Nigerianos con futuro incierto en la península de Bakassi

La península de Bakassi carece de servicios básicos. Aunque la educación primaria es gratuita, la proporción de inscripciones en las escuelas es inferior a 50 por ciento. Crédito: Ngala Killian Chimtom/IPS.

Thomas Effiom, un pescador de 35 años de la pequeña localidad de Jabane, en la camerunesa península de Bakassi, escurre el agua que inundó el piso lodoso de su casa, ritual que practica cada vez que sube el océano Atlántico.

“Esto es un problema enorme aquí”, dice a IPS. Muy a menudo la inundación arrasa las viviendas, pues sus estructuras están construidas con varas poco resistentes a las fuerzas de la naturaleza.

Hace menos de dos meses que Camerún asumió la soberanía plena sobre la península de Bakassi, un territorio de 665 kilómetros cuadrados integrado por varias islas cubiertas de mangles.

Effiom, al igual que 90 por ciento de los 300.000 habitantes de la zona, es nigeriano y nació y se crió en Bakassi, un territorio rico en petróleo ubicado en el Golfo de Guinea y por el cual Nigeria y Camerún mantienen una disputa histórica.

Aunque no está seguro de cómo el gobierno de Camerún aceptará y mantendrá a los nigerianos que viven aquí, se resiste a volver a su país, la nación más poblada de África, con unos 168 millones de habitantes.[pullquote]3[/pullquote]

El presidente de la Asociación de Pescadores de Bakassi, James Nnandi, dice a IPS que no tiene ninguna certeza sobre su futuro en la península bajo control de Camerún. Pero aunque le hubiera encantado volver a Nigeria, tiene dos esposas y siete hijos que alimentar.

“Aquí sobrevivimos de la pesca. Es así que puedo alimentar a mi familia, y no estoy seguro de conseguir otro trabajo en Nigeria”, dice Nnandi, de 50 años.

En 2002, la Corte Internacional de Justicia dictaminó que la península pertenecía a Camerún. Pero debieron pasar otros cuatro años para que Nigeria accediera a ceder el territorio a la jurisdicción del país vecino.

Dos años después, en 2008, se abrió un período de transición de un lustro, que finalizó el 14 de agosto de este año, cuando Camerún finalmente asumió la plena soberanía del área.

Según los términos del Acuerdo de Greentree, que firmaron Camerún y Nigeria el 12 de junio de 2006 con respaldo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los nigerianos pueden elegir entre volver a su país o quedarse en Bakassi.

Quienes eligen quedarse pueden mantener su ciudadanía nigeriana o naturalizarse como cameruneses.

En cualquiera de los dos casos, el acuerdo requiere que Camerún respete los derechos fundamentales de los nigerianos en la península.

Pero quedarse en Bakassi también significa vivir sin atención de salud, electricidad ni agua corriente. Y Camerún todavía tiene mucho trecho que recorrer para mejorar las vidas de sus habitantes.

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“Dar a luz aquí no es tarea fácil para las mujeres. Así que queremos que el gobierno aporte al hospital una partera que pueda ayudarnos”, dice a IPS.

La educación primaria es igual de difícil.

Pierre Mufuh Chong, director de la Escuela Primaria Gubernamental de Wabane, asegura que no es nada sencillo convencer a los padres de que envíen a sus hijos a clase.

Aunque la enseñanza primaria es gratuita, Chong estima que la matrícula escolar no llega a 50 por ciento.

“Los padres se trasladan todo el tiempo. Viajan con sus hijos a vender (pescado ahumado principalmente). A veces los llevan a Nigeria. Cuando vemos que los niños no asisten a la escuela, mi personal y yo vamos puerta por puerta haciendo ‘evangelismo educativo’ para alentar a los niños a estudiar”, explica a IPS.

Para que el control de Camerún sea efectivo, debe adoptar una política de desarrollo más eficaz para la península de Bakassi, según Ntouda Ebude, experto en geoestrategia y conferencista de la Universidad de Yaoundé.

Por ejemplo, señala Ebude a IPS, es improbable que Camerún cumpla con los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio en la península.

Esas metas, definidas en 2000 por la Asamblea General, incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil y la materna, combatir el sida, la malaria o paludismo y otras enfermedades, asegurar la sostenibilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.

Según Ebude, aunque es difícil acceder a estadísticas oficiales sobre mortalidad materna e infantil, la simple observación indica que muchas mujeres de la península mueren al dar a luz, y que muchos niños y niñas no llegan al año de vida.

Desde 2010, el gobierno de Camerún destina ocho millones de dólares a proyectos de desarrollo en el área.

Pero incluso el gobernador de la Región Sudoccidental de Camerún, Bernard Okalia Bilai, admitió en agosto que Bakassi carece de los recursos básicos de electricidad y agua pese a la inversión del gobierno. También señaló que los empleados públicos no siempre residen en la península y les pidió que lo hicieran.

“El gobierno trabaja para mejorar la vida aquí, pero es necesario que ustedes perseveren, porque esa puede ser su propia contribución patriótica al desarrollo del área”, dijo entonces.

Según Bertha Ndoh Bakata, del Comité Coordinador y de Seguimiento de la Implementación de Proyectos Prioritarios para Bakassi, el gobierno ha construido escuelas, centros de salud, sedes administrativas e infraestructura de pesca para la población local.

“Se construyeron dos centros de salud bien equipados, y hay una escuela primaria en cada una de las cuatro subdivisiones que constituyen el área de Bakassi”, dice a IPS por teléfono.

Sin embargo, hay apenas dos médicos para atender las cuatro subdivisiones.

“Tomemos la mortalidad infantil y la salud materna, por ejemplo. Es verdad que se están construyendo algunos centros de salud, pero, ¿dónde están los médicos? ¿Dónde están los equipos?”, plantea.

Con todo, Bakata dice que este año el Comité Coordinador y de Seguimiento empezará a construir una carretera hacia Bakassi, «que será un enorme alivio para la población del área”.

Ebude agrega que «está la malaria, que es tan generalizada aquí pues la gente vive en casas destartaladas, construidas con varas, y por lo tanto ni siquiera puede protegerse de los mosquitos. Así que es muy improbable que Bakassi pueda cumplir los Objetivos (del Milenio) en materia de salud para 2015”.

 

 

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