Dos enfermedades que afectan al banano y a la mandioca ganan terreno en el este de la República Democrática del Congo (RDC), informó la ministra de Agricultura de la provincia de Kivu del Sur, Gisèle Batembo.
El daño es visible en las plantaciones de toda la provincia: el envejecimiento de las hojas es clara señal de la marchitez bacteriana del banano, mientras que las plantas deformes y las manchas en las hojas indican la presencia del temido virus del mosaico de la mandioca.
La caída de la producción derivó en un incremento de la importación de esos dos alimentos básicos desde la vecina Ruanda, así como en un aumento de los precios el último año. Un racimo de banano pasó de dos a siete dólares en menos de un año.
Unas 300.000 familias cultivan banano en Kivu del Sur, y más de 900.000 hogares plantan mandioca tanto con fines de subsistencia como comerciales.
El presidente de la Unidad de Producción de Plantaciones de la Dirección Provincial para la Agricultura, Daniel Rutegeza, subrayó la importancia de estos cultivos para la seguridad alimentaria congoleña.
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El agrónomo informó que la producción de banano en Kivu del Sur en 2009 fue de 450.000 toneladas, cultivadas en casi 100.000 hectáreas. En tanto, la de mandioca llegó a cuatro millones de toneladas en 325.000 hectáreas.
Ante estas enfermedades, los pequeños agricultores aprenden nuevas técnicas para reducir su impacto, dijo Batempo a los participantes de un taller el 6 de este mes en Katana, al norte de la capital de Kivu del Sur, Bukavu.
El encuentro fue organizado para crear conciencia sobre el problema y para discutir soluciones a la rápida propagación de las enfermedades que afectan a los cultivos más importantes de la zona.
En conferencia de prensa en junio, el gobernador de Kivu del Sur, Marcellin Cishambo, confirmó el creciente impacto de esas enfermedades en las vidas de los agricultores.
"La marchitez del banano llegó a Kalehe, al norte de Bukavu, y se propaga rápidamente. Esta enfermedad amenaza las plantaciones de banano en cuatro de los ocho territorios administrativos de la provincia", indicó.
"El territorio de Kalehe es el más afectado: cerca de la mitad de las plantaciones han sido devastadas. En Kabare, en el norte, la tasa de incidencia es de alrededor de 25 por ciento, mientras que, en el territorio de Idjwi, la tasa es de entre 10 y 25 por ciento, y Walungu tiene una tasa estimada entre 10 y 20 por ciento", dijo Cishambo.
Batempo fue la primera en hacer sonar la alarma hace un mes, en su informe de mayo sobre la primera mitad de este año. Tanto la marchitez del banano como el virus del mosaico de la mandioca habrían ingresado a las provincias orientales de la RDC desde la vecina Uganda, donde los agricultores luchan desde hace varios años contra esas enfermedades.
Las señales de la marchitez bacteriana del banano son las hojas marchitas y el amarilleo prematuro del fruto, explicó el profesor Jean Walangululu, decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Católica de Bukavu.
Los cultivos de mandioca de la provincia, dijo a IPS, son atacados por el virus del mosaico de África oriental, cuyo principal vector es una pequeña mosca blanca del género de la Bemisia, extremadamente difícil de controlar.
Las plantaciones afectadas producen hojas deformes y con manchas, tienen un crecimiento atrofiado y generan pobres cosechas.
El virus del mosaico también puede propagarse a través de esquejes u otras plantas infectadas. Rutegeza señaló que el intercambio de plantas entre los pequeños agricultores era uno de los principales factores de la transmisión de las enfermedades.
Ninguna parte de la provincia ha quedado inmune, dijo Cishambo, y señaló que el virus apareció por primera vez en 2000. Desde entonces se han lanzado intensos esfuerzos para combatirlo, sobre todo subrayando la importancia de que los agricultores usen esquejes sanos para nuevos cultivos.
Pero según Cishambo, esto no impidió que la devastación continuara, al punto de que supone una seria amenaza para la seguridad alimentaria de toda la provincia.
Señaló que también había sido detectada otra enfermedad, conocida como virus del rayado marrón de la mandioca. Si bien las autoridades aún vigilan este mal, aun más dañino que el virus del mosaico, todavía no se ha propagado a niveles preocupantes.
El gobernador de Kivu del Sur divulgó 10 directrices clave para frenar el avance de estas enfermedades. La más importante de todas es la que prohíbe la circulación o introducción en la provincia de esquejes de banano o de mandioca procedentes de Ruanda o Uganda. Lo mismo se aplica a Kivu del Norte.
La comercialización y el transporte de ese tipo de material vegetal solo se permite cuando va acompañado de un certificado fitosanitario emitido por el inspector de Agricultura, indicando que el Servicio Nacional de Certificación de Semillas lo considera seguro y sano.
Mientras, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), experimenta un nuevo enfoque para contener la marchitez del banano, que ya ha aplicado en Uganda.
Rutegeza explicó que este tratamiento se basa en la remoción de la yema masculina de las plantas cada dos días.
En abril, unos 150 productores de banano en Bweremana, en el territorio de Masisi, en Kivu del Norte, fueron entrenados en este nuevo tratamiento, informó.
En tanto, Mike Robson, especialista de la FAO en enfermedades vegetales y quien facilitó intercambios técnicos entre Uganda y la RDC, dijo que los primeros resultados de este tratamiento serán conocidos en octubre, antes de su eventual introducción en Kivu del Sur.
En tanto, el ministro de Agricultura de Kivu del Norte, Nzanzu Kasuvita, reconoció que todavía hay mucho trabajo por hacer, sobre todo en la educación de todos los actores y socios en la lucha por la seguridad alimentaria.
Mientras, los enfrentamientos entre el ejército regular de la RDC y los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo, que afecta a partes de Kivu del Norte desde abril, ponen en riesgo la resolución del problema agrícola, señaló.