Agricultores de Mauricio dejan de lado los químicos

El mauriciano Kritanand Beeharry pudo cultivar miles de plantas de sandía sin utilizar fertilizantes químicos.

Kritanand Beeharry está orgulloso de su producción. Crédito: Nasseem Ackbarally/IPS
Kritanand Beeharry está orgulloso de su producción. Crédito: Nasseem Ackbarally/IPS
El agricultor está orgulloso de su plantación de media hectárea en Soreze, cerca de Port Louis, la capital de Mauricio. "Mire eso, se ven fuertes y más desarrolladas. Es por el compost (fertilizante orgánico)", dijo a IPS.

Ya pasó casi un mes desde que el gobierno se asoció con fabricantes privados de compost para ofrecerles a los agricultores un subsidio de 30 por ciento en la adquisición de fertilizantes fabricados con desechos domésticos.

Un creciente número de productores ya notan los beneficios. "Es como el estiércol que usábamos hace mucho tiempo", indicó Beeharry.

El abono "no estuvo disponible por décadas, porque la cría de animales decayó aquí, y no tuvimos más opción que usar químicos que dañaron nuestro suelo", explicó.
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El Plan de Subsidios al Compost, ofrecido por el gobierno desde el 1 de este mes, permite a los agricultores pagar 50 dólares menos por tonelada de fertilizante orgánico elaborado por la firma Solid Waste Recycling.

Roopesh Beekharry, director del Fondo para el Bienestar de los Pequeños Agricultores, que administra el subsidio, informó que 525 de los 12.000 productores de Mauricio ya aprovecharon el descuento. "Y el número crece cada día", dijo a IPS.

Beekharry dijo confiar en que el interés crecerá aun más a partir de marzo.

En total, unos 2.000 agricultores han comprado compost desde que abrió la planta en junio de 2012, según Solid Waste Recycling.

El productor de tomate Kripalou Sunghoon, de la norteña localidad de Triolet, opinó que el subsidio llegó en el momento oportuno, pues los precios de los fertilizantes químicos iban en aumento.

Estos valen entre 750 y 800 dólares la tonelada, mientras que el compost representa la alternativa más barata, cuesta entre 175 y 200 dólares la tonelada.

"Ya no podemos comprar fertilizantes químicos", dijo Sunghoon a IPS. "El compost subsidiado bajará el costo de nuestros insumos, además de darle nueva vida al suelo".

Los beneficios de la producción orgánica no son nuevos para Manoj Vaghjee, presidente de la Fundación de Recursos y Naturaleza, organización no gubernamental que promueve la agricultura sostenible en esta isla.

La organización capacita desde hace cinco años a productores en agricultura biológica y en el uso de compost.

Vaghjee aseguró que, gracias al compost, las plantas crecían más fuertes y resistían mejor los insectos y las pestes, mientras que los agricultores obtenían mejores cosechas.

"Nuestros aprendices obtuvieron entre 30 y 40 por ciento más de quingombó, maíz, tapioca, calabaza y berenjenas gracias al compost", dijo a IPS.

Es más, el fertilizante orgánico fortalece las raíces y previene la erosión del suelo, según el ingeniero agrícola Eric Mangar, del Movimiento para la Autosuficiencia, organización no gubernamental por el desarrollo rural.

En cambio, "los químicos afectan el suelo y reducen la resistencia de las plantas a enfermedades y pestes", dijo a IPS. "Contaminan los ríos y los lagos, así como las reservas de agua subterránea, y también afectan la calidad de los vegetales".

Sin embargo, el compost también recibe algunas críticas

Raffick Dowlut, de la Unidad de Investigación y Extensión Agrícola, informó haber realizado estudios en los que constató que el abono orgánico elaborado en base a desechos domésticos contenía una cantidad relativamente más baja de nutrientes en comparación con los fertilizantes químicos.

No obstante, admitió que "el compost mejora la naturaleza física, química y biológica del suelo, así como su fertilidad, mientras que los químicos no".

Por su parte, el agrónomo Ramesh Rajkumar aconseja a los productores no cambiar drásticamente de fertilizante. En cambio, sugiere el uso de una mezcla de compost y químicos, pues estos últimos aportan minerales a las plantas.

"La fertilidad del suelo se daña por el uso de demasiados químicos durante un largo tiempo", explicó. "Se deben usar lentamente", apuntó.

Mientras, la planta de reciclaje de Solid Waste Recycling evita que unas 100.000 toneladas de basura sean lanzadas cada año en el único vertedero de la isla, en la sureña localidad de Mare Chicose, según Patrick Maurel, jefe ejecutivo de la empresa.

Si fueran vertidas allí, "contaminarían el agua subterránea y las reservas hídricas, además de liberar metano, que contamina el aire", dijo Maurel a IPS.

Los 1,3 millones de habitantes de Mauricio producen unas 1.200 toneladas de basura al día, equivalentes a 400.000 al año, y el gobierno gasta unos 16 millones de dólares en su recolección y transporte, según el Ministerio de Gobierno Local.

Citando un estudio elaborado en 2002 por la Universidad de Mauricio, Maurel explicó que casi 90 por ciento de la basura era reciclable, y que 55 por ciento podía ser transformada en compost y empleada en la agricultura.

Mientras, Beeharry subrayó que el uso de abono orgánico era una mejora desde todo punto de vista.

"Cuando nos preocupamos por el ambiente, nos preocupamos por los recursos naturales, la tierra, el agua y el aire. Esto no solo ayuda a una mejor producción, sino que también nos garantiza alimento diario, ahora y en el futuro", afirmó.

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