El enviado de la ONU y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, pidió que cese el fuego en Siria durante la próxima celebración musulmana de Eid al- Adha, o fiesta del sacrificio, mientras la revuelta contra Damasco cumple 20 meses y deja más de 33.000 muertos.
Brahimi efectuó su llamado el lunes 15 mientras visitaba varios países vecinos, divididos acerca del conflicto interno sirio. El diplomático argelino estuvo en Iraq luego de sostener conversaciones con autoridades de Irán, estrecho aliado del presidente sirio Bashar Al Assad.
El enviado de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) dijo en Bagdad que el conflicto sirio representa un peligro para la paz mundial, pero negó que estuviera proponiendo una fuerza internacional para intervenir en el país.
El primer ministro de Iraq, Nouri al-Maliki, pidió en su reunión con Brahimi una rápida resolución de la crisis y reiteró su propuesta de buscar soluciones políticas.
Luego de encuentros con el presidente de Iraq, Jalal Talabani, y con su canciller, Hoshyar Zebari, Brahimi dijo a la prensa que se debatió sobre el conflicto y «el peligro que constituye para su pueblo, sus vecinos y la paz mundial».
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Las autoridades iraníes pusieron énfasis en propuestas de transición política en sus encuentros con Brahimi, pero siempre supervisadas por el presidente sirio Al Assad, dijo el viceministro de relaciones exteriores de Irán, Hossein Amir Abdolahian. Esa condición parece inaceptable para la oposición siria.
Brahimi dijo que aceptaba ideas de todas las partes. «Esperamos que esas ideas se incorporen en un proyecto para poner fin a esta pesadilla que vive el pueblo sirio».
La festividad de Eid al-Adha, prevista este año para el 26 de octubre, marca el momento culminante del peregrinaje musulmán a la Meca, considerado una obligación que cada creyente debe cumplir al menos una vez en su vida.
Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, viajó el domingo 14 a Luxemburgo para dialogar sobre Siria con sus pares de la Unión Europea (UE).
«Discutimos con Lavrov la realidad de Siria en todas sus dimensiones», dijo el secretario británico del servicio exterior, William Hague. «No puedo decir que hayamos logrado progreso alguno», agregó. Moscú se mantiene como firme aliado de Damasco.
Rusia y China han bloqueado más de una vez resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra el gobierno de Al Assad.
Mientras tanto, la UE impuso el lunes 15 un nuevo conjunto de sanciones unilaterales contra Siria, el décimo noveno desde que comenzó el conflicto, en marzo de 2011.
Las autoridades europeas alegan que las medidas se dirigen a personalidades sirias conectadas con acciones violentas contra los manifestantes y a entidades que participan en el suministro de armas que el régimen de Al Assad emplea en la represión.
En Siria, al menos 16 soldados murieron en combates en dos retenes cerca de la capital comercial de ese país, Aleppo, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una red opositora con sede en Gran Bretaña.
Cerca de uno de los puestos de control, los soldados mataron al conductor de un vehículo que transportaba tres toneladas de explosivos que intentó detonar, dijo una fuente.
Aleppo, en el norte del país, es teatro de intensos combates desde hace tres meses, incluso en el centro medieval de la ciudad, considerado patrimonio de la humanidad, donde se han dañado el zoco, antiguo mercado cubierto, y la histórica mezquita de Umayyad, que data del siglo XIII.
Al Assad dispuso la constitución de un grupo que supervise la restauración de la mezquita, informó la agencia estatal de noticias SANA.
Un día después de que las tropas del gobierno retomaran el control del complejo, el suelo seguía cubierto de cristales rotos y cartuchos vacíos. El fuego había destruido algunas reliquias, antiguos tapices y muebles de madera que se usaban para adornar el espacio de oración, y había carbonizado una de las columnatas esculpidas.
En la aldea de Albu Kamal, fronteriza con Iraq, fuego de artillería del ejército que cayó sobre posiciones rebeldes causó la muerte de tres niños, de seis, siete y 12 años. En total, el lunes murieron 48 personas, según el Observatorio.
Durante el fin de semana, tropas rebeldes expulsaron a fuerzas del gobierno de la estratégica localidad de Maarat al-Numan, en la norteña provincia de Idlib.
Jefes rebeldes aseguraron que se trató de «un avance mayor», si bien los combates continuaban en la provincia, pues las tropas del gobierno lanzaron un contraataque para recuperar el terreno perdido en el norte.
Mientras tanto, la Dirección de Manejo de Desastres y Emergencias de Turquía informó que más de 100.000 sirios dejaron su país y buscaron refugio en ese país vecino.
Unos 100.363 refugiados se encuentran en más de 12 campamentos en las provincias turcas fronterizas, según la Dirección, dependiente de la oficina del primer ministro.
Turquía había dicho con anterioridad que tenía capacidad para albergar no más de 100.000 refugiados y había pedido el establecimiento de zonas seguras para proteger a la población siria en su propio territorio.
Funcionarios turcos han indicado, sin embargo, que su país no cerrará las puertas a los refugiados, aun si exceden ese número.
* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.