El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, a cuyas negociaciones México se incorporará en diciembre, amenaza con eliminar las últimas defensas del área agropecuaria de este país.
Productores agrícolas de Estados Unidos, uno de los socios futuros del tratado, pidieron a su gobierno negociar la flexibilización de las medidas fitosanitarias que aplica México y que por ello se constituye en la última fortaleza contra el libre ingreso de ese tipo de bienes que compiten favorablemente con los locales.
"México está por entrar a una negociación que desconoce. No tengo un diagnóstico bueno para este país. Esta tratativa tiene el propósito de defender la agenda de Washington", dijo a IPS el estadounidense Timothy Wise, director del Programa de Investigación y Política del Instituto de Desarrollo Global y Medio Ambiente de la Universidad de Tufts.
"Pero solo se busca más liberalización comercial", sostuvo el experto.
El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) cobró vigor en 2006 con sus miembros impulsores, Chile, Brunei, Nueva Zelandia y Singapur. Luego comenzaron negociaciones para incorporar a Australia, Estados Unidos, Perú y Vietnam, en 2008, y Malasia en 2010.
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En junio fueron aceptados para negociar su adhesión Canadá y México, este último había iniciado las consultas con ese fin en noviembre de 2011, como lo indicó entonces el secretario (ministro) de Economía, Bruno Ferrari. También Japón se mostró interesado, pero aún no concretó ningún pedido al respecto.
El TPP ya ha hecho 14 rondas de conversaciones, la última en septiembre en Estados Unidos, y se prepara el encuentro que tendrá lugar en diciembre en Nueva Zelanda, donde se sumará México, un paso esperado ansiosamente por el sector agrícola estadounidense que ve esta instancia como un puente para que se abra totalmente el mercado del país vecino del sur.
El comercio agrícola mexicano quedó virtualmente abierto a Canadá y Estados Unidos a partir de la entrada en vigencia en 1994 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o Nafta según sus siglas en inglés) que los reúne. Sin embargo, hubo algunas excepciones importantes a ese ingreso irrestricto y se fijaron barreras paraarancelarias generales, como las fitosanitarias.
México mantiene un arancel promedio de 21,5 por ciento para el ingreso de productos agropecuarios de fuera del bloque, salvo excepciones como el café y derivados avícolas, cuya importación está directamente prohibida, o los excluidos de otros acuerdos comerciales con países o bloques.
La papa, en particular, está entre las más protegidas, tanto que se permite el ingreso a México desde los demás socios del Nafta, salvo en una franja limítrofe. Este sector quedó fuera del acuerdo por la falta de competitividad de las producciones entre los tres países.
En un comienzo México aplicó un arancel de 272 por ciento para la importación de ese tubérculo de Estados Unidos hasta 2002, cuando se cambió el tributo por barreras fitosanitarias, control que ha permitido detectar la presencia de plagas, como nematodos.
Ya en marzo de 2002, México y Washington firmaron un acuerdo de acceso a mercados, aún en vigor, que permitió el envío totalmente libre de papa fresca estadounidense a una franja fronteriza de 26 kilómetros de ancho que abarca Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, los cinco estados limítrofes de Estados Unidos.
Los productores estadounidenses exportaron 39 millones de dólares de papa a México el año pasado.
Los productores de papa acusan al gobierno de haberlos usado ahora de moneda de cambio para ser aceptado en el TPP. Ante la presión estadounidense, México podría permitir el ingreso de ese producto a todo el territorio nacional a cambio de ser aceptado en las negociaciones de Nueva Zelanda.
"Nadie nos ha consultado, a diferencia de las tratativas de otros tratados. Las presiones de Estados Unidos venían desde 2008 para el acceso total. Pero como no han cumplido con protocolos fitosanitarios, no se les había permitido", denunció a IPS la gerenta general del Comité Nacional del Sistema-Producto Papa (Conpapa), Cecilia Ríos.
Conpapa, constituido en 2002, reúne a productores, comercializadores, investigadores y delegados de gobiernos.
La eventual apertura total pondría en riesgo de extinción a 8.700 productores paperos y un volumen de 900 millones de dólares sembrado sobre 55.000 hectáreas, según Conpapa. Además, las enfermedades de este vegetal pueden transmitirse a cultivos como el tomate, la berenjena, el tabaco y los pimientos.
A diferencia de lo ocurrido en México, el gobierno estadounidense de Barack Obama sí abrió un periodo de consultas públicas entre los interesados en el TPP.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) publicó avisos el 7 de diciembre de 2011 sobre la incorporación mexicana al acuerdo. Los interesados tuvieron plazo para enviar sus comentarios hasta el 4 de septiembre y 17 días después se organizó una audiencia en Washington. El Consejo Nacional de la Papa de Estados Unidos fue uno de los que respondieron a esa convocatoria.
"Muchos de los obstáculos erigidos por México para justificar su incumplimiento del acuerdo de 2003 han sido fitosanitarios, sin estar basados en datos científicos, y no justifican las restricciones al comercio", dijo John Keeling, vicepresidente ejecutivo de ese ente, en una carta fecha el 17 de agosto dirigida al USTR.
Keeling cuestionó que "una falta de avance en el tema de la papa cuestionaría el compromiso mexicano de ser un socio responsable" en el TPP.
Otros sectores agrícolas no se quedaron atrás en sus demandas. Por caso, el Consejo Hortícola del Noroeste (NHC, por sus siglas en inglés) pidió la obtención del acceso fitosanitario para duraznos y melocotones frescos bajo un sistema protocolario sin que se necesite la presencia de inspectores mexicanos para hacer el seguimiento de ese programa.
Asociados al NHC argumentan que, con ese protocolo de control de la Palomilla oriental de la Fruta (Grapholita molesta), exportan durazno a México y albaricoques y melocotones a Canadá con el sistema propuesto al país latinoamericano, según una misiva del 28 de agosto de 2012, rubricada por Mark Powers, vicepresidente del Consejo, y dirigida al USTR.
La plaga "nunca ha sido detectada en cargamentos de fruta" a Canadá o de albaricoques a México, asegura.
Las exportaciones agropecuarias mexicanas superaron los 7.819 millones de dólares entre enero y agosto, mientras que las importaciones se ubican en 7.737 millones en el miso lapso, según cifras del Banco de México (central).
"Si Estados Unidos tuviera algo que perder, México no puede más que perder, porque con otro esquema México podría abrir espacios para políticas de Estado. Y eso no va a suceder", declaró Wise, quien por años ha estudiado la situación del campo mexicano.
"Es un tema no negociable, no es comercial. Vamos a cabildear en el Congreso legislativo para explicarles la problemática y la situación", adelantó a su vez Ríos.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, adscrito a la Secretaría (ministerio) de Agricultura, tiene registros de más de 1.000 embarques de papa estadounidense no aceptados con plagas cuarentenarias, que son todos aquellos organismos capaces de producir daños de importancia económica y/o ambiental y que no han sido detectados en el territorio nacional.
Conpapa patrocinó un estudio sobre el impacto del intercambio en la franja fronteriza y cuyos resultados revelará en las próximas semanas.
El NHC solicitó que USTR y el Servicio Extranjero Agrícola del estadounidense Departamento de Agricultura "trabajen con el gobierno mexicano para posibilitar" cambios regulatorios que permitan el acceso de la fruta.