Un empresario iraní, acusado por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) de lavar dinero para Teherán, está al frente de un exitoso negocio en Tayikistán sin que nadie parezca extrañarse.
El imperio de Babak Zanjani en este país incluye un banco, una compañía aérea, un servicio de taxis y una terminal de autobuses, en cuya inauguración participó el propio presidente tayiko Imomali Rahmon en marzo de este año.
Esta confortable relación, en un país donde los empresarios extranjeros se quejan de que es imposible sobrevivir sin tener conexiones políticas de alto nivel, coincide con un mayor escrutinio internacional sobre la actitud laxa de Tayikistán en materia de lavado de dinero.
Fuera de este país, los intereses empresariales de Zanjani proliferan.
En el sitio web del grupo Sorinet, con sede en Dubai, figura como su presidente y se puede ver una lista de por lo menos dos decenas de empresas subsidiarias en los sectores de la construcción, cosméticos, transporte y extracción de gas y petróleo.
También menciona entre sus subsidiarias a la Asia Express Terminal en Dusambé. Incluso se muestra una fotografía de Zanjani con Rahmon y el alcalde de Dusambé, Mahmadsaid Ubaydulloyev, admirando una maqueta de las instalaciones del recinto.
Al parecer, Rahmon se relaciona con la cabeza de un grupo de compañías e instituciones financieras que, según el Departamento del Tesoro (ministerio de Hacienda) de Estados Unidos, “las usa el gobierno iraní para financiar sus ventas de crudo en el mundo”.
Estados Unidos y la UE adoptaron fuertes sanciones contra las exportaciones petroleras de Irán, en respuesta al programa de desarrollo nuclear de ese país.
En abril, el Departamento del Tesoro apuntó contra Zanjani y un banco malasio bajo su control, además de una “red internacional de compañías ficticias”, entre las que estaba Sorinet Commercial Trust.[related_articles]
Autoridades estadounidenses creen que entidades vinculadas a Zanjani “mueven miles de millones de dólares en nombre del régimen iraní, entre los que se cuentan decenas de millones de dólares de una empresa de los Guardianes de la Revolución Islámica”.
El Departamento del Tesoro también señaló a otra de sus instituciones, el Kont Investment Bank, con sede en la calle Bukhara 43, en Dusambé.
En diciembre de 2012, la UE también sancionó a Zanjani acusándolo de ser un “facilitador clave de acuerdos petroleros de Irán y por transferir dinero derivado del crudo”. “Zanjani posee y opera el grupo Sorinet, con sede en Emiratos Árabes Unidos, y usa algunas de sus compañías para canalizar los pagos relacionados con negocios petroleros”, señaló el bloque.
El Departamento del Tesoro no nombra específicamente al grupo Sorinet, que supervisa los negocios en Dusambé, aunque sus sitios de Internet lo señalan como su presidente.
Bajo las normas del Departamento del Tesoro, toda compañía controlada por una persona sometida a sanciones queda sujeta al mismo régimen.
Además, el grupo Sorinet comparte una dirección postal con Sorinet Comercial Trust en Dubai, la que sí menciona la secretaría de Estado.
EurasiaNet.org trató de consultar a Zanjani para que ofreciera su versión, pero su oficina en Dubai se negó a hacer el contacto.
Poco después del anuncio de las sanciones de la UE, el empresario declaró a la agencia Reuters que no tenía negocios con el gobierno iraní y dio a entender que las autoridades europeas se equivocaron al asumir que estaba involucrado en actividades ilícitas.
La red de radio y televisión británica BBC en persa informó en marzo que Zanjani tenía fuertes vínculos con autoridades iraníes y que en un vídeo no oficial aparecía en un avión privado con uno de los responsables de la seguridad de Irán involucrado en la violenta represión de manifestantes tras las controvertidas elecciones de 2009 en la República Islámica.
A pesar de los grandes negocios que tiene Zanjani en Tayikistán, pocas personas parecen conocerlo.
El mes pasado, el presidente del Banco Nacional, Abdujabbor Shirinov, dijo que nunca había oído hablar de él ni del embargo impuesto por Estados Unidos contra el Kont Investment Bank, según informó la agencia de noticias Ozodagon el 23 de julio.
A las potencias occidentales les preocupa la relación de Zanjani con las autoridades tayikas, y también que Dusambé sea un centro de lavado de dinero.
“El presidente acogió a Zanjani, incluso inauguró la estación de autobuses. Inaudito”, observó un funcionario occidental que no quiso dar su nombre. “Es una relación demasiado íntima. Creemos que está utilizando a Tayikistán para lavar dinero del petróleo iraní”, añadió.
Tayikistán tiene fuertes lazos culturales y lingüísticos con Irán. El tayiko es una lengua emparentada con el persa, lo que propició un relativamente alto grado de inversiones iraníes en la región.
Es más, numerosos analistas creen que Dusambé nada en dinero sucio debido a la vasta cantidad de heroína afgana que pasa por Tayikistán todos los años.
En junio, el Instituto de Basilea sobre Gobernanza ubicó a Tayikistán en cuarto lugar entre los países más vulnerables al lavado de dinero y al financiamiento del terrorismo entre los 149 estados que figuran en su índice de riesgo de lavado de dinero.
Pocos días después de publicado el índice del Instituto de Basilea y cinco antes de una reunión internacional en Oslo dedicada a este asunto en la que participarían funcionarios tayikos, Rahmon convocó a una sesión extraordinaria del parlamento para promover un nuevo proyecto de ley que establece sanciones penales por lavado de dinero.
La agencia de noticias Asia-Plus informó que los legisladores no discutieron el proyecto de ley. Como ocurre en muchas exrepúblicas soviéticas, en Tayikistán se suelen aprobar leyes mal redactadas que luego no se implementan.
Diplomáticos extranjeros aplaudieron la iniciativa, pero el funcionario occidental consultado por EurasiaNet.org dijo que la norma era una “mera fachada” para que las autoridades tayikas tuvieran algo que mostrar en la reunión intergubernamental del Grupo de Acción Financiera contra el lavado de dinero.
A principios de este año, Tayikistán fue blanco de críticas por tener la peor legislación en materia de lavado de dinero.
En una pequeña economía como la de Tayikistán es difícil que pase desapercibido un imperio económico como el de Zanjani, aun si las sanciones de Estados Unidos prohíben “las transacciones entre las personas designadas y cualquier persona en Estados Unidos”.
Varios occidentales en Dusambé dijeron que sus embajadas, incluso la de Estados Unidos, recomiendan el servicio de taxis de Zanjani, Asia Express, porque es rápido, confiable y, a diferencia de otras empresas locales, da recibo.
Activistas de derechos humanos y algunos diplomáticos extranjeros criticaron a la embajada de Estados Unidos en este país por no cuestionar al gobierno de Rahmon por temor a perder su apoyo cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte está por retirarse del vecino Afganistán.
La sede diplomática no quiso hacer declaraciones para este artículo.
Este artículo fue originalmente publicado por EurasiaNet.org