Los profesores de la Escuela Municipal IV Centenario de esta ciudad brasileña están entrenados para construir trincheras con sus alumnos en el lugar más seguro del plantel en caso de que haya un tiroteo.
Este es solo un detalle de un proyecto educativo que va mucho más allá de tratar de suministrar atención diferenciada a comunidades afectadas por la violencia en Río de Janeiro.
El centro es una de las 152 "Escuelas del Mañana", seleccionadas dentro de la red escolar municipal por estar ubicadas en áreas catalogadas como vulnerables.
El Complexo da Maré es una "favela" (barrio pobre y hacinado) de los suburbios del norte de Río de Janeiro donde viven 1,5 millones de personas y que como otros conjuntos habitacionales surgidos espontáneamente carece de servicios básicos.
Las favelas también sufren el dominio histórico de bandas de traficantes de drogas y la irrupción reciente de grupos parapoliciales, conocidos como "milicias" e impulsados por poderes económicos. "Todos estamos entrenados para eso. Hicimos un curso. Así que los días que tenemos incursión (operativo policial) ya sabemos lo que tenemos que hacer", contó a IPS la directora de la escuela, Rita de Cassia Magnino.
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La capacitación les ayuda a minimizar los efectos de una guerra urbana no declarada. Los profesores llevan a los alumnos a lugares protegidos como tabiques y lejos de ventanas, expuestas a las balas y a la rotura de vidrios.
Magnino espera que días así acaben cuando este año llegue al Complexo da Maré el proceso de pacificación, un plan que comenzó a desarrollarse en las favelas cariocas en 2008, y que incluye, además de la ocupación policial del barrio, proyectos de saneamiento, infraestructura, salud y mejora de la renta.
El programa de las Escuelas del Mañana fue establecido en 2009 por la Secretaría de Educación de Río de Janeiro para reducir el ausentismo escolar y mejorar el aprendizaje en zonas de riesgo, y sus alcances sobrepasan con mucho los tabiques que protegen a los alumnos ante la eventualidad de las balas.
"El desafío es establecer una escuela con calidad educacional, que enfrente las carencias de comunidades tradicionalmente postergadas", dijo a IPS el presidente del Centro Brasileño de Estudios Latinoamericanos, Jorge Werthein.
"Para ello, hay que entender que es lo que la comunidad atendida por estas escuelas de mañana necesitan y como incentivarlas a participar de las actividades escolares", puntualizó el también exdirector en Brasil de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). "La única manera de combatir realmente la violencia es con una educación de calidad", sintetizó Magnino.
Esa calidad educativa se basa en seis pilares y beneficia a más de 109.000 niños y niñas en comunidades pacificadas y no pacificadas.
El primero es el de una educación integral, con más de 50 actividades de refuerzo escolar, cultura, artes y deportes.
A diferencia de otros centros de la red municipal y provincial, estas escuelas tienen salas de lectura, de computación y laboratorios de ciencia.
El programa "Científicos del Mañana" es otro pilar. Se basa en una nueva metodología de enseñanza de ciencias de la Fundación Sangari, que estimula al alumnado a desarrollar el razonamiento y sentido crítico. "Es fantástico, el alumno aprende como nace un pez con un acuario, como nace una flor", celebró la directora.
"La presencia del coordinador pedagógico, importante para administrar junto al director el proyecto político pedagógico", destacó al citar un fundamento de la iniciativa: la capacitación permanente de profesores y de otros gestores educativos.
Otro pilar, "Salud en las Escuelas", promueve el control periódico de los alumnos. Al detectar un problema, este es canalizado a un puesto médico municipal.
Pero, destaca Magnino, el programa no sería posible sin la participación de la comunidad y de las familias.
El programa "Barrio Educador" integra a los vecinos y padres a la escuela e intenta detectar problemas en cada hogar. También incorpora a madres voluntarias y pasantes universitarios como apoyo escolar. Magnino coordina reuniones quincenales con los padres y representantes, en las que la asistencia oscila entre 85 y 90 por ciento, un récord que adquiere mayor valor porque muchos hogares tienen al frente a una mujer sola que trabaja todo el día.
"El problema surge cuando la familia no está presente, porque ella es muy importante", subrayó la directora del plantel con 500 escolares de 4 a 12 años. "De tanto convocar a la madre o al padre, terminan creyendo en el proyecto", agregó.
Los profesores también se capacitaron como mediadores de conflictos entre la escuela y la comunidad, y para abordar temas como el consumo de drogas o la violencia.
Para la directora, el combate a la violencia comienza por la escuela.
"Se les explica a los chicos que la violencia no resuelve nada, que con diálogo todo se puede resolver", destacó.
"El gran diferencial es promover una enseñanza distinta, en forma integral y con una metodología dinámica, que elabore el bloqueo de los niños que sufren con la sobreexposición a la violencia", resumió a la prensa local la secretaria de Educación de la alcaldía de Río de Janeiro, Claudia Costin.
Los resultados ya son visibles en las Escuelas del Mañana.
"Lograron aumentar el interés de los alumnos y disminuyó el abandono y la repetición", subrayó Werthein al calificar la iniciativa de "extremadamente interesante e innovadora".
Datos oficiales indican que la tasa de deserción escolar cayó entre 2008 y 2011 de 5,1 a 3,2 por ciento. Además, el Índice de Desarrollo de Educación Básica nacional destacó que en estas escuelas se incrementó entre 2009 y 2011 la participación de alumnos en los últimos grados, aquellos que adolescentes abandonan cuando las bandas delictivas los reclutan. El avance tiene especial importancia por el entorno precario de las escuelas.
"Funcionan donde hay o hubo por mucho tiempo grandes tiroteos y los alumnos desertaban para trabajar con el tráfico", recordó Costin.
Las Escuelas de Mañana son todavía una isla en el total de 1.074 establecimientos educativos municipales, pero las autoridades de Río de Janeiro buscan extender el programa a toda su red educativa, mientras otros estados estudian replicar la iniciativa.
Werthein va más allá. "Instalar escuelas de calidad en las favelas es un ejemplo a seguir en otros muchos países de América Latina", sostuvo.