Presidentes y representantes de los países sudamericanos reclamaron explicaciones y disculpas para el presidente de Bolivia, Evo Morales, a los gobiernos de Francia, España, Italia y Portugal por haberle prohibido el uso del espacio aéreo al avión que lo transportaba de regreso de Rusia.
Una exigencia de «disculpas públicas» para el presidente Morales por las «acciones violatorias» de sus derechos es la posición unánime de los mandatarios y delegados de los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), reunidos de modo extraordinario este jueves 4 en la central ciudad boliviana de Cochabamba.
Además de calificar a las restricciones de tránsito aéreo por los cuatro países europeos de un «agravio y peligroso precedente», la declaración de la cumbre censuró las prácticas de espionaje que generaron el incidente que afectó al gobernante boliviano y a su comitiva oficial.
Conformaron, además, la creación de una comisión que hará el seguimiento de las denuncias a presentar ante organismos internacionales y exigieron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pronunciarse «sobre este hecho arbitrario».
[pullquote]3[/pullquote]La declaración no está suscripta por la Unasur como tal sino en particular por los presidentes Rafael Correa, de Ecuador, Cristina Fernández de Argentina, Nicolás Maduro, de Venezuela, José Mujica, de Uruguay y Desiré Bouterse, de Surinam, y por representantes de los gobiernos de Brasil, Colombia, Chile, Guyana y Perú. De la reunión en apoyo al presidente anfitrión no participó Paraguay por estar aún suspendido aún como integrante del bloque.
Aunque el miércoles 3 por la noche se anunció una cumbre de la Unasur, la dificultad de la presidencia temporal a cargo de Perú para lograr el quórum de mandatarios impidió su instalación y la consecuente declaración como bloque, pues los estatutos exigen que tal pronunciamiento se debe hacer por consenso de los 12 gobernantes de la región.
El asesor presidencial brasileño en política exterior, Marco Aurélio Garcia, ofreció excusas por la ausencia de la presidenta Dilma Rousseff. Versiones extraoficiales señalaron que no viajó por las protestas que conmocionan a ese país desde hace dos semanas.
Rousseff había expresado el miércoles en un comunicado su “indignación y repudio” por el incidente que puso en “riesgo de muerte” a Morales, tras alertar que el hecho no solo afectó a Bolivia sino a toda América Latina. Igual rechazo señalaron, por separado, los mandatarios Ollanta Humala, de Perú, Juan Manuel Santos, de Colombia, y Sebastián Piñera, de Chile.
Sin embargo, la ausencia de esos cuatro mandatarios fue interpretada por algunos como un “quiebre de las relaciones” entre los miembros de la Unasur.
“Lo que le pasó a Morales en Europa y la ausencia de mandatarios es un duro mensaje a los países del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) por sus políticas de nacionalización de empresas extranjeras, maltrato de embajadores e incumplimientos de acuerdos internacionales”, dijo a IPS el diputado de la opositora Convergencia Nacional, Luis Felipe Dorado.
Citó como ejemplo la propuesta de Morales de retirar a este país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Dorado lamentó el interés presidencial de romper relaciones con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en referencia a las declaraciones de Morales de que esas entidades son prescindibles para Bolivia.
De las presiones a las protestas
Previamente a la cumbre de Cochabamba, Fernández, Correa, Maduro y Bouterse participaron de un acto en desagravio a Morales convocado por organizaciones sociales bolivianas.
[related_articles]En la concentración el líder indígena que gobierna Bolivia relató haber sido víctima de la presión de un funcionario de la embajada de España en Austria, con el propósito de inspeccionar la aeronave presidencial mientras permanecía en el aeropuerto de ese país entre la tarde del martes 2 y la mañana del miércoles 3.
Morales y su comitiva oficial debió permaneció alrededor de 14 horas en Viena, a la espera del levantamiento de la prohibición impuesta por Francia, España, Italia y Portugal, bajo la sospecha de que en la aeronave que viajaban, de matrícula boliviana, se encontraba Edward Snowden, el denunciante de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
El diplomático español, del cual no reveló su identidad, intentó en varias ocasiones forzar el acceso al avión, en medio de una permanente coordinación telefónica con la cancillería de su país, narró.
Ante ello, dijo haber expresado su vehemente rechazo, argumentando que su condición era de un mandatario y no de “un delincuente”.
“Este atropello lo consideramos propio, de nuestros pueblos y de nuestras sociedades”, expresó la presidenta Fernández durante el acto realizado en un escenario deportivo de Cochabamba.
“Resulta curioso que los países que reclaman por la seguridad jurídica, el respeto al derecho internacional y los derechos humanos hayan cometido esa inédita violación”, recriminó Fernández. “Que pidan perdón alguna vez en su vida”, reclamó.
Por su parte, Mujica sostuvo que los cuatro gobiernos europeos “se equivocaron de medio a medio”. “Es un papelón para los viejos países… y nosotros no somos colonias. Cuando un gobernante latinoamericano es agredido, todos nos sentimos agredidos”, añadió, reclamando disculpas en lugar de “argumentos sin fundamento”.
Maduro coincidió con sus pares. “Es el abuso, el desprecio a los pueblos latinoamericanos porque decidimos ser libres y hacemos revoluciones democráticas”, indicó, tras acusar a la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) de organizar el cerco aéreo a la aeronave de Morales.
Rafael Correa también señaló a las “agencias de inteligencia” de los países involucrados en el incidente de coordinar simultáneamente la prohibición que obligó al avión boliviano a aterrizar de emergencia en Viena. Cuestionó a Washington y atribuyó al “discurso anticolonialista” como causa de las reacciones contra los países gobernados por líderes y partidos de “una renovada izquierda”.
Las expresiones de los gobernantes visitantes se dieron en el marco de protestas de seguidores de Morales contra las representaciones diplomáticas de Estados Unidos, España, Francia, Portugal e Italia.
En Santa Cruz de la Sierra, militantes del gobernante Movimiento al Socialismo pintaron grafitis antiestadounidenses en las paredes del consulado de esa potencia.
Una corriente de opinión, emergente de sectores populares que reclamaban la expulsión de los embajadores de los cuatro países europeos comprometidos en el incidente, perdió respaldo en filas del oficialismo tras el regreso del presidente en la medianoche pasada.
Pero Morales sentenció, desafiante, que posee el valor suficiente para obligar a Estados Unidos a cerrar su embajada en Bolivia, convencido de que ese país es responsable de la conspiración de la que fue víctima.