Los atentados del movimiento islamista Talibán contra escuelas en Pakistán son solo el último ejemplo de una larga historia de ataques contra la enseñanza en este país, principalmente liderados por pashtunes, señaló Samina Afridi, de la Universidad de Peshawar.
"La educación no era algo importante en los siglos XIX y XX. Lo único que cambió en los últimos tiempo fue el modus operandi para ahuyentar a las personas de las escuelas", dijo a IPS esta experta en temas de género.
Las tribus pashtunes se extienden a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán, y superan los 40 millones. Sus sitios tradicionales van desde el río Oxus en Afganistán hasta el Indus, abarcando a la provincia pakistaní de Khyber Pakhtunkhwa (KP) y las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA).
Afridi dijo que los líderes pashtunes hacen creer a la gente que enviar a los niños a la escuela es una forma de atraer la ira de Alá. "Las campañas sistemáticas contra la educación han afectado profundamente a la población tribal crédula", afirmó.
Los líderes pashtunes por lo general piden a los clérigos islámicos que insten a sus congregaciones a abstenerse de la educación moderna, pues consideran eso señal de ser buenos musulmanes.
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"Los que estudian en las escuelas buscan dinero. No hallarán lugar en el paraíso, sino que se hundirán en el infierno", reza un proverbio en pashtún.
El exlegislador Nasreen Khattak, de KP, dijo que aun en tiempos de paz, algo raro en tierra pashtún, no había serios esfuerzos para promover la educación. La población de las FATA ha sido marginada desde el dominio británico sobre el territorio.
"Los combatientes talibanes tienen el peor historial como enemigos de la educación, debido a sus sistemáticos esfuerzos para desmantelar la enseñanza, haciendo estallar las escuelas con bombas", dijo Khattak.
En una campaña que comenzó en 2005, los talibanes destruyeron unas 700 escuelas en KP y en las FATA.
El grupo Tehreek Talibán de Paksitán y otros que operaban en las áreas tribales se atribuyeron orgullosamente los ataques.
"La campaña lanzada contra la enseñanza por los talibanes privó a más de 20.000 personas de educarse, y mantuvo el índice de alfabetización en torno a 22 por ciento en esos territorios y en 54 por ciento a nivel nacional", dijo Khattak.
Las niñas y adolescentes son las principales víctimas, y en las zonas bajo influencia talibán no existe el concepto de educación femenina, añadió.
"Los combatientes del Talibán, según su propia interpretación del Islam, consideran que educar a las mujeres es algo no musulmán", dijo.
Los gobiernos de KP y de las FATA intentan mantener viva la enseñanza, instalando carpas que funcionan como salones de clase.
"Nos sentimos decepcionados por la apatía del gobierno ante la pérdida de infraestructura educativa, pero nos damos cuenta de que no cuenta con ayuda", dijo Shahabuddin Khan, empresario originario de Safi, en la Agencia Mohmand de las FATA, donde no ha quedado en pie una sola escuela.
Khan, quien ahora vive en Peshawar, capital de KP, dijo que él y su familia sienten nostalgia de su tierra de origen, pero no pueden regresar porque allí no hay donde estudiar.
Pocas familias de las FATA pueden darse el lujo de mudarse a Peshawar para darles educación a sus hijos.
La inestabilidad en la frontera con Afganistán en los últimos 25 años destruyó la economía de los pashtunes, basada en la agricultura y la ganadería.
"Los pashtunes se hundieron en la pobreza y no pueden pagar la educación de sus hijos aun si lo quisieran", dijo a IPS la ministra para el Desarrollo de las Mujeres, Sitara Ayaz.
Una respuesta al problema sería promover los temas relacionados con las mujeres en la agenda política nacional, sostuvo. "Si invertimos en educar a las mujeres en las FATA tendremos resultados", señaló.
Pero es más fácil decirlo que hacerlo. "No hay una sola mujer líder política en todas las FATA, aunque la mitad de la población del territorio está constituida por mujeres", señaló Ayaz.
El gobierno federal es consciente de los problemas en las FATA, pero carece de recursos para encontrar una solución. "Hemos instado a la comunidad internacional a que ayude a reconstruir las escuelas para niñas en las FATA destruidas por el Talibán", dijo Ayaz.
Shagufta Malik, legisladora en KP, dijo que las mujeres en las FATA antes eran modernas y liberales, pero la situación "cambió drásticamente cuando el Talibán apareció en escena".
Antes "las mujeres de las FATA se daban la mano con sus huéspedes masculinos y cubrían sus cabezas con un simple chadal (chal)", contó Malik.
"Ahora no pueden presentarse en público a menos que tengan burqa", que les cubre completamente el cuerpo.
Incluso en la provincia de KP, el índice de alfabetización entre las mujeres es de apenas 30 por ciento, dijo Afridi. Con los años, la discriminación contra estas se incrementó, y han quedado rezagadas en la educación, con pocas posibilidades de encontrar empleos decentes.
Akhunzada Muhammad Chittan, legisladora de las FATA, dijo que el gobierno había lanzado varios programas de capacitación vocacional para mujeres, como forma de potenciarlas económicamente.
"Más de 6.000 millones de rupias pakistaníes (63 millones de dólares) han sido destinadas al bienestar social y el desarrollo de las mujeres en las FATA", dijo Chittan a IPS.
Añadió que el gobierno era consciente de los problemas que atraviesan las mujeres en las FATA, y subrayó que la mejor forma de potenciarlas era a través de la educación.