“Francisco debe alentar a los jóvenes a asumir compromisos”

El brasileño Frei Betto, exponente de la Teología de la Liberación, durante la entrevista. Crédito: Fabíola Ortiz /IPS

La Iglesia Católica se volvió esclerótica y teme afrontar los asuntos de la postmodernidad, criticó el teólogo brasileño Frei Betto, aunque tiene la esperanza de que el primer papa latinoamericano, Francisco, la reimpulse al centrarse en temas sociales y en la defensa de los pobres.

En una entrevista con IPS, el  fraile dominico, asesor especial del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) en el primer bienio de su mandato presidencial, también llamó a las autoridades de Brasil a dialogar “cara a cara” con los movimientos sociales para escuchar sus reivindicaciones, sin palabras vacías y promesas huecas.

Carlos Alberto Libânio Christo, conocido universalmente como Frei Betto, espera que el argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires hasta que asumió el papado el 13 de marzo, aliente a los jóvenes a volver a soñar, comprometerse con temas sociales y creer en utopías, cuando visite Brasil entre el 22 y 29 de julio.

Francisco realizará su primer viaje como Papa para participar en la 28 edición de la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará entre el 23 y el 28 de julio en Río de Janeiro.

Autor de más de 56 libros y ganador de importantes premios literarios y por su defensa de los derechos humanos, Frei Betto acaba de lanzar una nueva obra, “O que a vida me ensinou (Lo que la vida me enseñó)”.

IPS: ¿Qué es lo que la vida le ha enseñado?

FREI BETTO: En este libro, lo especial son los relatos autobiográficos que nunca había hecho públicos antes, como mi participación en los últimos días de Tancredo Neves (el primer presidente electo tras la dictadura 1964-1985, muerto antes de asumir el cargo), o como cuidé a mi padre, un dependiente químico.

También cuento como enfrenté un intento de corrupción, en que me ofrecían ganar dos millones de dólares, y dedico tres capítulos a mi visión actual sobre la espiritualidad.

IPS: Como exponente de la Teología de la Liberación, qué papel asigna a esta corriente dentro del catolicismo latinoamericano?

FB: No hay que hablar de ella en pasado. La Teología de la Liberación todavía ejerce un papel importante dentro de la Iglesia Católica de América Latina, especialmente a través de comunidades eclesiales de base, de círculos bíblicos, de encuentros de fe y de política, como el próximo que se realizará en Brasilia en noviembre.

Creo que esta corriente, además, obligó a cambiar el discurso de los papas sobre asuntos sociales. En los últimos tiempos ellos han sido más contundentes al respecto, como muestran las críticas hechas por Juan Pablo II y Benedicto XVI al neoliberalismo, o esta vez en modo positivo, la visita que los dos hicieron a Cuba.

IPS: ¿Cómo interpreta la renuncia de Benedicto XVI y que se haya elegido para sucederlo por primera vez a un latinoamericano, Francisco, y no a un europeo?

FB: Renunciar fue un acto de humildad evangélica de Benedicto XVI, cuando desde hace siglos ningún Papa lo había hecho.

Tengo mucha esperanza en el pontificado del “papa Chico Bento” (como le llama a Francisco en referencia a un popular personaje del caricaturista brasileño Maurício de Sousa, de vestimenta, comportamiento y maneras pueblerinas), por ser latinoamericano. Está abierto a las cuestiones sociales y, sobretodo, comprometido con la defensa de los derechos de los más pobres.

El hecho de adoptar el nombre del santo más emblemático de la historia cristiana, Francisco, ya dice mucho. Vamos a esperar los 12 discursos que pronunciará en la Jornada Mundial de la Juventud.

IPS: ¿Ve posible una reforma de la Iglesia Católica? ¿Cuáles son a su juicio los asuntos más sensibles que enfrenta esta iglesia?

FB: El papa Chico Bento tendrá que abrir el debate dentro de la Iglesia Católica sobre asuntos urgente y candentes, que permanecen congelados: el fin del celibato obligatorio, la ordenación de mujeres en el sacerdocio, el uso de preservativos, la biogenética o la reforma de la curia romana.

IPS: La Jornada Mundial supondrá el estreno internacional de Francisco. ¿Qué expectativas tiene sobre este acontecimiento?

FB: Espero que la Jornada a través de los gestos y palabras del Papa traiga esperanzas a los jóvenes y los aliente a asumir un compromiso por un mundo de justicia, libertad y paz. Estoy convencido de que cuanta más utopía, menos drogas, como sucedió en mi generación, que tenía 20 años en la década de los 60.

Y cuanta menos utopía, como ocurre en este mundo “globoconolizado” actual, más drogas. Es que ahora se vive sin soñar.

IPS: ¿Cree que la Jornada supondrá un llamado a la Iglesia a renovarse, para contrarrestar así la pérdida o apatía de fieles?

FB: Sí, la Iglesia Católica se esclerotizó por miedo a enfrentar los temas de la postmodernidad, como los relacionados con la fe y la ciencia, la desigualdad social, los nuevos perfiles sexuales y las relaciones de género.

IPS: Usted fue muy cercano a Lula. ¿Desde ese lugar, cómo analiza a su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff? ¿Le parece que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) ha cambiado su rumbo?

FB: Lamento que el PT haya cambiado su proyecto sobre Brasil por un proyecto de poder. Aun así, considero que los gobiernos de Lula y de Dilma son los mejores de nuestra historia republicana. Falta realizar reformas estructurales –agraria, política y otras- y mantener un mayor diálogo con sus orígenes, los movimientos sociales.

IPS: ¿Cómo administra a su juicio la presidenta los numerosos conflictos y movilizaciones sociales que han tomado las calles de las principales ciudades?

FB: Sin suficiente empeño, de modo tímido y con el recelo de desagradar a los retrógrados de su alianza y los barones del gran negocio agropecuario. El PT se separó de sus bases sociales, de los movimientos que movilizan la esperanza, y ahora corre el riesgo de caer víctima de ellos.

Las únicas salidas para el gobierno son dialogar cara a cara con esos movimientos sociales, sin palabras vacías y promesas huecas, y para el PT retornar al trabajo de base, junto a los sectores oprimidos y excluidos de la población.

El gobierno va bien en distribución de la renta económica y mal en la distribución de la ‘renta política’. No hay diálogo con los liderazgos populares ni avances en la demarcación de tierras indígenas y en la reforma agraria, al igual que no hay consulta, tal como exige la Constitución, a los pueblos indígenas sobre la construcción de grandes obras en sus territorios.

IPS: ¿Qué opina en particular sobre las actuales protestas sociales, que comenzaron por el incremento del pasaje del transporte público y fueron alimentadas por la dura represión policial en Río, São Paulo y otras ciudades?

FB: Hay un fenómeno nuevo. Los analistas todavía no se dieron cuenta: basta con estar vinculado a las redes sociales para sentir la movilización, sea a través de información o la movilización en las calles. Esas protestas confirman que nuestros gobiernos están muy distantes de los movimientos sociales, de la juventud organizada, en especial el gobierno de São Paulo y el federal.

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