Carlos Herrera espera que el gobierno que desde este sábado 1 encabeza Enrique Peña en México investigue la desaparición de cuatro de sus ocho hermanos. Muchas reivindicaciones similares están al acecho de la respuesta del flamante presidente.
«Tenemos la esperanza de un trato distinto y con una visión totalmente diferente», dijo Herrera a IPS. «Queremos que se dé un trato más humano», amplió este hombre de 34 años, originario del occidental estado de Michoacán.
En agosto de 2008 desaparecieron sus hermanos Raúl y Salvador en el sureño estado de Guerrero y en septiembre de 2010 ocurrió lo mismo con sus hermanos Gustavo y Luis, pero en la sureña entidad de Veracruz. Las dos regiones están asediadas por las mafias del tráfico de drogas y nada se ha sabido de ellos.
Por eso, Herrera se unió al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), fundado en 2011 por el poeta Javier Sicilia, tras el asesinato de su hijo Juan, destinado a visibilizar a las víctimas y sus familiares de campaña antidrogas impulsada por el saliente presidente conservador Felipe Calderón y cuyo fracaso ha signado su sexenio.
La llegada a la Presidencia de Peña representa el retorno al gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tras un interregno de 12 años en el poder del Partido de Acción Nacional (PAN).
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El MPJD se siente defraudado por Calderón, quien prometió hallar a los desaparecidos y hacer justicia durante dos encuentros muy publicitados, y por ello no quieren que se repita ese engaño con la nueva administración.
«El gobierno que acabó jamás atendió los casos que le presentamos. Nos quedó muy claro que ninguno fue atendido. Tenemos esperanza de que el nuevo gobierno tenga la palabra que este no tuvo. Y que realmente ponga gente capaz y que nos ayude a encontrar a nuestros hijos», manifestó a IPS la activista Margarita López.
López mantuvo una huelga de hambre junto a otras madres de desaparecidos entre el 6 y el 13 de noviembre frente a la Secretaría (ministerio) de Gobernación. Ella busca a su hija Yahaira Baena desde 2011, cuando fue secuestrada por hombres armados en el sureño estado de Oaxaca.
El MPJD y el movimiento estudiantil #Yo soy 132, surgido en mayo, en plena campaña para las elecciones del 1 de julio, han protagonizado la escena del activismo social en México este año y se preparan para proseguir con su lucha durante el nuevo sexenio.
«Este sábado 1 implica un reto para la sociedad civil, porque las prácticas represivas no bajarán sino que se van a intensificar. Eso demanda más organización y participación», declaró a IPS la portavoz de #Yo Soy 132 Mariana Favela.
El colectivo estudiantil considera a Peña como una «ficha» de los grandes poderes políticos y económicos del país y, al igual que las organizaciones de defensa de derechos humanos, critica su labor como gobernador del estado de México, contiguo a la capital, entre 2005 y 2011.
Organizaciones humanitarias acusan a Peña, de 46 años, de que durante su mandato reprimió a los movimientos sociales, fue pasivo ante los crecientes feminicidios en el estado y se incrementó el crimen, en especial los homicidios y secuestros.
El movimiento #Yo soy 132 surgió en mayo, precisamente a raíz de una movilización en una universidad privada contra la visita a la institución de Peña, cuando voceros de su campaña y del PRI descalificaron la protesta y aseguraron que solo participaron 131 estudiantes.
La organización de estudiantes de universidades públicas y privadas nació como apartidista, pacífica, antineoliberal y contraria al entonces candidato Peña, tanto por su trayectoria como por representar al PRI, que hasta 2000 gobernó a México siete décadas seguidas.
Los universitarios han estructurado mesas de trabajo para debatir sobre ejes como reforma política, democratización de los medios, educación, salud y migración y de las cuales emanarán posturas para contrarrestar al nuevo gobierno.
Ese movimiento decidió recibir a Peña con manifestaciones este mismo sábado 1 en varias ciudades mexicanas y otras de Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Bélgica y Alemania, mientras el nuevo presidente asumía el cargo en el palacio del bicameral Congreso legislativo.
Mientras el MPJD propugna porque se haga justicia a las víctimas de la violencia, #Yo Soy 132 aspira a la democratización de los medios y en especial del poderoso sector de la televisión, dominado por el duopolio privado de Televisa y TV Azteca.
El combate contra las drogas lanzado por Calderón cuando asumió la Presidencia en diciembre de 2006, deja como saldo unos 100.000 muertos, según datos de organizaciones no gubernamentales, como México Evalúa.
Además, defensores de derechos humanos estiman en más de 10.000 las desapariciones forzadas y en unos 250.000 el número de desplazados internos.
«La paz está muy lejos, hay un estado de descomposición social tremendo. Esperamos que se cambie la política de guerra», lamentó Herrera, quien abandonó Michoacán por los riesgos que corre.
Peña ha dicho que dará un viraje a la lucha contra el crimen organizado del narcotráfico, pero sin detallar cómo lo hará.
Miembros del MPJD se reunieron con integrantes del equipo de transición de Peña y recibieron promesas de que se atendería sus casos.
Una de las principales demandas es la publicación en el Diario Oficial de la Federación de la Ley General de Víctimas para que entre en vigor. La norma fue aprobada por el parlamento en abril y vetada por Calderón en julio.
«El equipo de transición nos dijo que estaban en la mejor disposición de poder ayudarnos. Tenemos esa esperanza. No podemos ponerle un plazo a Peña, tendría que ponérselo él, porque si incumple el que le demos, puede decir que fue por nuestra presión», sostuvo López.
#Yo Soy 132 efectuará su asamblea nacional el 16 y 17 de este mes en una localidad del central estado de Morelos, al sur de Ciudad de México, para analizar la coyuntura y definir acciones para 2013.
«La movilización en las calles y el uso de las redes sociales se combina con los debates para generar alternativas. Nos pensamos como un contrapeso al poder», resumió Favela, estudiante de filosofía de la ciencia en la estatal Universidad Nacional Autónoma de México.
«Después de seis meses, hemos consolidado como colectivo a un montón de gente que estaba dispersa, y hemos generado un espacio discursivo y de acción», añadió.
Paradójicamente, tras pasar al club de los expresidentes, Calderón dará clases en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la estadounidense Universidad de Harvard, una de las de más prestigiadas en el mundo. Pero como le escribió Javier Sicilia en julio en una carta pública: «Los muertos y las víctimas no te dejaremos dormir en ningún sitio».