sido todo un tema si considera al construcción de las instalaciones del ejército estadounidense en Iraq y Afganistán”, señaló Karen Stauss, directora de programas de la organización Free the Slaves (Liberen a los esclavos), con sede en Washington.
“Ha habido mucha documentación sobre la trata de trabajadores desde Asia meridional hacia Medio Oriente para lograr una construcción a bajo costo”, dijo a IPS.
Pero dentro mismo de Estados Unidos hay intermediarios laborales deshonestos.
En 2012, el ucraniano Omelyan Botsvynyuk fue sentenciado a 20 años de prisión por haber traído bajo engaño a Estados Unidos a varios ciudadanos de su país.
Botsvynyuk y sus hermanos les habían prometido que les pagarían 500 dólares mensuales, pero al llegar a Estados Unidos les obligaron a limpiar, sin recibir sueldo alguno, las instalaciones de importantes cadenas de venta al por menor, como Target y Walmart.
Botsvynyuk les dijo que no podían irse hasta que no pagaran sus deudas, que llegaban hasta 50.000 dólares.
La servidumbre por deudas es una táctica común. Muchos empleados o intermediarios atribuyen deudas a los trabajadores por usar sus instalaciones o las propias herramientas que necesitan para hacer su trabajo.
“En algunos casos, la servidumbre por deudas le ocurre a personas que son analfabetas y no entienden cómo se acumula una deuda y sus intereses”, dijo Stauss. “Ni siquiera son conscientes de que es una deuda ilegal”.
Stauss también señaló el problema de la extracción de los llamados “minerales de sangre” en República Democrática del Congo, que depende en gran medida del trabajo infantil. Esos materiales son componentes clave para la fabricación de bienes de consumo modernos.
“Hemos visto niños trabajar allí por 20 centavos al día, solo para comprar un par de papas cuando regresan a su casa, luego de una jornada entera de duro trabajo manual”, dijo Stauss. Esos minerales se usan para la fabricación de “laptops, teléfonos celulares y otros electrodomésticos”, indicó.
El trabajo infantil también está presente en el sector manufacturero. Un nuevo estudio de la estadounidense Universidad de Harvard descubrió 1.406 casos específicos de explotación infantil en la industria india de fabricación de alfombras, que exporta la mayoría de su producción a Estados Unidos y a otros países industrializados.
Los investigadores de Harvard estiman 45 por ciento de la mano de obra de la industria trabaja en condiciones forzadas, y al menos una quinta parte de los obreros son niños y niñas.
Promoviendo la transparencia
Al comenzar este año, el presidente Barack Obama designó a enero como el Mes de Prevención Nacional de la Esclavitud y la Trata de Personas.
“Mientras trabajamos para desmantelar las redes de trata de personas y ayudamos a los sobrevivientes a que reconstruyan sus vidas, debemos también encarar las fuerzas subyacentes que empujan a tantos a la servidumbre”, afirmó el mandatario.
Aunque la ley que proponen los activistas no obliga a las compañías a tomar ninguna acción enérgica para poner fin al problema, las organizaciones no gubernamentales creen que ayudará a aumentar la presión pública en ese sentido.
Mientras, un comité de la Cámara de Representantes analiza un proyecto de ley que exigiría mayor transparencia a los intermediarios que traen trabajadores extranjeros a suelo estadounidense.
Esta propuesta “combatiría la trata de seres humanos, el trabajo forzado y la explotación, exigiendo que los trabajadores que llegan a Estados Unidos reciban información exacta sobre su empleo, su visa y las condiciones laborales”, dijo Shandra Woworuntu, activista contra la trata.
“El proyecto también asegura que no se cobre ninguna comisión a los trabajadores, y exige que la agencia de contratación de personal esté registrada en el Departamento de Trabajo”, añadió.