La recolección de envases de agrotóxicos de los últimos 10 años en Brasil dejó un ahorro de energía suficiente para abastecer 1,4 millones de residencias, y de agua en un volumen equivalente a 36 millones de cisternas caseras.
Los resultados de la actividad, bajo gestión del Instituto Nacional de Procesamiento de Envases Vacíos (inpEV), formada por fabricantes del producto, fueron medidos por la Fundación Espacio Eco, de especialistas en eficiencia de acciones sustentables.
Para cada envase de 20 litros que se recicla, el sistema evita la emisión de un kilogramo de dióxido de carbono, considerando todas las emisiones generadas para producir y poner a circular uno nuevo.
“Esas cifras muestran que la solución que adoptamos es eficiente. El sistema es complejo, tenemos más de 400 unidades de recepción y 1.500 empleos generados”, dijo a Tierramérica el presidente de inpEV, João Cesar Rando.