Pese a demoras en el traslado de miembros del equipo negociador de las FARC hacia La Habana, de donde viajaron rumbo a Oslo este martes 16, esa guerrilla y el gobierno de Colombia subrayaron que «lo importante» es que la mesa de diálogo se instalará el jueves 18 en la capital de Noruega.
Ambas delegaciones viajaron por separado a ese país escandinavo en la tarde de este martes 16.
La instalación ante la prensa se hará luego de reuniones que comenzarán el miércoles 17 y que las partes denominaron en comunicado conjunto "cita por la paz de Colombia".
El gobierno y la guerrilla comunista FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), surgida en 1964 y de fuerte raigambre campesina, podrán acreditar 30 delegados cada uno, con cinco negociadores principales y cinco suplentes, y los demás como asesores.
Es el acuerdo logrado tras más de año y medio de conversaciones exploratorias en casi absoluta reserva, con Noruega y Cuba como garantes y el acompañamiento de Venezuela y Chile.
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Encabeza la delegación gubernamental el exvicepresidente Humberto de la Calle y la integran negociadores clave escogidos por el presidente Juan Manuel Santos, incluyendo representantes de la industria y altos militares.
Según una fuente de IPS cercana a las FARC, en la reunión de este miércoles 17, la delegación insurgente llamaría la atención sobre una "silla vacía".
En efecto, mientras los negociadores plenipotenciarios del gobierno son cinco, del lado de la guerrilla estarán presentes solo cuatro.
La silla vacía corresponde a Simón Trinidad, nombre de combate del exbanquero Ricardo Palmera, extraditado en 2004 por el entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010) a Estados Unidos. Allí cumple una pena de 60 años de prisión por el secuestro, por parte de las FARC, de tres militares contratistas estadounidenses en 2003, que permanecieron en cautiverio hasta 2008.
Con la designación de Trinidad, las FARC estarían indicando que la extradición de este guerrillero inauguró la pérdida de autonomía de Colombia para solucionar el conflicto interno, y que el diálogo requiere definiciones sobre el papel de Estados Unidos en la guerra contrainsurgente de este país andino, de la que es principal financiador y estratega militar.
El 7 de septiembre, la emisora colombiana RCN Radio dio a conocer una carta de Trinidad en la que decía al presidente Santos: "Mi asistencia como delegado de la paz es factible".
"Basta una sencilla gestión política y diplomática de su parte ante el gobierno de los Estados Unidos, usted lo sabe muy bien", agregaba.
La ministra de Justicia, Ruth Stella Correa, y el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, plantearon expectativas más modestas, al estimar que Trinidad podría participar a través de teleconferencia, si así lo autoriza Estados Unidos.
Públicamente no se conoce reacción alguna de ese gobierno.
Este martes 16 siguen figurando en la sección "Wanted" (requeridos) de la Policía Internacional (Interpol), órdenes de captura solicitadas por Estados Unidos, por el mismo secuestro de los tres estadounidenses, contra el negociador plenipotenciario de las FARC Andrés París (Emilio Carvajalino) y contra Tanja Nijmeijer, guerrillera holandesa que hace parte del equipo asesor.
En cambio, Interpol confirmó este martes que ya había suspendido las órdenes de captura internacional contra los negociadores de las FARC que solicitó el gobierno colombiano. En Colombia fueron levantados más de 300 pedidos similares contra los guerrilleros que integran la mesa.
La silla vacía es un símbolo en los esfuerzos de paz de Colombia desde que, en enero de 1999, el entonces comandante de las FARC, Manuel Marulanda, dejó desocupado su lugar junto al presidente Andrés Pastrana (1998-2002) en la instalación de diálogos formales entre ambas partes en San Vicente del Caguán, sur del país.
En ese entonces, Marulanda descrito a IPS por un conocedor como "un campesino tremendamente desconfiado y un estratega militar innato" argumentó que las FARC habían descubierto un operativo para asesinarlo en ese acto público.
Según otra fuente en Bogotá, el segundo tema que las FARC expondrán en Oslo es la necesidad de una paz integral, mediante la inclusión del también insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) en una mesa paralela de negociaciones.
Esta guerrilla, surgida en 1964 e inspirada por la Revolución Cubana, tiene menor importancia militar que las FARC, pero mantiene influencia sobre muchas comunidades.
En 2009, las FARC y el ELN sellaron el fin de una guerra entre estructuras regionales de ambas guerrillas, que produjo una ola de refugiados hacia Venezuela y la muerte de combatientes y de civiles.
Ese pacto de paz incluyó el compromiso de no negociar la paz sin la otra guerrilla.
Un comunicado de las cúpulas de las FARC y el ELN fechado en septiembre dio cuenta de una cumbre guerrillera en la que se subrayó la "indoblegable determinación" común de buscar la paz, y "el propósito de hacer converger ideas y acciones". Sin embargo, no se manifiesta la voluntad de que el gobierno y el ELN emprendan diálogos.
La eventual mesa con el ELN avanzaría de manera independiente hasta confluir en una sola, con las FARC, hacia el final de la negociación, cuando se llegue al punto "víctimas", según la misma fuente, quien confirmó a IPS que ya hay contactos gobierno-ELN.
En la cumbre guerrillera se decidió respaldar mutuamente las respectivas agendas de negociación.
Los puntos de negociación con las FARC son cinco: tierra, participación política, cese definitivo de hostilidades con entrega de armas, narcotráfico y víctimas.
La agenda del ELN se refiere a las relaciones de poder, territorio y población, además de recursos naturales y soberanía.
La necesidad de diálogo con el ELN es también aspiración de nuevas redes y coordinaciones civiles que se abren paso con el objeto de incidir en la mesa de negociaciones con las FARC y en las transformaciones posteriores, incluso más allá del pacto de paz que eventualmente se logre.