En su condición de socios en un bloque de economías emergentes, es normal que Sudáfrica haya aumentado sus exportaciones de vino al mercado chino. Sin embargo, la industria vitivinícola de este país considera que el apoyo de las autoridades aún no es el adecuado.
Los gobiernos de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) se unieron para formar una alianza, pero algunos operadores comerciales creen que podrían hacer más para incentivar el intercambio además de su actividad política en instancias multilaterales.
"La inclusión de Sudáfrica en el BRICS debería significar un impulso inmediato y masivo a la industria vitivinícola, pero en mi opinión ni siquiera se siente", alertó Mike Ratcliffe, propietario de la bodega de Warwick en Stellenbosch, en el corazón de los viñedos del Cabo.
"Un optimista podría señalar que aumentó la cantidad de litros de vino vendidos a China, pero eso sería engañoso, pues se hace muy poco para consolidar una marca con la expectativa razonable de un crecimiento sostenible", explicó.
"La mayoría de los vinos sudafricanos están entre los más baratos, lo que aumenta el riesgo de crear una mala percepción y dañar la reputación de calidad de Sudáfrica", añadió.
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Ratcliffe se mostró reacio a las actuales iniciativas del Departamento de Industria y Comercio para alentar la exportación de vinos a China. Los esfuerzos tendrían que canalizarse a través del órgano de exportación específico: Vinos de Sudáfrica (WOSA, por sus siglas en inglés).
"Los viajes patrocinados por el departamento al mercado chino no están bien planificados, son mal recibidos, por eso veo que es un uso irracional de fondos estatales", se quejó.
"Las autoridades deberían dar esos fondos a WOSA, que están dedicados a promover específicamente la industria vitivinícola, y se asegurarían de que los fondos fueran utilizados de forma efectiva y eficiente", añadió.
El chef de televisión y consultor de vinos Michael Olivier dijo a IPS que debe haber esfuerzos mejor coordinados entre los distintos actores para mejorar las ventas de los vinos sudafricanos en China.
"Desearía que el BRICS ayude, pero se necesita un mercadeo consistente para que lograr avances", subrayó.
"Creo que la industria tiene influencia, por separado más que de forma colectiva. WOSA también debe involucrarse", añadió.
A Ratcliffe le preocupa que la industria "todavía tenga que abrir una oficina en China, nombrar un representante chino o comenzar algún tipo de campaña de medios y de mercado efectiva" en ese país.
"Esta situación no es del todo consecuencia de la falta de voluntad política, sino principalmente de la escasez de recursos", puntualizó.
"Los fondos genéricos para promocionar la exportación deben proceder de las arcas provinciales y nacionales para apoyar a una industria de mano de obra intensiva", propuso Ratcliffe.
El especialista en mercadeo y crítico de vinos Jeremy Sampson coincidió en que el apoyo del gobierno de Sudáfrica a la industria vitivinícola no es suficiente ni hay pruebas de él.
"Al parecer están atareados con esto, ¿pero dónde están las pruebas?", alegó.
Sampson dijo a IPS que debe ponerse más imaginación para promover las exportaciones, y se refirió al aumento de las subastas de vinos premium en Hong Kong para decir que es una plataforma que debiera explorarse mejor.
Ratcliffe está convencido de que las exportaciones a China pueden, y deben, promoverse.
"Para que Sudáfrica sea reconocida como una nación productora de vinos de gran calidad, tenemos que tener una exposición internacional", explicó.
"El vino sudafricano puede ser una efectiva herramienta nacional de mercadeo, ubicado entre los mejores del mundo y en cada góndola de supermercado", apuntó.
"Qué mejor para llevar un pedacito de una Sudáfrica tangible al mundo en forma efectiva y barata", añadió.
Ratcliffe está convencido de que la recompensa será enorme, pues China tiene virtualmente un potencial ilimitado como mercado de vinos.
"La demanda es enorme, el interés en los vinos sudafricanos se mantiene intacto y su calidad es venerada", opinó.
"Sudáfrica tiene una oportunidad histórica de aprovechar esa demanda, pero no se esforzará al máximo para lograrlo", criticó.
Los vinos sudafricanos no pudieron avanzar en Estados Unidos, "y debemos ser cautelosos de no perder la oportunidad de China, dejar que nuestra competencia nos lleve la delantera" en ese país, añadió.
"El mercado chino es enorme, y todo el mundo ya está allí", coincidió Sampson.
Uno de los desafíos es que hay cientos de productores de vinos y marcas diferentes en Sudáfrica, pero Ratcliffe arguyó que no es una característica exclusiva de este país y que no debería ser un freno.
"Hay solo unas pocas bodegas suficientemente organizadas y con posibilidades de aprovechar la oportunidad china", alegó.
"Esas empresas debería entrar en China y oficiar de plataforma para el resto de la industria", añadió.
Los vinos sudafricanos no se benefician de las ventajas arancelarias que la competencia negoció a través de acuerdos de libre comercio con Beijing. Por ejemplo, señaló Ratcliffe, los exportadores de vinos australianos pagan muchos menos impuestos que los sudafricanos.
"La diferencia entre los impuestos a las importaciones pagados por los vinos sudafricanos en comparación con los australianos es sorprendente y vergonzoso", protestó.