Para la mayoría de la población de Burkina Faso, ir al baño significa ir al monte. Por ello, el gobierno lanzó una campaña para poner fin a esa situación, y recurrió a destacadas figuras para promoverla.
"Es una iniciativa basada en la solidaridad entre personas y comunidades para acelerar la construcción de retretes y terminar con la defecación al aire libre, una práctica generalizada más o menos en todo el país, así como reducir las enfermedades derivadas de la falta de higiene", explicó Halidu Koanda, de la organización no gubernamental WaterAid.
En 2011, WaterAid y el Ministerio de Agua y Agricultura realizaron una encuesta en los pueblos natales de 70 personalidades de distintos ámbitos, legisladores, ministros y expresidentes, pero también empresarios y deportistas.
"Al visitar los pueblos encontramos lo mismo en todas partes, la cantidad de defecaciones al aire libre rondaba 95 por ciento", dijo Koanda a IPS.
"En las zonas rurales no es raro que ciertas personalidades tengan problemas para ofrecer a sus visitas un lugar donde hacer sus necesidades", explicó.
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Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Demografía y Estadística (INSD, por sus siglas en inglés) en 2010, el acceso a un baño dentro de la vivienda es de 3,1 por ciento en todo el país. Casi 10 por ciento de los hogares urbanos tienen retretes, en cambio en zonas rurales la proporción cae a menos de uno por ciento.
"El gobierno y sus socios destinan dinero al saneamiento, pero la cantidad de proyectos terminados cada año no nos permitirán alcanzar los Objetivos de Desarrollo" de las Naciones Unidas para el Milenio (ODM) para 2015, indicó Marie Denis Sondo, directora general del departamento que se encarga de aguas servidas y excrementos en el Ministerio de Agua y Agricultura.
Frente al lento avance en materia de higiene y saneamiento, el gobierno y sus socios lanzaron una campaña nacional de concienciación y movilización en 2010.
Al término de la misma, el gobierno y sus socios habían construido 617.000 letrinas y 13.200 baños públicos a un costo de 120,7 millones de dólares.
Pero los recursos reunidos por el gobierno y los donantes no alcanzan para construir suficientes letrinas y cumplir el objetivo de reducir a la mitad para 2015 la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, observó Koanda.
"Personalidades públicas deben dar apoyo económico para construir letrinas así como parte de su tiempo para crear conciencia y movilizar personas para que se prioricen cuestiones de higiene y saneamiento", dijo Sondo a IPS.
La respuesta a ese llamado vino de bien alto, como el primer ministro, Luc Adolphe Tiao, originario del pueblo de Puni, unos 100 kilómetros al sur de la capital. El alcalde, Dominique Ido, dijo a IPS que la situación allí es más o menos la misma que en otras zonas rurales del país.
"Hay muy pocos hogares con baños propios en el pueblo. Quizá dos por ciento", indicó Ido. "Hay retretes comunales en las escuelas y en otros lugares públicos, pero la gente no los usa de noche. Esperamos poder reunir a la mayor cantidad de personas en torno a esta iniciativa para aumentar la cantidad de baños de aquí a 2015", apuntó.
En agosto, el primer ministro hizo su aporte. "El gobierno decidió en febrero que cada uno debía obsequiar retretes a su pueblo o barrio. Así que construí 30 en el mío, con la esperanza de que ese gesto llevara a otros a hacer lo mismo", relató Tiao.
"El saneamiento se volvió un verdadero problema en nuestro país, y es un indicador importante del desarrollo", apuntó.
Para conseguir fondos, el gobierno y sus socios organizaron una "maratón por el saneamiento" en la radio y la televisión públicas, que recaudó unos 170.000 dólares.
"Es la primera vez, pero fue un esfuerzo exitoso. Ahora el gobierno quiere repetir la iniciativa en cada región para que las personalidades más destacadas de cada una se solidaricen con las autoridades políticas y administrativas, a fin de que la cuestión de los inodoros ya no sea solo un asunto del gobierno", indicó Koanda.
El ministro de Comercio, Arthur Kafando, contó que su aldea, Rayongo, ubicada a las afueras de Ouagadougou, es un área subdividida hace poco y carece de saneamiento.
"Construí una decena de retretes. Quiero ayudar a que la gente comprenda la importancia de este asunto para su bienestar. Así que apelaremos a muchas personas más para que nos ayuden", añadió.