Reformas en Cuba no pasan por la privatización

Más de un centenar de cooperativas no agropecuarias ampliaron este mes el sector independiente de la economía cubana, que incluye el trabajo por cuenta propia y a tenedores de tierras en usufructo, dentro de la política definida por el gobierno de modernización de la gestión de la propiedad estatal.

Las autoridades defendieron la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción como aspecto esencial del modelo que se construye a partir de los cambios señalados en los “Lineamientos de la política económica y social” del gobernante Partido Comunista de Cuba y la Revolución, hoja de ruta para la actualización del modelo impulsada por el presidente Raúl Castro.

En los debates parlamentarios del fin de semana pasado en La Habana, en los que este tema fue parte, el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo, aclaró que las transformaciones apuntan a construir un socialismo próspero y sostenible, en el cual la principal protagonista será la empresa estatal, fortalecida con mayor autonomía de gestión y en la distribución de sus resultados.

“Socialismo presupone propiedad social sobre los principales medios de producción, próspero significa estado de bienestar, y sostenible es sinónimo de desarrollo, porque sin él no se sostiene nada», señaló el también jefe de la Comisión de Implementación de las Lineamientos, la mayor responsabilidad en este proceso de modernización de la economía emprendido oficialmente en 2011.

Analistas consultados por IPS consideran la apertura de 124 cooperativas no agropecuarias, uno de los más “osados” pasos del gobierno de Castro, debido a que 112 de estas nuevas entidades eran estatales y están llamadas a ser más eficientes que sus antecesoras. Esta forma de gestión solo era permitida hasta ahora en el sector agrícola.

Por sectores, 99 se dedicarán al mercado agropecuario, en tanto que 12 funcionarán como brigadas de la construcción, cinco en el transporte de pasajeros, incluido el escolar, seis en reparación, chapistería y otros servicios al transporte, y las dos restantes al reciclaje y recuperación de materias primas. Próximamente se sumarán otras 71.

[related_articles]En una alocución trasmitida al finalizar los debates, Castro aseguró que su gobierno apoyará decididamente la creación de cooperativas no agropecuarias, las cuales, junto al despliegue del trabajo por cuenta propia, “facilitarán liberar al Estado de actividades productivas y de servicios no fundamentales para concentrarse en el programa de desarrollo a largo plazo”.

Sin embargo, se observa especial cautela en ese proceso, por cuanto esas primeras cooperativas no agropecuarias operarán inicialmente solo en las provincias de La Habana y sus vecinas Artemisa y Mayabeque. Según sea su desarrollo, la experiencia podrá extenderse al resto del país.

Estas cooperativas poseen personalidad jurídica y patrimonio propio, usan, disfrutan y disponen de sus bienes, pero también pueden emplear cualquier otro medio del Estado que este le conceda en arrendamiento. Su máximo órgano de dirección es la asamblea general, en la cual cada socio tiene un voto.

Murillo indicó que los cuentapropistas, que en septiembre de 2010 sumaban 157.037 registrados, en la actualidad ya llegan a 429.458. El gobierno inició en 2008 la entrega en usufructo de tierras ociosas, aunque pese a la autorización para construir viviendas en las áreas recibidas, entre otras medidas, sus producciones continúan siendo bajas

Datos recientes calculan en 176.000 el número de usufructuarios, para quienes, mediante el Decreto Ley 300 de diciembre de 2012 se amplió además de 40 a 67 hectáreas el límite máximo de tierras a entregar.

El Centro de Control de la Tierra asegura que ya cedió mediante esta modalidad 1,5 millones de hectáreas estatales sin cultivar y dispone de otras 975.000 para proseguir el programa, cuyo objetivo es incrementar el rendimiento agropecuario y la producción de alimentos.

Pese a esta y otras medidas, el sector agropecuario no logra rendimientos suficientes para satisfacer las necesidades del país, que se prevé tenga que pagar, al finalizar este año, una factura de 2.000 millones de dólares por la importación de alimentos.

“Hace falta liberalizar más a las fuerzas productivas”, se limitó a comentar para IPS un experto en temas agrarios.

Según esa fuente, la agricultura en Cuba absorbe 20 por ciento del empleo total y su aporte directo al producto interno bruto (PIB) es de menos de cinco por ciento, ya que es donde se encuentra la más baja productividad del país. “Aún falta un largo camino para recorrer, donde no se corresponde lo que se ha realizado con los resultados productivos”, advirtió el especialista.

La alimentación provoca los mayores gastos a la familia cubana promedio, en cuya economía pasó inadvertido el crecimiento de 2,3 por ciento del PIB en este primer semestre, reconoció el presidente Castro al cierre de las sesiones parlamentarias. Se proyecta que la expansión de la economía oscile entre 2,5 y tres por ciento al finalizar el año.

El gobernante cubano advirtió que un clima de orden, disciplina y exigencia en la sociedad cubana es “premisa imprescindible para consolidar el avance de la actualización del modelo económico y no admitir retrocesos contraproducentes”.

Al respecto, exhortó a la ciudadanía a sumarse a la lucha contra “el ambiente de indisciplina que se ha arraigado” en la sociedad cubana y “ocasiona daños morales y materiales nada despreciables”. A su juicio, ese enfrentamiento no debe ser una campaña más, sino “un movimiento permanente.

“Hemos percibido con dolor, a lo largo de los más de 20 años de período especial, el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”, sentenció al abundar en el tema.

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