Los astros políticos y electorales se están alineando de tal modo que Estados Unidos y México tienen una enorme oportunidad para profundizar de manera sustancial sus relaciones, en especial en las áreas de comercio, energía y migración.
Este es el mensaje de un informe divulgado este miércoles 6 en Washington y redactado por una comisión especial del Diálogo Interamericano, un centro de análisis dedicado a las relaciones continentales.
Puesto que el mandato del presidente Enrique Peña Nieto, de México, y el segundo de su par Barack Obama, de Estados Unidos, comenzaron casi simultáneamente, ambos tienen cuatro años por delante para afrontar algunos de los problemas bilaterales más complejos y duraderos, señala el informe "Una agenda más ambiciosa".
En concreto, las reformas propuestas por Peña Nieto al sector energético de su país podrían dar como resultado la explotación de sus enormes depósitos de petróleo y gas de esquisto, reafirmando el estatus de ese país como gran productor de crudo y "acercando más que nunca antes a América del Norte a su independencia energética", señala el estudio.
Por otra parte, el "papel decisivo" que jugaron los votantes de origen latinoamericano en las elecciones estadounidenses de noviembre impulsó la reforma migratoria al tope de la agenda política de Washington por primera vez en esta generación, según el análisis de la comisión especial encabezada por el expresidente mexicano Ernesto Zedillo y la ex representante comercial de Estados Unidos, Carla Hills.
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Esta exfuncionaria también copreside Diálogo Interamericano, junto a la exmandataria de Chile, Michelle Bachelet.
"Las perspectivas son mejores de lo que han sido en las últimas décadas para una reforma significativa de la política migratoria estadounidense, que debería arrojar importantes logros económicos para los dos países y aliviar a la vez una vieja fuente de tensiones y desconfianzas bilaterales", añade el texto.
La oportunidad de acercamiento es menos evidente en cuanto a las políticas antidrogas y la violencia, que han causado la muerte de más de 60.000 personas en México en los últimos seis años. Pero la cooperación entre los organismos policiales y de seguridad de las dos naciones alcanzó grados muy elevados.
"Es el momento de evaluar la Iniciativa Mérida (apoyada por Washington), reforzar las medidas para abatir el consumo estadounidense de drogas y detener el flujo de armas (desde Estados Unidos hacia México)", indica el reporte.
Desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1992, el intercambio bilateral se amplió en 500 por ciento y México pasó a ser el tercer mayor socio comercial de Estados Unidos.
Los estadounidenses de origen mexicano constituyen ahora más de 10 por ciento de la población de Estados Unidos y siete por ciento de su electorado.
El informe insta a los dos países a perseguir tres prioridades "de alto nivel": hacer que sus mercados laborales comunes sean más eficientes y equitativos; crear un mercado energético norteamericano más coherente; y coordinar con Canadá las negociaciones del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica con algunos países sudamericanos y de Asia oriental.
Un reporte similar, "New Ideas for a New Era" (Nuevas ideas para una nueva era), publicado hace dos semanas por el Instituto México del Woodrow Wilson Center for International Scholars, subraya dos ventajas sustanciales de este momento.
Son ellas el buen funcionamiento de la economía mexicana y la aparente voluntad de los legisladores del opositor Partido Republicano estadounidense para hacer concesiones en materia migratoria.
Esto incluye mecanismos para legalizar a unos 11 millones de inmigrantes indocumentados, de los que más de la mitad serían mexicanos, según diferentes estimaciones.
"Hay enorme optimismo en la relación bilateral y la razón es la sensación de que estamos ante un nuevo comienzo", dijo a IPS el coautor del informe del Wilson Center, Duncan Wood.
"Tenemos entonces la oportunidad de un diálogo mucho más positivo, en especial si lo comparamos con lo que vimos en el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), cuando la principal preocupación era la seguridad, la violencia y la muerte", agregó.
En su opinión, "el gobierno de Peña Nieto puede lograr que se hagan cosas". Su Partido Revolucionario Institucional, que gobernó durante 71 años ininterrumpidos hasta el año 2000, "sabe cómo alcanzar consensos", al contrario que Partido de Acción Nacional de Calderón, que ejerció el poder en los últimos dos sexenios concluidos en diciembre.
En materia migratoria, Washington debe implementar un programa de ingreso para trabajos temporales más amplio y predecible, tanto para profesionales como para trabajadores poco calificados, asegurando así un flujo mayor de inmigrantes legales, que además seguirían domiciliados en México.
Además, la ley migratoria debe incluir mecanismos para que los inmigrantes indocumentados legalicen su estatus, lo que "beneficiaría grandemente las economías de los dos países" por el aumento de las contribuciones impositivas a gobiernos locales, estaduales y federales, y de las remesas de dinero enviadas a México, señala el informe de Diálogo Interamericano.
Con los dramáticos resultados de las elecciones de noviembre, en las que más de 70 por ciento de los votantes latinos se inclinaron por el demócrata Obama, se cree que una reforma de este tenor tiene más probabilidades que nunca antes de ser aprobada con votos republicanos.
La inseguridad pública, el crimen organizado y el narcotráfico "pueden constituir la prueba más horrorosa" para los dos gobiernos, indica el reporte y recomienda que revisen juntos las políticas de Washington en materia de drogas y armas de fuego, cuyas exportaciones a México han disparado la violencia en ese país.
Peña Nieto debería cumplir su promesa electoral de crear una policía federal de elite que permita reducir rápidamente el papel de los militares en la lucha al narcotráfico, mientras Obama debe destinar muchos más recursos a la prevención y el tratamiento de la drogadicción, indica el texto.
Las recomendaciones del informe de legalizar la marihuana y reevaluar la Iniciativa Mérida son "detalles estimulantes" a juicio de Laura Carlson, directora del Programa de las Américas del Centro para la Política Internacional, con sede en Ciudad de México.
La Iniciativa Mérida es un polémico tratado de Estados Unidos con México y América Central, destinado a combatir el narcotráfico y sus carteles, con un financiamiento de Washington.
Pero Carlson manifestó su oposición a que la comisión redactora "repita fórmulas que han conducido al aumento de la pobreza en el marco del TLCAN y que han hecho de México una de las naciones más desiguales del mundo".
"No sorprende que este grupo recomiende más libre comercio, más privatización, más trabajadores invitados y más perforaciones petroleras", dijo a IPS por correo electrónico.
Pero "es difícil de tragar que no se haga mención del alivio a la pobreza, de la crisis ambiental común, de los derechos humanos o de la corrupción a ambos lados de la frontera", concluyó.
* Lea el blog de Jim Lobe sobre la política exterior de Estados Unidos.