Prácticas arcaicas y machistas en Swazilandia impiden a las mujeres participar en las elecciones primarias de este sábado 24, pese a que sus derechos están consagrados en la Constitución, indicó el politólogo Sikelela Dlamini.
“La discriminación que les impide participar en política es consecuencia de arraigadas concepciones de predominio masculino y de subordinación femenina”, dijo Dlamini a IPS.
El especialista opinó así sobre la orden emitida en ese sentido por el príncipe Magudvulela, jefe de la comunidad Ludzibini, en el norteño distrito de Hhoho.
También pidió a su electorado no votar a las mujeres en estado de duelo que se presenten en las primarias.
Magudvulela se refería así a Jennifer du Pont, una legisladora que perdió en mayo a su marido, Bheki Shiba, y que ahora aspira a su reelección por el “tinkhundla” (una subdivisión política distrital) de Timpsini.
Las críticas contra Du Pont apuntan a que solo guardó unos meses de luto, en vez de los habituales dos años.
En una reunión realizada el 17 de este mes en Ludzibini, Magudvulela dijo a sus seguidores que la tradición indica que las mujeres en duelo no pueden ingresar al parlamento, ni a las residencias reales, ni estar cerca del rey.
También añadió que designar a una mujer en esa situación para el parlamento sería una vergüenza para su comunidad.
Swazilandia es un país de África austral sin salida al mar, con una población de un millón de habitantes, mayoritariamente pobre, y cuyo jefe de Estado es el rey Mswati III, un monarca polígamo y absolutista.[related_articles]
Los partidos políticos no pueden presentarse a los comicios, pero sí se eligen representantes parlamentarios en 55 tinkhundlas para los comicios legislativos del 20 de septiembre.
Los distritos electorales se subdividen en 385 comunidades, cada una encabezada por un jefe local. En las elecciones primarias, los electores pueden elegir a los candidatos de su territorio que, luego, compiten con otros candidatos de su distrito por un escaño parlamentario.
“Deben votar a alguien que el rey pueda emplear”, alegó Magudvulela.
El jefe local dijo a sus seguidores que si bien la Constitución permite que Du Pont observe el duelo como quiera, el derecho consuetudinario está por encima de la ley fundamental.
Por su parte, Du Pont, quien participó en la reunión con Magudvulela, quedó devastada por la actitud del jefe, pero dijo que estaba decidida a ganar las elecciones.
“Presentaré una queja ante la Comisión Electoral”, dijo a IPS.
Los jefes locales desempeñan un papel importante en el proceso electoral. La Comisión Electoral les da la responsabilidad de decidir dónde se realiza la votación en su comunidad.
Desde que comenzó el proceso comicial, algunos jefes dijeron a los miembros de su comunidad que no eligieran ni a homosexuales ni a quienes tenían alguna afiliación política.
Cuando el rey Mswati III disolvió el parlamento el 2 de este mes dijo a su pueblo que eligieran personas que él “pudiera utilizar”, una declaración muy criticada por las fuerzas progresistas.
“Podría parecer que es solo un consejo de las autoridades, pero es una forma de decirle a la gente qué hacer”, dijo Nonhlanhla Vilakati, director del departamento de teología y prácticas religiosas de la Universidad de Swazilandia, en entrevista con IPS.
Du Pont no fue la única mujer que fue víctima de discriminación.
Cuando designaron a Mana Mavimbela para ocupar un asiento legislativo en la comunidad de Lusabeni, la presidenta local de la Comisión Electoral, Lindiwe Sukati, la descalificó por llevar pantalones.
“La presidenta solo le preguntó al público si debía permitir el ingreso de una mujer con pantalones a la comunidad”, dijo Mavimbela a IPS, explicando el incidente del 4 de este mes. Cuando la gente dijo que no, siguió con la reunión.
Pero después de eso, Mavimbela presentó una queja ante la Comisión Electoral.
“Fui designada y no hice nada malo en términos legales como para que me descalifiquen”, arguyó Mavimbela, una de las cuatro mujeres designadas por su comunidad.
Incluso, el jefe de Lusabeni, Zephaniah Dlamini, la citó y le dijo que era inaceptable que las mujeres de esa comunidad usaran pantalones.
“No se ven bien con ellos y se les prohibió usarlos”, declaró Dlamini al diario local Times of Swaziland.
Mavimbela pidió disculpas al consejo de una de las comunidades del rey el 10 de este mes por temor a la seguridad de su familia, que es pobre y vive en un área rural de Ncandvwei, en el sur del país.
Pero Vilakati, de la Universidad de Swazilandia, dijo que no le sorprendía la actitud del jefe.
“No tenemos una política de género y la gente reacciona de diferentes formas según la realidad particular en la que vive”, explicó.
Las mujeres de zonas rurales tienen mayores barreras por delante, debido a algunas prácticas tradicionales, en comparación con sus congéneres urbanas, observó.
El presidente de la Comisión Electoral, el príncipe Gija, condenó la violación de los derechos de las mujeres basándose en prácticas religiosas, pero dijo que no tenía ningún control sobre los jefes locales.
“El rey los designa”, explicó a IPS. “La Comisión Electoral solo puede asesorarlos en materia de educación cívica, pero no tenemos ninguna autoridad para sancionarlos”, añadió.
Sin embargo, reconoció que los jefes locales desempeñaban un papel importante en las elecciones.
Maxine Langwenya, un conferencista de la Universidad de Swazilandia, opinó que permitir que los jefes locales organizaran las elecciones ya era una anomalía en sí misma.
“La Comisión Electoral cede esa responsabilidad, pues la Constitución es muy clara respecto de que es ella la que debe organizar los comicios”, arguyó.