Los 10 años de campaña de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte dieron sus frutos: 140 países dejaron de aplicar el máximo castigo, ya sea por ley o de hecho. Pero este año se registraron algunos retrocesos.
Los países donde no se aplica la pena capital "son abolicionistas o tienen la política de no practicar ejecuciones, no es un fenómeno casual. Representan 70 por ciento de las naciones del mundo", precisó a IPS la activista Jan Erik Wetzel, de la organización humanitaria Amnistía Internacional.
"En 2003, solo 80 países eran totalmente abolicionistas, mientras que en la actualidad ya son 97. Hubo derogaciones o una disminución drástica de las ejecuciones en todas las regiones y sistemas legales del mundo", indicó.
"Asia y el mundo árabe son zona más difíciles que otras para erradicar la pena de muerte, pero se pueden lograr en todas partes", apuntó Wetzel.
Según Amnistía Internacional, la pena capital rige en 14 países asiáticos. Pero 17 de ellos, entre ellos Bután, Camboya, Filipinas, Nepal y Timor Oriental, la derogaron para todos los delitos.
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China, que por lejos es el que más ejecuciones registra, abolió esta práctica para más de 13 delitos, la mayoría económicos.
En Medio Oriente y África del Norte, cuatro de 19 países, son responsables de 99 por ciento de las ejecuciones registradas el pasado año, con un drástico aumento en Iraq, principalmente por delitos de terrorismo, y en Arabia Saudita, por narcotráfico.
También se registró un aumento de las ejecuciones en Gaza, el territorio palestino controlado por Hamás (acrónimo árabe de Movimiento Resistencia Islámica).
Pero Albania, Argelia, Kazajstán, Marruecos, Tayikistán, Túnez, Turkmenistán, Turquía y Yibutí derogaron o redujeron las ejecuciones en forma drástica. En Líbano y Jordania, la cantidad de condenas a muerte se redujo, aunque en menor medida.
"En Túnez y Egipto, después de la Primavera Árabe, nos aseguramos de que la pena de muerte fuera tema de discusión", indicó Wetzel.
"En Túnez sugerimos derogarla y todavía se está discutiendo, pero los indicios no son buenos. Teníamos muchas esperanzas en esos países, pero no se han concretado", se lamentó.
Pero es alentador, según consideró, que Túnez no haya realizado ejecuciones en más de una década, y que el presidente Moncef Marzouki conmutara 122 condenas a muerte en enero de este año. También que en Egipto, al presidente derrocado Hosni Mubarak fuera sentenciado a cadena perpetua.
"La pena de muerte se volvió tema de conversación política cuando antes nadie hablaba de ella. Hay activistas muy comprometidos en ambos países. Desde la revuelta hacen mucho trabajo de base cuyos resultados podrán no verse de inmediato", añadió Wetzel.
"En Egipto, por primera vez, la gente puede participar en la agenda", dijo Amr Issam, de la misión egipcia ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas) a IPS. Añadió que sería difícil para el nuevo gobierno ir contra la mayoría de la población.
"La clave está en generar un diálogo constructivo para alentar a los países a revisar la lista de delitos pasibles de ser castigados con la muerte. Y crear más salvaguardas y un proceso judicial más independiente", propuso.
Los países que mantengan la pena de muerte deben limitarla a los delitos más graves, que se ha interpretado como que es el homicidio, recordó Kyung-wha Kang, alta comisionada adjunta de la ONU para derechos humanos.
La funcionaria habló en una conferencia para celebrar los 10 años de la campaña contra la pena de muerte, realizada esta semana en la sede del foro mundial de Ginebra.
El uso de la pena de muerte por narcotráfico debería ser derogado, apuntó.
"A principios de los años 90 comenzó una colaboración entre la sociedad civil y el gobierno italiano para dictar una moratoria", señaló Emma Bonino, vicepresidenta del senado de Italia, y pionera en la lucha contra la pena capital.
"Muchas organizaciones de derechos humanos se oponían a la moratoria, querían la abolición. Fue una discusión dura. Pero hoy, la gente reconoce que apostar a la moratoria fue un éxito. Todos los países que llegaron a la derogación, primero pasaron por esa etapa", recordó.
Según Amnistía Internacional, muchos países, como Corea del Norte, Irán, Estados Unidos y Yemen realizan numerosas ejecuciones al año, además de las realizadas por China, cuya cantidad se desconoce.
También hay retrocesos, este año Botswana, Gambia, y Japón realizaron ejecuciones. Gambia no había practicado ninguna en 30 años.
Un daño colateral y totalmente descuidado que conlleva la pena de muerte es su impacto en las niñas y niños huérfanos que deja.
"Hay muy pocas investigaciones al respecto", dijo Helen Kearney, de la oficina de los Cuáqueros en la sede de la ONU de Ginebra. "Pero la evidencia muestra graves implicancias emocionales para esos niños, como enfermedades por estrés postraumático y un gran estigma social", añadió.
Kearney criticó la falta de recolección de datos, aun en Estados Unidos, donde no hay ningún programa especial para atender a esos niños.
En algunos países, en especial donde se aplica de forma rutinaria la pena de muerte en casos de violencia doméstica, los niños pueden perder a ambos padres tras lo cual terminan en la calle.
"Queremos reformular este asunto. Se trata de los derechos de niños y niñas y un problema de salud pública, es intergeneracional y afecta a toda la comunidad. Los estados deben asumir su responsabilidad", remarcó.