«Baby Doc» comparece por primera vez ante la justicia de Haití

«Todo iba bien cuando yo estaba aquí», dijo al tribunal el exdictador haitiano Jean-Claude «Baby Doc» Duvalier. «Cuando volví (en 2011), encontré un país quebrado y corrupto. Soy yo quien debería preguntar qué han hecho con mi patria».

Por primera vez en la historia, Duvalier enfrentó el jueves 28 de febrero a sus acusadores y contestó preguntas sobre corrupción y violaciones de derechos humanos cometidos durante su brutal régimen (1971-1986).

La audiencia ante un tribunal de apelaciones fue parte de un proceso para determinar si Duvalier puede ser juzgado por diversos crímenes.

"Es un día maravilloso para la justicia en Haití", dijo a IPS la abogada especializada en derechos humanos Nicole Phillips, del Instituto por la Justicia y la Democracia en Haití, con sede en Washington. "Por primera vez…, y pese a los esfuerzos de sus defensores, Duvalier debió comparecer en una corte".

Antes del jueves, "Baby Doc" había desoído tres citaciones judiciales desde que retornó a Haití, en 2011.
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El caluroso salón del tribunal estaba repleto. Entre los asistentes había más de 10 víctimas del régimen, periodistas nacionales y extranjeros, abogados y representantes de organizaciones de derechos humanos.

La defensa no logró convencer a los jueces de que la audiencia se celebrara a puertas cerradas. Duvalier, de aspecto enfermizo y empapado en transpiración, contestó durante cuatro horas preguntas y acusaciones de los magistrados, formuladas en voz alta por el secretario del juzgado, susurrando evasivas y negaciones frívolas.

Las respuestas más irreverentes recibían el aplauso de un grupo de viejos seguidores del régimen de la dinastía Duvalier, que se extendió entre 1957 y 1986, contando los años en que su padre, François "Papa Doc" Duvalier, ejerció el poder.

Cuando el juez Jean-Joseph Lebrun lo interrogó sobre asesinatos y ejecuciones perpetradas en su gobierno, Duvalier replicó: "Todos los países tienen asesinatos".

"¿Había presos políticos en Fort Dimanche?", preguntó el juez sobre la cárcel conocida como el "Auschwitz de Haití" y donde se estima que murieron unos 3.000 prisioneros, tanto ejecutados como de hambre y enfermedades.

"Fort Dimanche estaba lleno de toda clase de delincuentes", fue la respuesta de Duvalier.

En cierto punto, el exdictador se atrevió a exclamar: "En todas las esferas tengo buenos antecedentes". Incluso intentó pasar a la ofensiva.

"Todo iba bien cuando yo estaba aquí. Cuando volví, encontré un país quebrado y corrupto. Soy yo quien debería preguntar qué han hecho con mi patria", lanzó.

La organización Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, estima que bajo el mandato de los Duvalier fueron asesinadas entre 20.000 y 30.000 personas. Activistas y defensores de derechos humanos documentaron también torturas, violaciones, destierros y desapariciones forzadas.

En el espacio reservado a las víctimas se encontraba Robert "Boby" Duval, un exprisionero de Fort Dimanche.

Cuando le preguntaron por él, Duvalier aseveró que había sido arrestado por "actividades subversivas" y "posesión de armas", y añadió que Duval, entonces un joven empresario, había sido "bien tratado" en la prisión. "Un familiar le traía la comida tres veces al día", mantuvo.

"Yo no tenía ningún arma", contestó más tarde a IPS un indignado Duval. Duvalier "dijo una sarta de mentiras sobre mí".

"Me encerró en Fort Dimanche y me obligó a pesar 40 kilogramos", continuó Duval, un corpulento ex jugador de fútbol que pasó 17 meses preso entre 1975 y 1976, ocho de ellos en la temida prisión.

"Nos daban 300 calorías diarias… Encerraban a 40 personas en una celda de cuatro por cuatro. Se morían dos o tres por día", agregó.

Los jueces también expusieron a Duvalier las acusaciones de corrupción y malversación de fondos públicos que pesan contra él. Se estima que "Baby Doc" se embolsó al menos 300 millones de dólares.

Ante la pregunta de si tenía dinero depositado en el exterior, Duvalier contestó "no", pese a que se le han congelado casi cuatro millones de dólares de una cuenta en un banco suizo.

La vida en el resto del país continuó como de costumbre. Pero, fuera del tribunal, los ancianos seguidores del exdictador entonaban "Larga vida a Duvalier" y "Duvalier, este es tu país, haz lo que quieras", enfundados en ropas rojas y negras, los colores del antiguo régimen.

Por la radio y en línea los haitianos seguían la marcha de la audiencia gracias a los mensajes de Twitter, las fotos y los videos que enviaban periodistas, abogados y activistas desde la sala judicial.

La periodista haitiana Rachèle Magloire enviaba tuits con citas cada minuto. En cierto punto tuiteó que Duvalier decía: "Soy hijo de un gran nacionalista. Si no fuera por mí, el país hubiera caído en una guerra civil".

Otro reportero tuiteó "Los seguidores de Duvalier lo aclaman", y un corresponsal extranjero sumó "Día extraordinario en #Haití".

La audiencia continuará el jueves 7, cuando Duval y otras víctimas esperan testificar. Así se da curso a una apelación presentada por ciudadanas y ciudadanos que sufrieron bajo el régimen de Duvalier y que habían presentado en 2011 una demanda para que se lo juzgara por crímenes contra la humanidad.

En enero de 2012, un juez desestimó los cargos, citando como una de las razones que el delito de asesinato tiene un término de prescripción de 10 años en Haití. Su fallo fue duramente criticado dentro y fuera del país, incluso por la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay.

La Oficina de Abogados Internacionales (BAI por sus siglas en francés), uno de los colectivos que representan a las víctimas, señaló que tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como Amnistía Internacional y HRW sostienen que los abusos del régimen de Duvalier constituyen crímenes contra la humanidad.

"Esos delitos no pueden ser descartados por ningún término de prescripción, conforme al derecho internacional que está obligado a respetar Haití", dijo el jueves en un comunicado el abogado de la BAI, Mario Joseph.

"Por respeto a la ley, la corte debe acceder a la apelación de las víctimas y permitir que Duvalier vaya a juicio tanto por sus crímenes económicos como por la violencia política. Tras los acontecimientos de hoy, estamos esperanzados en que el tribunal tome una decisión justa", agregó.

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