Ante la sucesión de sismos de las últimas semanas en el norteño departamento hondureño de Atlántida, las autoridades instalaron un sismógrafo para monitorear nuevos movimientos y alertar a los habitantes de los riesgos.
Lisandro Rosales, de la Comisión Permanente de Contingencias, dijo a Tierramérica que el sensor generará información que será procesada en el Departamento de Física de la Universidad Nacional Autónoma, a fin de registrar el movimiento geológico en la zona que, se estima, será constante por la falla sísmica existente y la cantidad de energía concentrada en el subsuelo.
Los últimos movimientos destruyeron 140 viviendas.