La muerte en Cuba del opositor Oswaldo Payá, defensor de una iniciativa de cambios denominada Proyecto Varela, fue calificada por disidentes de «pérdida irreparable para el movimiento pro democracia».
El diario oficial Granma confirmó este lunes 23 el fallecimiento de Payá y del también cubano opositor Harold Cepero Escalante en un accidente automovilístico, en el que resultaron con heridas leves otros dos ocupantes del vehículo, el español Ángel Carromero Barrios y el sueco Jens Aron Codig.
"Testigos presenciales" señalaron que el conductor del vehículo en el que viajaban las cuatros personas -"un auto turístico rentado"- perdió "el control y se impactó contra un árbol", añadió el artículo de Granma.
Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo en declaraciones a IPS que para esclarecer las causas del accidente será "crucial" el testimonio de los dos sobrevivientes extranjeros, quienes "están recibiendo asistencia consular".
El activista comentó que, por el mal estado de la carretera en el área del suceso, la probabilidad de que fuera un accidente era muy alta, pero "hay que esperar esos testimonios". Carromero Barrios y Aron Codig ya fueron dados de alta médica en el hospital Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.
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El accidente ocurrió a las 13:50 hora local del domingo 22 en el lugar conocido como Las Gabinas, a 22 kilómetros de la ciudad de Bayamo, provincia de Granma, distante unos 800 kilómetros al este de La Habana.
El periódico, órgano oficial del Comité Central del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), agregó que se investigan las causas del siniestro.
La muerte de Payá es una tragedia enorme para su familia y una "pérdida irreparable para el movimiento pro democracia", afirmó Sánchez.
Los restos del opositor fueron trasladados este lunes a La Habana y a petición de su familia son velados en un templo católico del municipio de El Cerro, donde fueron recibidos con un fuerte y prolongado aplauso por sus seguidores. Al responso fúnebre asistieron representantes del cuerpo diplomático acreditado en Cuba.
Payá, que era coordinador general del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), fue galardonado en 2002 con el Premio Sajarov del Parlamento Europeo, por su defensa de los derechos humanos.
Ese año había logrado notoriedad internacional al presentar en mayo en el parlamento cubano, acompañado de la firma de 11.020 ciudadanos, su Proyecto Varela, en el que pedía la convocatoria a un referéndum por la libertad de expresión y de asociación, una nueva ley electoral, comicios generales y amnistía para los presos políticos.
La iniciativa tomó el nombre del sacerdote católico, filósofo, político y periodista Félix Varela y Morales, uno de los pensadores más relevantes del independentismo cubano del siglo XIX.
El Proyecto Varela saltó a la luz pública en Cuba cuando el expresidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981), de visita en este país del 12 al 17 de mayo de 2002, solicitó que se publicara en la prensa local durante una intervención que se transmitió en vivo por la televisión a todo el país.
En esa ocasión, algunos opositores de grupos diferentes al de Payá consideraron que, con su defensa pública, Carter había hecho abortar la propuesta, porque alimentó la idea de que se trataba de un plan proveniente de Estados Unidos.
Al mes siguiente, unos ocho millones de electores cubanos aprobaron una reforma constitucional promovida por el gobierno que declaró irrevocable el socialismo.
El gobierno considera a los opositores "contrarrevolucionarios" y "mercenarios" al servicio del "imperialismo", desestimando cualquier planteamiento que provenga de ellos, se argumentó entonces.
El profesor de historia de las religiones Enrique López Oliva señaló este lunes que, "con el deceso de Payá, el movimiento de la derecha católica pierde a uno de sus principales dirigentes".
Añadió que el MCL es cercano a los partidos de filiación cristiana conservadora, como el Partido Popular, que gobierna España de la mano de Mariano Rajoy.
López Oliva indicó a IPS que el MCL no tiene similitud, pese a su nombre, con movimientos en América Latina inspirados en la Teología de la Liberación, una corriente progresista y de opción por los pobres de la Iglesia Católica nacida en los años 60.
El opositor fallecido pertenecía a una familia de tradición católica, religión que profesó toda su vida. Dentro del laicado cubano, sostuvo una postura crítica ante el acercamiento impulsado por el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, hacia el gobierno encabezado por Raúl Castro.
"Él pensaba que la Iglesia debía ser más crítica", afirmó el historiador.
En una de las primeras expresiones de condolencia enviadas a la prensa por la muerte de Payá y de su colaborador, la dirección de la revista Espacio Laical de la Arquidiócesis de La Habana reconoció "diferencias en relación con objetivos y metodologías (del MCL) acerca del devenir nacional".
No obstante ello, "deseamos resaltar que siempre lo consideramos (a Payá) una persona honesta, un ejemplar padre de familia, un católico íntegro, un buen cubano y un político que invariablemente actuó de acuerdo a su conciencia y supo conservar su autonomía", se agrega en el texto.
