El brasileño Roberto Carvalho de Azevêdo, formalmente nombrado este martes 14 nuevo director general de la OMC, llegó a esa posición con el amplio respaldo del mundo en desarrollo, superando en la fase final al mexicano Herminio Blanco, preferido por los países industrializados.
Los resultados del proceso de selección ponen de manifiesto que buena parte de los miembros de la OMC(Organización Mundial del Comercio), en su mayoría países en desarrollo, están descontentos con el statu quo que Blanco representaba, dijo a IPS la coordinadora de la red Nuestro Mundo No Está en Venta (OWINFS, por sus siglas en inglés), Deborah James.
La activista y experta en comercio de OWINFS, una red de decenas de organizaciones e institutos de estudio de todo el mundo, precisó que «la insatisfacción de los gobiernos del Sur se relaciona con la prolongación del actual modelo fracasado de globalización corporativa, fundado en la liberalización y la desregulación».
«La OMC consolida globalmente ese modelo sin tener en cuenta los efectos negativos de esas políticas en los obreros, los campesinos y el ambiente», sostuvo.
La designación de Azevêdo ha sido considerada como una bocanada de aire fresco para el enrarecido clima que adormece desde hace por lo menos una década a la OMC, conducida en los últimos ocho años por el francés Pascal Lamy.
[related_articles]En su declaración ante el Consejo General de la OMC que consagró a Azevêdo por un mandato de cuatro años a partir del 1 de septiembre, la delegación de Sudáfrica sostuvo que con este nombramiento se celebra una triple victoria, por la diversidad, el consenso y el multilateralismo.
También reclamó que la dirección de la OMC debe reflejar la diversidad de sus 159 estados miembros y representar a todas las regiones.
Hoy hemos conseguido que América Latina esté representada por primera vez en la dirección de la OMC, dijo. «Pronto le tocará el turno a África de aportar la riqueza de sus dirigentes a esta institución», agregaron los representantes de Pretoria.
La OMC y su antecesor, el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), fueron siempre gobernados por representantes de naciones industrializadas, excepto en el periodo 2002-2005, cuando la organización estuvo a cargo del tailandés Supachai Panitchpakdi.
James advirtió que ahora le corresponderá a Azevêdo responder a las necesidades evidentes que la sociedad civil, a través de OWINFS, ha estado mostrando.
Se refirió así a la transformación del sistema existente para asegurar que pueda proveer a los países el suficiente espacio político para perseguir un programa positivo hacia el desarrollo y la creación de empleo.
De esa manera, «las reglas comerciales pueden facilitar, antes que entorpecer, los esfuerzos mundiales por asegurar una verdadera seguridad alimentaria, el desarrollo económico sustentable, el acceso global a la salud y los medicamentos y la estabilidad financiera», demandó James.
La reconocida organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) instó a Azevêdo a que otorgue prioridad al acceso a los medicamentos.
Rohit Malpani, director de política y análisis de MSF, observó que la designación de Azevêdo «coincide con el reclamo del grupo de los Países Menos Avanzados (PMA) de continuar exceptuados de la aplicación de los Acuerdos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (Adpic)».
Los PMA pretenden que la excepción se aplique hasta tanto persista su condición de menor desarrollo.
Malpani estimó que la prolongación de ese beneficio permitirá a los PMA evitar los efectos de prácticas monopólicas sobre medicamentos, diagnósticos y aparatos médicos.
Ese y otros reclamos del grupo figuran, junto a cuestiones de agricultura y de facilitación de comercio, entre los probables temas de la conferencia ministerial de la OMC que deberá sesionar del 3 al 6 de diciembre en Bali, Indonesia.
Azevêdo ha evitado comentarios precisos sobre la marcha de la OMC a causa de su condición de mero director general designado, que se prolongará hasta el 1 de septiembre.
Sin embargo, en un reconocimiento de las dificultades que afrontan las negociaciones de un acuerdo ministerial en Bali, el diplomático brasileño advirtió que, si no se consigue el éxito, la marcha será mucho más ardua.
El director designado dijo que es necesario mover a la OMC «de su actual parálisis a una organización que nuevamente sea valiosa y obtenga resultados negociados que el mundo desea y espera».
Pero las diferencias entre los negociadores no son la única amenaza a la conferencia ministerial de Bali. La Coalición Campesina Asiática (APC, por sus siglas en inglés) anunció que se propone demostrar su enérgica resistencia a la OMC durante las sesiones de Bali.
La organización realizará acciones coordinadas contra la OMC en Filipinas, Indonesia, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, Nepal e India, indicó el subsecretario general de la APC, Rahmat Ajiguna.
Los acuerdos de agricultura de la OMC causan desplazamientos masivos, destrucción de la industria local y la creciente apropiación de tierras y recursos, aseveró la ACP.