El presidente de Somalia, Hasán Sheij Mohamud, asumió las riendas este país hace un año y aún debe lidiar con limitados recursos financieros, corrupción, falta de servicios públicos y continuos asesinatos de funcionarios del gobierno, incluyendo ataques contra su propia persona.
El mandatario, que este martes 10 cumple 365 días en el cargo, tiene otros tres duros años de gobierno por delante.
Analistas subrayan que no solo aún debe enfrentar al grupo radical islámico Al Shabaab, que lanzó varios atentados terroristas en Mogadiscio en las últimas semanas a pesar de haber sido desalojado de ciudades clave, sino también lidiar con la escisión de varios estados de esta nación del Cuerno de África.
Además, debe atender la creciente frustración de la población.
Abdi Aynte, fundador y director ejecutivo del Heritage Institute for Policy Studies (HIPS), el primer centro de estudios del país, sostuvo que Mohamud fracasó en su primer año.
“La Política de Seis Pilares ha sido ambiciosa, pero los servicios públicos son prácticamente inexistentes”, dijo Aynte a IPS en Nairobi.
La Política de Seis Pilares es el nombre de una estrategia anunciada por Mohamud para consolidar la seguridad y la justicia en el país, impulsar la economía y reconstruir los servicios públicos.
Los somalíes han vivido casi 20 años de guerra, pobreza y desplazamientos tras el derrocamiento del dictador Mohammad Siad Barre en 1991. El país no tuvo una administración central hasta 2000. Luego de ese año fueron elegidos varios gobiernos interinos.
En el país hay muy pocos servicios de salud, la mayoría provistos por organizaciones no gubernamentales. Por más de 20 años, Médicos Sin Fronteras fue una de ellas. Pero en agosto, el grupo se retiró del país ante los crecientes ataques y asesinatos contra su personal.
No obstante, muchos todavía apoyan a Mohamud, exprofesor universitario y activista de la sociedad civil que sobrevivió a un intento de asesinato en su contra cuando viajaba el 3 de este mes a la sureña ciudad de Merca.[related_articles]
El portavoz presidencial Abdirahman Omar Osman dijo a IPS que Somalia afronta grandes limitaciones financieras que le dificultan enormemente a Mohamud cumplir sus promesas.
“El gobierno no tiene dinero suficiente para hacer todo”, dijo Osman a IPS en Mogadiscio.
“El gobierno recibe todos los meses unos tres millones de dólares del puerto y del aeropuerto de Mogadiscio, pero el presupuesto que necesitamos para ejecutar nuestras actividades diarias es de al menos 20 millones de dólares mensuales”, señaló.
Sin embargo, las cifras de Osman no coinciden con las del subdirector del puerto capitalino, Abdiqani Osman Kabareto. Este funcionario dijo a la Radio Ergo en agosto que las centrales marítima y aérea generaban entre cuatro y cinco millones de dólares al mes.
“Imagine un gobierno con esas limitaciones de presupuesto intentando reconstruir y crear instituciones desde la nada. Ahí es donde reside el problema. No es falta de disposición del gobierno, sino escasez financiera”, subrayó Osman.
Mohammad Alí, graduado de la Universidad de Simad, a la que Mohamud ayudó a fundar, dijo a IPS que, aunque apoyaba al presidente, creía que no había mucho para celebrar en el último año.
“Yo creí que era uno de nosotros, y el único que comprendía nuestras necesidades, nuestro sufrimiento y nuestra importancia”, dijo Alí.
El joven se graduó hace tres años en administración de empresas y todavía tiene dificultades para encontrar trabajo. Ahora ya perdió las esperanzas de que el presidente cumpla su promesa de crear empleos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estima que 67 por ciento de los jóvenes somalíes están desempleados. Más de la mitad de los 10,7 millones de habitantes de este país son menores de 30 años.
“Se convirtió en un político como cualquier otro, que no cumple nada de lo que promete luego de asumir el cargo. Lo veía como candidato de esperanza y cambio, pero lo único que cambió es el nombre del gobierno”, señaló.
En agosto de 2012, el Gobierno Federal de Somalia sucedió al Gobierno Federal de Transición.
Yahye Sheik Amir, profesor de economía y vicepresidente de la Universidad del Cuerno de África en Mogadiscio, dijo que la falta de dinero no es el único problema del gobierno de Mohamud.
El experto señaló que la corrupción endémica dentro de las instituciones públicas socava toda posibilidad de recuperación económica y desarrollo.
“El gobierno además carece de estrategias para ayudar a generar dinero fuera del aeropuerto y del puerto de Mogadiscio”, dijo a IPS.
“El gobierno podría reunir millones de dólares con el cobro de impuestos y derechos de licencia y registro a empresas que se instalen en el país. Pero para ello debe expandir su administración más allá de la capital y también desarrollar instituciones transparentes y responsables”, indicó.
Aynte instó a Mohamud a declararles la guerra a los sindicatos corruptos y a ejercer la mayor transparencia posible. También subrayó la importancia de mejorar la seguridad para generar recursos adicionales.
Muchos recaudadores de impuestos del gobierno han sido atacados en Mogadiscio. Más de 10 fueron asesinados el año pasado, y al menos cinco en lo que va de este.
Osman prometió que Al Shabaab será derrotado dentro de un año, y la seguridad y la estabilidad volverán al país. Entonces, el gobierno será capaz de proveer todos los servicios públicos.
“Roma no se construyó en un día”, señaló el portavoz, y añadió que el gobierno estaba satisfecho con los progresos alcanzados hasta ahora.
Aynte, de HIPS, se mostró esperanzado con el futuro. “Soy optimista y creo que (para fines del año próximo) habrá ímpetu suficiente para que el país vaya en la dirección correcta, aun cuando sea lentamente”.