MUJERES: ONU insta a los hombres a unirse a campaña antiviolencia

Muchas mujeres sufren malos tratos en carne propia, otras conocen el caso de una amiga o escucharon la desconcertante historia de una niña ultrajada. Ante ello, «tenemos que expandir el sentimiento de urgencia e indignación frente a la violencia», exhortó Ana Güezmes en su visita a la capital cubana.

Güezmes, médica y directora regional de ONU Mujeres para México, Centroamérica, Cuba y República Dominicana, apuesta por el cambio que se puede lograr con la incorporación de las nuevas generaciones y los hombres a esta "causa histórica".

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que hasta 70 por ciento de la población femenina mundial sufre maltratos en algún momento de su vida, lo cual constituye "la violación de los derechos humanos más extendida en el orbe".

En su visita la semana pasada a La Habana, la mexicana Güezmes conversó con IPS sobre los desafíos, avances y retrocesos en la lucha contra ese flagelo y la respuesta regional al llamado de la ONU a través de la campaña "Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres", lanzada en 2008 por su secretario general, Ban Ki-moon.

IPS: ¿Qué características distinguen a la campaña Únete?

ANA GÜEZMES: Es un llamado de adhesión a los países en esta causa, no una campaña de comunicación común y corriente. Se basa en tres pilares fundamentales: alto a la impunidad, prevención, sobre todo en la educación y la cultura, y fomento a la responsabilidad de todos los actores sociales.
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Queremos fomentar el sentimiento de urgencia e indignación frente al maltrato, junto a más alianzas.

Además, se multiplican las acciones. Por ejemplo, la ONU conmemora el 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y ahí dan comienzo las jornadas de activismo para hablar sobre la gravedad de este problema hasta el 10 de diciembre, cuando se celebra en el mundo el Día de los Derechos Humanos.

Ahora la Red de Jóvenes Únete impulsa la campaña del Lazo Naranja para dedicar los días 25 de cada mes al tema.

IPS: ¿Cuáles son las prioridades identificadas por México, América Central, Cuba y República Dominicana dentro de Únete?

AG: América Central y República Dominicana establecieron tres líneas de intervención urgente: el feminicidio, la situación de las migrantes y la visibilización de la violencia sexual. Asimismo, priorizan abordar la violencias como una expresión de la desigualdad, muy relacionada con la inseguridad social de sus poblaciones.

El asesinato de mujeres alcanza una magnitud indignante en estas naciones, aunque considero que un solo caso basta para que nos indignemos y hagamos algo. Por ejemplo, el feminicidio en República Dominicana ocurre sobre todo en la familia.

La realidad de las migrantes preocupa por el fuerte impacto en ellas de la trata y explotación sexual. Más de 80 por ciento de las víctimas de estos delitos en la región son mujeres. Todavía sigue siendo muy difícil de aceptar socialmente asuntos como el abuso sexual contra los niños y las niñas, y durante el noviazgo.

En Cuba se aspira a concertar una respuesta colectiva a la violencia de género desde todos los sectores sociales. También, dentro de la actual revisión del modelo económico cubano, se intenta mejorar el acceso femenino a la economía.

IPS: ¿Cómo se incorporan las nuevas generaciones y los hombres en particular a este llamado global?

AG: Los y las jóvenes son la solución. Tienen muchas ventajas culturales y educativas, que pueden ayudar a construir una sociedad con una cultura igualitaria dentro de la gran diversidad étnica, cultural y lingüística de América Latina. Desde el arte, la música y la gestión cultural, están ayudando a decir "no" a la violencia contra las mujeres.

Lograr su participación es fundamental dentro de la campaña. Los jóvenes y las mujeres siguen siendo los últimos en el acceso a los puestos de dirección, de decisión, a la propiedad, el empleo u otro recurso productivo.

La campaña lanza un pedido especial de que los hombres se unan con una voz fuerte en esta lucha. Por ejemplo, una iniciativa ecuatoriana dice que "El machismo mata" y otra, en México, afirma que "Un hombre valiente no es violento".

IPS: ¿Qué iniciativas regionales se implementan para recabar estadísticas sobre la violencia de género?

AG: En los últimos 20 años, América Latina avanzó en cómo medir la violencia y los estereotipos de género. Varios países hicieron módulos, otros aplicaron encuestas y algunos incluyeron preguntas al respecto en estudios más generales. Además, ONU Mujeres trabaja con los institutos de estadísticas de la región para encauzar investigaciones de este tipo.

Este fenómeno suele ocurrir en el hogar y por parte de personas cercanas. Por eso, una gran cantidad de casos nunca llega a los servicios públicos. Según un estudio realizado por ONU Mujeres en cinco países europeos, menos de 10 por ciento de las mujeres denuncian el delito de violencia sexual.

Por esa razón, se necesitan estudios en población para tener constancia del problema y que los registros estén estandarizados, es decir, que dialoguen entre sí los datos recogidos por la policía, las asociaciones comunitarias y las fiscalías, entre otros.

También, se necesita hacer un seguimiento de los patrones de discriminación que persisten en las sociedades pese a tener leyes y políticas que apuntan a la equidad de género.

IPS: Todos los países del área ratificaron la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer. ¿Se ha avanzado en ese sentido? ¿Qué factores pueden provocar retrocesos?

AG: Se han logrado avances. Muchos países tienen un gran potencial en materia de gestión cultural para lograr más transformaciones. Pero todavía constituye un problema de la mayor preocupación.

La violencia es la punta del iceberg de la desigualdad y discriminación que todavía padecen las mujeres. Los logros alcanzados por una sociedad en la equidad de género pueden verse amenazados o retroceder por las crisis económicas, los desastres naturales o las guerras. Un ejemplo de ello está en el aumento del feminicidio en varios países centroamericanos y en México.

Los cambios tienen que ser políticos y, a la vez, culturalmente sostenibles. Vivimos un contexto global muy difícil en materia económica, energética y climática. Ellas, en especial las jóvenes, tienen que participar en la discusión de los desafíos y formar parte de las soluciones.

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