Veintiséis personas murieron y 82 resultaron heridas este sábado 25 al explotar e incendiarse tanques de gas y petróleo en Amuay, parte del Complejo Refinador Paraguaná, en el noroeste de Venezuela, capaz de procesar hasta 950.000 barriles diarios de crudo, según confirmó el gobierno.
Diecisiete de los fallecidos eran efectivos de la Guardia Nacional, fuerza militar cuyo cuartelillo de vigilancia del complejo fue destrozado por la explosión, y entre las víctimas hay trabajadores y vecinos de comunidades cercanas al parque refinador.
Fallas en los sistemas de prevención, control y mantenimiento, según las primeras observaciones de expertos, podrían haber desatado la tragedia. Una fuga de gas, desde una válvula sobre una esfera de 15 metros de diámetro que contenía el fluido, se incendió y provocó los estallidos poco después de la una de la mañana de este sábado (05:45 GMT), según el ministro de Energía, Rafael Ramírez.
"La explosión fue tan fuerte que la sentimos como un terremoto. El cielo comenzó a iluminarse con las llamaradas y a llenarse de humo", dijo a IPS por teléfono Margarita Ramírez, que vive con tres hijos en el sector Los Taques, próximo a la refinería.
Bomberos, socorristas, trabajadores y militares se activaron en las operaciones de rescate de víctimas y control del siniestro al mediodía solo quedaban focos de fuego en algunos tanques y tuberías, y el Ministerio de Salud activó la atención a los heridos en hospitales de la zona y de la ciudad de Maracaibo, unos 150 kilómetros al occidente.
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La gobernadora de la región, Stella Lugo, informó que evalúan daños causados por la onda expansiva en unas 200 viviendas.
Ramírez dijo que Venezuela no invocará las cláusulas de fuerza mayor, que implicarían cese de suministro a los clientes petroleros, y sostuvo que en un par de días la refinería operará de nuevo, pues solo se afectó parcialmente el área de almacenaje, pero no el sector de plantas de procesamiento de crudo.
También afirmó que está asegurado el suministro de gasolina al mercado doméstico, que consume unos 320.000 barriles (de 159 litros) diarios de ese carburante y debe importar entre 40.000 y 50.000 barriles diarios, principalmente de Estados Unidos.
"Sobre eso de operar en dos días tengo mis dudas. Se han afectado tanques de almacenamiento y eso es vital en una refinería", dijo a IPS el consultor petrolero Diego González, un antiguo ejecutivo del grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Como posibles causas del accidente González señaló "el mantenimiento, que es obligatorio, y puede que también los problemas de instrumentación, los instrumentos de medición y control de los tanques donde se informa que ocurrió el percance".
Esos instrumentos "deben ser cargados y descargados a presiones, velocidades y volúmenes muy precisos y bien controlados. Si no están certificados o son suministrados por empresas no certificadas, y si provienen de países que no producen instrumentos certificados mundialmente, la empresa que los use estará en problemas", señaló González.
Un informe de PDVSA sobre sus tres refinerías en el norte de Venezuela señaló que para 2011 se programaron 31 paradas de mantenimiento, pero solo se completaron seis.
El sindicalista José Bodas, secretario general de la Federación Única de Trabajadores Petroleros, pidió que se declare en emergencia operativa toda PDVSA "porque no queremos que nuestros centros de trabajo sigan siendo sitios de muerte".
"No es posible que una empresa que factura más de 100.000 millones de dólares anuales no invierta en mantenimiento y se registren accidentes en los taladros, en las refinerías y en las instalaciones marinas", se quejó Bodas.
El grupo opositor Gente del Petróleo divulgó que en el Complejo Paraguaná se han registrado, en nueve años, 79 accidentes, con 19 fallecidos y 67 lesionados. En el conjunto de la industria durante ese lapso hubo 303 accidentes graves, con 77 muertos y 267 heridos, además de daños ambientales importantes.
En febrero, el reventón de un taladro en el noreste del país derramó decenas de miles de barriles de crudo y contaminó el río Guarapiche, que abastecía el acueducto de la capital regional, Maturín, y la ciudad fue privada de agua durante semanas.
Este accidente de Amuay quizá sea el más mortífero en un siglo de actividad petrolera en Venezuela, después del incendio de tanques de combustible para electricidad en Caracas en la zona de Tacoa, a orillas del mar Caribe, el 19 de diciembre de 1982, que dejó más de 160 muertos, la mayoría bomberos, e incluidos nueve periodistas.
El presidente Hugo Chávez, en comunicación por teléfono con la televisora estatal desde el Palacio de Miraflores en Caracas, decretó tres días de duelo por la tragedia de Amuay, expresó condolencias por las muertes, ofreció ayuda material a las víctimas y dijo que ordenó una investigación acerca del accidente.
El candidato presidencial opositor, Henrique Capriles, quien disputará con Chávez la elección del próximo 7 de octubre, también dio sus condolencias e hizo un llamado a la calma y la serenidad, principalmente a la población de la península de Paraguaná.
Pero el coordinador de la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática planteó "la imperiosa necesidad de revisar, como lo hemos alertado en otras ocasiones, los planes y programas de mantenimiento, de gestión de riesgo, de prevención de accidentes, de contingencia, y la idoneidad profesional para la operación de nuestra industria".
