Médicos del Instituto Nacional de Salud Infantil, un hospital estatal de esta meridional ciudad pakistaní, esperan que este invierno sea el último en que tengan que atender a grandes cantidades de niñas y niños con neumonía.
Esta enfermedad es la principal causa de muerte de menores de cinco años en Pakistán y representa alrededor de 19 por ciento de la mortalidad infantil.
Pakistán se convirtió en octubre en el primer país de Asia meridional en incorporar la vacuna contra la neumonía de forma gratuita para inmunizar a cinco millones de niños y niñas al año.
Según la médica Mohsina Ibrahim, del Instituto Nacional de Salud Infantil (NICH, por sus siglas en inglés), la iniciativa también ayudará a disminuir la incidencia de otras enfermedades relacionadas, como la meningitis, pero solo si "a esta vacuna se le da la misma importancia que a la de la polio y se administra puerta a puerta", subrayó.
Con una mortalidad de menores de un año de 78 por ciento cada 1.000 nacidos vivos y de menores cinco de 94 por ciento, el gobierno estaba bajo fuerte presión para introducir esta vacuna en el esquema de inmunización.
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Con estos indicadores es muy difícil que Pakistán logre reducir en dos tercios la mortalidad de menores de cinco años para 2015, como se propone el cuarto de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio (ODM).
La nueva iniciativa formará parte del esquema básico de inmunización infantil, una serie de inoculaciones gratuitas administradas desde el nacimiento hasta los 15 meses para proteger a este sector de la población contra distintas enfermedades como difteria, tosferina, sarampión, tétanos, meningitis, poliomielitis, tuberculosis y hepatitis B.
La medida es el resultado de una asociación entre el gobierno de Pakistán, la Alianza Mundial para las Vacunas y la Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
GAVI aportará 680 millones de dólares y el gobierno 17 millones de rupias (unos 175.000 dólares) para administrar la vacuna hasta 2015.
"GAVI ofrece fondos a aquellos países que sin su ayuda nunca tendrían la capacidad fiscal de introducir nuevas vacunas", dijo a IPS el pediatra Zulfiqar Bhutta, quien dirige la unidad de salud infantil y de mujeres de la Universidad Aga Khan, de Karachi.
Esto se logra comprando directamente a los fabricantes vacunas a precios fuertemente subsidiados y al por mayor. "Tras un periodo de negociaciones, se espera que los países asuman los gastos", añadió.
Eficacia no garantizada
Según Bhutta, "la tarea más difícil" sigue siendo ampliar la cobertura del esquema básico de vacunación de 60 a 90 por ciento de los menores, si el país pretende seguir en carrera para alcanzar el cuarto ODM. Además está el desafío de "asegurarse de que las vacunas lleguen a los pobres y no se filtren o se vendan en el mercado abierto", recordó.
Ifra Sameen, otra pediatra del NICH, también se mostró escéptica de que la vacuna vaya a "llegar a quienes la necesitan".
Si bien reconoció que es un "paso en la dirección correcta", Sameen dijo a IPS que teme que "las buenas intenciones tropiecen con la baja cobertura de inmunización del sistema de salud estatal".
"No hemos podido eliminar la polio, que ha contado con un enorme compromiso político y se hizo puerta a puerta. Además, ya tenemos una vacuna contra el sarampión, pero la enfermedad persiste", se lamentó.
"En este contexto, ¿qué posibilidades tenemos de eliminar la neumonía, que requiere que el niño sea trasladado a un centro de salud y reciba tres dosis en tres momento distintos?", añadió.
Huma Khawar, coordinadora del programa de apoyo a organizaciones no gubernamentales de GAVI, cree que es fundamental generar conciencia sobre este asunto.
"A menos que los responsables de los niños, ya sea la madre, el padre o los abuelos, estén totalmente convencidos de la importancia y de los beneficios de la vacuna y se aseguren que estén inmunizados contra las nueve enfermedades, los esfuerzos del gobierno, de GAVI, y de las otras agencias para reducir la mortalidad infantil no lograrán mucho", añadió.
Además de no llegar a los niños en zonas de conflicto y las que están controladas por la insurgencia, el programa debe superar otros obstáculos como la pobreza y la falta de educación de las madres, así como la mala gobernanza del sistema de salud pública para lograr una inoculación efectiva, según la médica Ibrahim.
Si bien se alegra de que una vacuna extremadamente cara, de poco más de 13.000 rupias (unos 133 dólares), esté al alcance de todos, cree que "sería mejor fortalecer la cobertura de las vacunas existentes en vez de introducir nuevas".
"El gobierno debió concentrarse en la difteria, la tosferina, el sarampión y el tétanos. La vacuna contra el sarampión, con una eficacia de 95 por ciento, reduciría la incidencia no solo de esa enfermedad, sino también de la neumonía, la meningitis y la diarrea", añadió.
También deberían atender problemas como "la desnutrición, el bajo peso al nacer y el amamantamiento no exclusivo, que aumenta el riesgo de los niños de sufrir enfermedades neumocócicas", apuntó Ibrahim.
"Los bebés que viven en lugares hacinados, con un importante grado de contaminación doméstica y malas condiciones de saneamiento son especialmente susceptibles", añadió.
"La desnutrición es quizá la principal causa de la neumonía", arguyó la pediatra Sameen. Según la última Encuesta de Demografía y Salud de Pakistán, de 2006 y 2007, 38 por ciento de los menores de cinco años tienen bajo peso.
Sameen, especializada en desnutrición infantil, realizó un estudio entre enero y junio de este año de niños y niñas internados en el NICH por desnutrición grave y encontró que 20 por ciento sufrían neumonía.
El plan de acción mundial para la prevención y el control de la neumonía, una iniciativa de la OMS y de Unicef, recomienda un enfoque de tres puntas para luchar contra esta enfermedad que incluye: protección (pecho exclusivo y mejora de la nutrición), prevención (uso rutinario de vacunas contra sarampión, DTP3, difteria, tosferina y tétanos, así como Hib, anti-Haemophilus influenzae tipo b, y neumocócicas) y tratamiento (con antibióticos apropiados y oxígeno).