Una arquitecta cubana diseñó un secador de ropa que aprovecha el calor del sol, pero elimina los inconvenientes del secado a la intemperie y no necesita energía eléctrica.
Dania González publicó en el número 61 de la revista Energía y Tú el diseño de este secador que se coloca en las fachadas de los edificios para ser usado desde el interior de los apartamentos y está pensado para la vivienda social en Cuba y otras latitudes.
“Consiste en un estante en cuyo interior la ropa se cuelga para ser secada por el aire que asciende, debido al aprovechamiento de la energía solar”, indicó González a Tierramérica.
La cabina, compuesta por vidrio y láminas metálicas de color negro, «puede construirse de manera artesanal o en la industria”, agregó González, directora de posgrado del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría.
El aparato protege las prendas de la radiación solar directa, que tiene un efecto decolorante, de lluvias repentinas y de la suciedad del ambiente. Además, mejora la imagen urbana, afeada por los tendederos que la gente coloca casi en cualquier lugar.