Bangladesh reduce riesgos en partos con atención calificada

Shumi Begum, de 24 años y embarazada de siete meses, viajó 220 kilómetros desde su aldea hasta un centro de salud junto con su abuela paterna en busca de personal calificado que la asistiera al dar a luz.

“Nos atendemos aquí por la buena reputación de los proveedores del servicio. Nuestra familia ya dejó partos en sus manos y por motivos de seguridad pienso que este centro sigue siendo la mejor opción”, dijo a IPS su abuela, Hosne-Ara, mientras esperaba en una maternidad comunitaria en Jafargonj, en el distrito de Comilla, a unos 55 kilómetros de Dhaka.

Popularmente conocido como Mayer Hashi (madre sonriente), el centro de salud forma parte de un proyecto supervisado por EngenderHealth y financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

En la hacinada maternidad de dos pisos, Begum miró con ansiedad a una de las parteras para chequear si era su turno de consultar a la especialista conocida como “visitante de bienestar familiar”.

En la última década, el gobierno invirtió en un programa de salud, nutrición y población con apoyo de varios socios extranjeros para el desarrollo.

[related_articles]El plan adoptó una estrategia nacional para la salud materna que se centra en la atención obstétrica de emergencia para reducir la mortalidad de las parturientas, concentrándose especialmente en la detección temprana y en la remisión a los centros adecuados en casos de complicaciones, así como en la mejora de la calidad de la atención.

Un estudio realizado con la ayuda de varios socios para el desarrollo concluyó que la mortalidad materna en Bangladesh cayó de 322 muertes por cada 100.000 nacidos vivos en 2001 a 194 en 2010.

Pese a la mejora en la atención materna en su pueblo natal, la abuela de Begum no quiso correr riesgos durante el primer parto de su nieta.

Independientemente de que los centros de salud estatales hayan mejorado en general, el de Jafargonj se considera mejor que los demás. Quienes brindan allí los servicios de bienestar familiar son populares por sus esfuerzos por ofrecer cuidados sin riesgos durante el parto.

El centro también es “amigable con las mujeres”, dado que la mayoría de quienes concurren prestan especial atención a las necesidades personales de las pacientes. Y el largo viaje hasta Jafargonj ahora es menos peligroso debido a que también mejoraron las rutas.

En sus 13 años de carrera, Kawser Hasina Pervin, visitante de bienestar familiar en Jafargonj, fue dos veces premiada por el primer ministro por su destacada labor profesional.

Pervin relató a IPS que tratan a entre 20 y 25 pacientes diariamente y que en los últimos cinco años se registró un aumento de la cantidad de embarazadas que visitan el centro.

“Los motivos obvios son la mejora en la atención y el asesoramiento individual”, agregó.

Una clínica privada le costaría a su familia por lo menos 400 dólares. En un centro de salud estatal tendría que gastar solo en medicinas, que serían apenas entre 15 y 20 dólares. El problema es que en los centros del gobierno a menudo no hay medicinas disponibles.

“Por lo general, suegras y abuelas todavía prefieren los partos en el hogar, pero con las campañas de concientización y con una mayor educación de las niñas, esta tendencia está cambiando”, dijo Anjali Bala Das, proveedora de salud en el centro que realiza visitas regulares a la comunidad, en diálogo con IPS.

Tras “años de promover la maternidad segura, el hielo gradualmente se empieza a derretir”, señaló Das, quien trabajó durante dos décadas como promotora de planificación familiar.

“Los ancianos han empezado a reconocer los beneficios de la moderna atención médica en vez de adherir a los mitos tradicionales”, añadió.

Sabrina Begum, de 22 años, relató: “Mi suegra es una persona muy rígida y muy religiosa. Se niega a que los médicos que atiendan el parto sean hombres, así que siempre prefirió dar a luz en su hogar”.

Pero ahora, su suegra acude al centro de Jafargonj para consultar a los profesionales sobre un parto más seguro para su nuera. Y esto, luego de haber asistido a varios programas de concientización en su aldea de Ganganagar, en Comilla.

En Bangladesh, las gestantes rara vez deciden dónde dar a luz. A menudo, la mala alimentación y los embarazos precoces conducen a partos complicados. Esto causa unas 12.000 muertes cada año.

En su informe de país de 2011, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señaló que, aunque se redujo la mortalidad materna en Bangladesh, solo la mitad de las madres reciben cuidados prenatales de personal calificado. Según el estudio, la atención a la salud es correlativa a la riqueza del hogar y a los antecedentes educativos de sus integrantes.

“Estamos trabajando con el gobierno para promover partos más seguros desarrollando continuamente las habilidades del grupo profesional compuesto por personas como los proveedores de salud, los líderes comunitarios y religiosos”, dijo a IPS el médico Abu Jamil Faisel, representante de EngenderHealth en el país.

“La idea es aumentar el acceso a servicios de atención a la salud materna de calidad sin costo”, agregó.

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