Hace 19 días, Diane Wilson, una pescadora de 65 años del meridional estado estadounidense de Texas, tomó la decisión de realizar una huelga de hambre frente a la Casa Blanca.
Vestida con un traje anaranjado como el que llevan los prisioneros en Guantánamo, Wilson exige desde hace más de dos semanas el cierre de la cárcel en esa base militar, donde son recluidos sospechosos de terrorismo.
El presidente Barack Obama es objeto de fuertes críticas por no haber cumplido su promesa de clausurar la prisión. Aunque el mandatario arguye que la medida se encuentra bloqueada por el Congreso legislativo, activistas sostienen que al menos se podría iniciar el proceso de transferir a los detenidos que fueron absueltos de todo cargo.
La cárcel de Guantánamo comenzó a funcionar en 2002. Según trascendió, al menos 100 de los 166 prisioneros que se encuentran allí realizan huelga de hambre, algunos de los cuales han sido alimentados a la fuerza.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos condenaron esta práctica, a la que consideran una forma de tortura.
No es la primera vez que se realiza una huelga de hambre en Guantánamo. La primera ocurrió en 2005, y en ella participaron unos 200 prisioneros.
IPS: ¿Qué procura lograr con esta protesta?
DIANE WILSON: La prisión debe ser clausurada. Eso es lo que quiero. Estoy ayunando en solidaridad con esos prisioneros de Guantánamo, que simplemente quieren justicia.
Es muy bien sabido que el presidente Obama puede cerrar Guantánamo ahora mismo. Puede hacerlo. Debió haberlo hecho ya.[related_articles]
IPS: Considerando que es una mujer de 65 años, ¿qué hará si su cuerpo sencillamente no resiste consumir solo agua, un puñado de sal y una tableta de potasio?
DW: Cada vez que esos pensamientos pasan por mi cabeza, pienso en esos hombres en Guantánamo. Yo puedo acostarme en una cama blanda por la noche, puedo hablar con otras personas y no estar en una celda fría. No soy humillada ni torturada, y si ellos pueden hacerlo, yo también.
Además, esta no es la primera vez que ayuno por varios días. La vez que lo hice por más tiempo fue por 45 días, cuando protesté para impedir que (la compañía de energía) Valero explotara las arenas alquitranadas en Houston, Texas. Era un poco más joven entonces, y la edad está pasando su factura. Pero esto recién empieza.
Básicamente, soy una persona optimista, y realmente creo que la gente puede hacer una diferencia. En cierta forma me rendí al ayuno. Lo mantendré todo lo que pueda. No me preocupo por la posibilidad de colapsar. Todo lo que tengo que hacer es pensar en esos hombres en Guantánamo. Yo sé que podemos cerrar esa prisión, y si es necesario estoy dispuesta a recorrer este camino.
IPS: ¿Por qué eligió la Casa Blanca como lugar para su protesta?
DW: Estoy protestando directamente frente a la Casa Blanca. Es un lugar estratégico. Hace unos días me encadené a las rejas. Uso un traje anaranjado y tengo cadenas alrededor de mis piernas y cuello. También uso una capucha negra. Esta es mi forma de representar a Guantánamo frente a la administración de Obama.
Soy un constante recordatorio de las condiciones en las que viven los prisioneros de Guantánamo. Para lograr un cambio, se debe protestar frente a sus narices.
IPS: ¿Cómo reacciona la gente cuando la ven?
DW: Algunas saben que estoy realizando una protesta. Otras simplemente se paran a ver. A veces pasan y me dicen que están a favor mío. Yo diría que casi 90 por ciento de las personas con las que hablo están de acuerdo con mi causa. Muchos niños que vienen para conocer la Casa Blanca muestran curiosidad.
Hay muchos extranjeros y siempre se muestran curiosos, y me hablan. También muchos senadores llegan y me dicen que hago un gran trabajo. Algunos hasta me dan la mano y me dicen que siga adelante.
IPS: ¿Cuál es su inspiración?
DW: Me inspiro mucho en Gandhi. Es mi hombre.
IPS: ¿Cómo se define, como una militante política, una ambientalista o simplemente una pescadora?
DW: Cuando me lo preguntan, yo digo que soy una pescadora. Represento la cuarta generación de una familia de camaroneros. No hice nada (políticamente) hasta que cumplí 40 años. Me desperté tarde.
Yo creo que hay muchos problemas con los diferentes movimientos (de la sociedad civil). Está el ambiental, el indigenista y el de derechos humanos, y todos tienden a estar en campos separados. Pero hay una conexión entre todos.
Creo que por ser pescadora y por haber vivido en una bahía no tengo sentido de las fronteras, y por eso surgió mi activismo.
IPS: ¿Cuál fue la reacción de sus familiares?
DW: Generalmente no les digo lo que estoy haciendo, solo dejo que lo averigüen. Mis parientes son en su mayoría del (opositor) Partido Republicano, y aman a George W. Bush (presidente entre 2001 y 2009). No les gusta que haga este tipo de cosas.
IPS: Usted es la autora del libro «An Unreasonable Woman» (Una mujer insensata). ¿Se considera alguien con quien no se puede razonar?
DW: No, solo estoy pidiendo por la vida de estos hombres.