En los últimos dos años, la producción de mijo alcanzó niveles sin precedentes en Dya, una comunidad rural de la central región senegalesa de Kaolack, donde el Proyecto de Apoyo a las Cadenas de Valor de Productos Agrícolas (PAFA) impulsa dos colectivos de cultivadores.
El PAFA es una iniciativa prevista para seis años. Fue lanzada en cuatro regiones de la cuenca cacahuetera de Senegal: Diourbel, Fatick, Kaffrine y Kaolack. Es un proyecto conjunto del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo para el Desarrollo Internacional de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el gobierno senegalés.
El proyecto brinda financiamiento y capacitación técnica a colectivos que reúnen a productores de mijo, sésamo, sorgo, alubias blancas, verduras y aves.
"Los 7.650 productores que han sido entrenados en esta región son mujeres, jóvenes jefas de hogar, personas con discapacidades, pequeños productores incapaces de garantizarse su propia seguridad alimentaria. Es decir, los más vulnerables desde el punto de vista económico. Han sido elegidos por un comité presidido por el gobernador de su región", dijo a IPS el coordinador del PAFA, Sémou Diouf.
En Dya, 200 personas han sido seleccionadas y organizadas en dos cooperativas, que cultivan mijo en 400 hectáreas.
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Cada uno de los productores hace un aporte de entre 44 y 64 dólares al colectivo, lo que lo habilita a recibir 200 kilogramos de fertilizante y varios elementos de equipamiento agrícola. Cada grupo es apoyado por dos asesores técnicos capacitados en el control de cultivos.
"En 2011 vendimos 30 toneladas de mijo a 190 francos CFA (38 centavos de dólar) el kilogramo, ganando un total de 11.400 dólares", dijo Ibrahima Ndiaye, tesorero de la cooperativa Manko, que agrupa a cultivadores de cinco aldeas.
"En 2011 esperábamos cosechar 800 kilogramos por hectárea. Nos encontramos con un rendimiento promedio de 1,2 toneladas por hectárea. Nunca habíamos cosechado tanto mijo", dijo Ndiaye a IPS.
"Este año, nuestra estimación de una tonelada por hectárea también se vio superada. Así que hemos firmado un acuerdo con un distribuidor para venderle 60 toneladas de mijo" para la próxima, señaló.
La cosecha de mijo de este año empezará en cualquier momento, y Aïssatou Ndiaye, del colectivo Bock Mbotay, considera que Dya ha logrado la autosuficiencia alimentaria.
"Pese a haber sembrado tarde en 2011, tuve una cosecha récord. De hecho, mi familia todavía está comiendo los granos del año pasado", dijo a IPS.
El tesorero de Bock Mbotay, Cheikh Ndiaye, dijo que se espera que la producción combinada aumente de 160 toneladas en 2011 a 200 en 2012, porque este año los almácigos son mejores.
"Hace apenas dos años enfrentábamos penurias porque las cosechas eran insuficientes", observó. Este año, el colectivo tiene un contrato para suministrar 60 toneladas de mijo a un distribuidor.
Omar Guèye, miembro del colectivo Manko, también está feliz. "Nuestros rendimientos nunca fueron tan buenos. Y es gracias a este proyecto", dijo a IPS.
Pero "hubo algunos problemas con la capacitación, porque era difícil acceder a los instructores, y nos enviaron el fertilizante un poco tarde", agregó.
Además de asistir en la producción y el mercadeo, PAFA también ayuda a los productores a instalar graneros para el mijo, que es el alimento básico en esta parte de Senegal.
"Este es un proyecto que contribuye a la seguridad alimentaria y a elevar los ingresos de las personas más vulnerables en las áreas rurales. Estamos viendo excelentes resultados. En Dya, los beneficiarios no solo lograron la seguridad alimentaria, sino que también están vendiendo un saludable excedente", dijo Samba Gaye, encargado de enlace del PAFA en la Agencia Nacional para el Asesoramiento Rural y Agrícola.
Gaye explicó a IPS que un total de 1.020 hectáreas de mijo y 600 de sésamo fueron plantadas por beneficiarios del proyecto en Kaolack y Kaffrine. Del primero se produjeron 1.880 toneladas y, del segundo, 250.
"Tenemos grandes esperanzas para este año, porque la temporada ha sido buena y los cultivos se ven muy bien", dijo.
Madieng Seck, periodista experto en agricultura, cree que este proyecto puede permitir a los cultivadores "volar con sus propias alas".
"Lo mejor que este proyecto puede hacer por los productores es asegurarse de que reciban una buena capacitación técnica, para que puedan mantenerse a sí mismos", dijo a IPS Seck, director del mensuario Agri-Infos.
Ndiaye admitió que no será fácil manejarse por su cuenta, pero se mostró confiado. "Realmente aprendimos mucho de los instructores del proyecto, y estamos listos para tomar las riendas cuando finalice el PAFA", afirmó.