¿Estaba la ONU preparada para entrar en Malí?

Dos niñas tuareg juegan en un campamento de refugiados de Burkina Faso. Crédito: Marc-André Boisvert/IPS.

Mientras los 12.600 efectivos de las nuevas fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU se ponen sus cascos azules y sustituyen a las fuerzas lideradas por África en Malí, consumida por la corrupción y el extremismo, hay temores de que esta transferencia de autoridad no se ejecute de modo exitoso.

La Misión de Apoyo Internacional a Malí con Liderazgo Africano (Afisma), contribuyó con sus 6.237 soldados a las fuerzas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en el marco de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de esa entidad en el país (Minusma) el 1 de este mes.

“Malí ha experimentado lo que solo puede describirse como un colapso fenomenal en los últimos 18 meses”, dijo a IPS Corinne Dufka, investigadora de Human Rights Watch.

Tras ser identificado como un caso de relativo éxito entre las naciones en desarrollo, con pocas elecciones ampliamente democráticas en su haber, Malí enfrentó a comienzos de 2012 en el norte de su territorio un levantamiento tuareg, al que se unió el grupo islamista armado Ansar Dine.

La situación causó el desplazamiento de sus hogares de cientos de miles de personas. Luego, en marzo del mismo año, un golpe de Estado se sumó a la inestabilidad en el país.

“La situación actual en Malí es resultado de muchas violaciones a los derechos humanos, así que ciertamente hay preocupaciones de que las tropas de la ONU desplegadas den el ejemplo correcto y que estén más allá de todo reproche”, dijo a IPS el director de Human Rights Watch en el foro mundial, Philippe Bolopion.

Varias organizaciones de derechos humanos se han manifestado en contra de la inclusión de Chad, un país censurado por su persistente uso de niños soldados, entre las naciones que contribuyen con tropas a la Minusma. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, colocó a Chad en la lista negra de países que reclutan niños en grupos armados.

La participación de Chad en la misión de mantenimiento de la paz de la ONU puede verse como un potencial problema de credibilidad, dijo a IPS la activista Layal Sarrouh, de Watchlist on Children and Armed Conflict.

“Nosotros (Watchlist) pensamos desde un punto de vista global que las partes listadas que están en los anexos del secretario general por cometer violaciones graves contra los niños no deberían incluirse en misiones de mantenimiento de la paz”, declaró Sarrouh.

Watchlist controla e informa sobre la situación de de los niños afectados por conflictos armados en países específicos.

Bolopion dijo a IPS que Chad debe cumplir su promesa de tomar todas las medidas necesarias para poner fin al reclutamiento infantil. De otro modo, el país deberá ser expulsado de la misión de la ONU, sostuvo.

Actualmente, el foro mundial no tiene una política para impedir que Chad se integre a la Minusma, pero sí tiene una política de chequear que no haya niños soldados antes de desplegar fuerzas de mantenimiento de la paz.

“Solo podemos esperar que la ONU haga todos los esfuerzos para examinar a sus propias tropas”, dijo Bolopion.

Persisten otras preocupaciones que son particulares de la Minusma. A diferencia de otras misiones, que típicamente llevan a cabo entrenamiento previo al despliegue en los respectivos países de los soldados antes de ingresar colectivamente en la nación en conflicto, la Minusma es una consolidación de fuerzas viejas y nuevas en territorio maliense.

Algunos cascos azules pisan Malí por primera vez, mientras que otros han estado activos durante medio año en la Afisma, con variados niveles de entrenamiento.

La Resolución 2085 del Consejo de Seguridad de la ONU, que autorizó la Afisma en diciembre de 2012, tenía fuertes salvaguardas en materia de derechos humanos y un buen lenguaje sobre entrenamiento previo al despliegue, según Sarrohu.

Sin embargo, muchas de esas salvaguardas no se implementaron cuando esa fuerza se desplegó para combatir insurgentes, apenas un mes después de la aprobación en el Consejo de Seguridad.

La Afisma “se desplegó mucho más rápidamente de lo esperado, y de un modo tan inesperado que se eludieron ciertos pasos que se iban a seguir”, dijo Sarrohu a IPS.

Ahora, la Minusma intenta calcular cómo ponerse al día, agregó.

El nuevo informe de Watchlist que detalla violaciones contra niños por parte de grupos armados en Malí destaca que en el último año la Afisma no implementó protocolos estándar de operación para la transferencia de niños soldados a las autoridades del país africano.

“Las tropas tienen un rol muy grande que desempeñar en la protección a la infancia, y requieren entrenamiento para entender cómo deberían ejercer ese rol”, dijo Sarrouh.

También, el año pasado se registró en Malí un aumento de casos de prostitución y explotación sexual por parte de efectivos de la Afisma, agregó.

“Lamentablemente, esto no es inusual en los conflictos, y es muy problemático en la medida en que los efectivos (de la Afisma) se convierten en mantenedores de la paz”, dijo Sarrouh.

“En el marco de una misión de paz de la ONU se fijan estándares más altos y pautas y protocolos más estrictos a seguir, incluidos los relativos a explotación sexual y abusos”, señaló.

Estas brechas en materia de entrenamiento y protocolos de derechos humanos que se identificaron en la Afisma serán transferidas por la Minusma a menos que los nuevos mantenedores de paz reciban suficiente formación para defender los estándares adecuados para la misión del foro mundial.

Bolopion dijo que “pese a la presión por un despliegue rápido, esperamos que la ONU se tome estas obligaciones muy en serio”.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe