Los sectores público y privado de Zimbabwe siguen despidiendo a trabajadores sin poder darles la debida compensación. Ante ello, exempleados del Banco de Reservas acudieron a la justicia esta semana para exigir resarcimientos.Economistas en este país de África austral explicaron que muchas compañías han tenido que reducir el número de sus empleados para afrontar la pérdida de ganancias, pero también tienen enormes dificultades para pagar los paquetes de despido.
"La economía del país está teniendo un mal rendimiento y, si no se desarrolla la industria local, las compañías tienen poco o ningún dinero para pagar los despidos", dijo a IPS el economista independiente Kingston Nyakurukwa.
Con él coincidió Hapson Munjanja, otro economista independiente local, quien añadió que no se puede culpar a las empresas por no poder compensar a sus exempleados.
"No es culpa de las compañías que los trabajadores no reciban sus compensaciones. Las políticas del gobierno nunca han sido buenas para que los empleadores hagan negocios rentables, y espantan a los inversores", dijo a IPS.
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Pero la dura situación económica no ha impedido que los trabajadores reclamen sus derechos.
El Tribunal Laboral en Harare recibió el miércoles 27 denuncias de 1.456 exempleados del Banco de Reservas de Zimbabwe que no han recibido su pago de despido desde la reestructura de 2011. Las audiencias fueron fijadas para el 3 de abril.
Webster Ngundu, presidente del grupo de extrabajadores del banco, dijo a IPS que su situación podría derivar en una crisis humanitaria.
"Sin los puestos de trabajo ni paquetes de despido, varios exempleados del banco y sus familias carecen de atención médica. Y muchos de nuestros hijos e hijas están en casa porque ya no podemos pagar las cuotas de sus escuelas", indicó.
"Tenemos muchos casos en que exempleados del banco se suicidaron luego de que la institución no pudiera cumplir con sus promesas", indicó Ngundu.
Mildred Chikukwa es una madre soltera de 37 años, con cuatro hijos a cargo, y fue despedida del banco en 2011. "Debido a mi desesperada situación, podría optar por el trabajo sexual para poder alimentar a mis hijos", confesó a IPS.
Mientras, el gobernador del banco, Gideon Gono, insiste en que la institución no tiene dinero para pagarles a sus exempleados debido a los problemas de liquidez.
Una de las razones es que el Banco Central dejó de emitir dólares zimbabwenses en 2009, optando por un régimen de convertibilidad para afrontar la hiperinflación.
El caso del Banco de Reservas no es el único. Otras firmas públicas y privadas, como la minera Rio Zim, la aerolínea Air Zimbabwe y la algodonera Cotton Company of Zimbabwe también despidieron a cientos de trabajadores entre 2011 y 2012.
Aunque no hay cifras más recientes, un informe de 2009 elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios señaló que la tasa de desempleo en este país afectaba a 94 por ciento de la población económicamente activa.
La gran mayoría de los zimbabwenses sobreviven en el sector informal.
El economista Eric Bloch opinó que, en el peor momento de la crisis, de 2000 a 2010, entre 15.000 y 20.000 empleados fueron despedidos.
Pero estadísticas de la Confederación de Empleados de Zimbabwe muestran que, aunque lo más grave parece haber pasado, los despidos continúan.
En 2011, un total de 4.432 trabajadores perdieron sus puestos laborales tanto en el sector privado como en el público, contra 6.972 en 2010.
En 2012, el Ministerio de Trabajo y Servicios Sociales aprobó el despido de 1.681 trabajadores en todo el país
"Varias industrias se convirtieron en comercios, y el país dejó de ser una economía productora para convertirse en un gran supermercado", dijo a IPS el director la Confederación, John Mufukari.
El sindicalista señaló además que los despidos se incrementaron cuando el país adoptó el nuevo régimen monetario y los niveles de producción se volvieron insuficientes para pagar los salarios.
Un alto funcionario del Ministerio de Trabajo que prefirió no ser identificado dijo a IPS: "La menor demanda de productos, la maquinaria anticuada, la falta de materias primas, la falta de capital circulante y la baja capacidad de producción son factores que llevaron a los despidos y al consiguiente cierre de industrias".
Percy Mcijo, jefe regional del Congreso de Sindicatos de Zimbabwe, dijo a IPS que varias compañías ya venían incumpliendo sus pagos antes de despedir a sus trabajadores.
"Debido a las dificultades que experimentan en las ciudades, muchos exempleados optan por regresar al ámbito rural y jamás reciben sus compensaciones", explicó Mcijo.
Muchos extrabajadores, como Donson Mbizi, de 44 años, del suburbio pobre de Highfields, en Harare, no han podido encontrar un nuevo empleo estable.
"Perdí en 2009 mi trabajo en la mina de oro de Patchway, en el distrito de Kadoma, donde había trabajado durante 16 años. Hasta ahora no he recibido mi compensación y me dedico a vender verduras", dijo a IPS.
Mbizi señaló que presentó una queja ante la justicia, pero nunca obtuvo respuesta.
El presidente del Consejo de Trabajadores Sociales de Zimbabwe, Philip Bohwasi, dijo que la falta de compensaciones para los despedidos suponía también una carga para sus familias.
"El sufrimiento de aquellos que son despedidos es transferido a sus familiares, hijos y esposas. La tensión y el estrés crecen, causando disputas familiares y eventuales casos de violencia y abusos", dijo a IPS.