La mayoría de las familias de los miembros del movimiento islamista Talibán muertos en combate en Afganistán y Pakistán viven en la miseria.
"Las familias de los combatientes piden limosnas para poder comer", dijo Taj Muhammad Khan, maestro en Tank, uno de los 25 distritos de Khyber Pakhtunkhwa, una de las Agencias Tribales Administradas Federalmente (FATA) de Pakistán.
Khyber Pakhtunkhwa es vecina a Waziristán, donde el Talibán tiene una fuerte presencia.
"Nadie nos ayuda", dijo a IPS. "La gente también menosprecia a las familias cuyos parientes se unieron al Talibán y fueron asesinados por el ejército".
El movimiento recluta, en particular, a hombres jóvenes y analfabetos.
Ikramullah Shah, un vendedor de frutas de 28 años, dejó su hogar en Tank en enero pasado.
"Se fue a rezar a la mezquita local pero nunca volvió", dijo a IPS su padre, Abdalá Shah. "En abril, líderes del Talibán vinieron a mi casa después de medianoche a decirme que mi hijo se había convertido en un mártir de la lucha contra el ejército infiel. Ahora mendigo para mantener a sus hijos y a su viuda".
El joven agricultor Shafqatullah, del distrito de Charsadda, murió en Afganistán en junio de 2010 combatiendo por el Talibán. Tenía 21 años y mantenía a sus dos hermanos y a sus padres. "Estamos destrozados", dijo su padre a IPS.
"El Talibán me dio 400 dólares cuando me informó la muerte de mi hijo", añadió. "Me prometieron traerme dinero todos los meses, pero no lo hicieron. Algunas personas nos dan por caridad".
El ministro de Deportes de Khyber Pakhtunkhwa, Syed Aqil Shah, dijo a IPS que los talibanes eran mercenarios que se olvidaban de sus propios amigos.
"El Talibán privó a miles de famillas de su sostén, atrayendo a jóvenes a la militancia y luego dejando desamparadas a sus familias", señaló este funcionario que sobrevivió a tres atentados talibanes.
Al principio, el movimiento le entregaba dinero a los parientes de quienes morían combatiendo por su causa, pero ahora atraviesa una severa crisis financiera, explicó.
La campaña internacional contra el financiamiento al terrorismo afectó al Talibán, en especial a partir de 2008, indicó Syed Aqil Shah.
El Talibán en Pakistán recolecta dinero a través de secuestros, extorsiones a personas ricas y robos a bancos, señaló. Pero "el dinero es insuficiente para que los combatientes puedan mantener a las familias" de los caídos.
El oficial de policía Muhammad Khalid, quien investigó más de una decena de estos casos, dijo que antes el Talibán pagaba una gran cantidad de dinero a las familias de sus combatientes fallecidos.
En el distrito de Bannu, adyacente a Waziristán, la policía descubrió que el movimiento pagó 34.000 dólares a una familia por la muerte de un combatiente en 2005.
Pero en los últimos años, el Talibán dejó desamparados a varios de sus combatientes y sus familias en el distrito de Mardan, en Khyber Pakhtunkhwa, señaló el ministro.
El mecánico Najibullah, de 20 años, fue visitado por unos talibanes en 2009. Al día siguiente, desapareció. En enero de 2011, su padre, Shakirullah, recibió la noticia de su muerte.
Shakirullah dijo a IPS que el Talibán era responsable. "Mi dos nietos ahora sobreviven literalmente de la caridad y de las limosnas que nos dan los ricos".
Habibur Rehman, en el distrito de Nowshera, tuvo una experiencia similar. En abril de 2009, su hijo Gul Rekhan, de 17 años, fue llevado por talibanes cuando se encontraba en un comercio de su aldea.
Tres meses después, Rehman recibió una llamada telefónica en la que se le informaba que el muchacho había muerto en un ataque suicida en Afganistán, que costó la vida a 10 soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
"El Talibán me felicitó por el martirio de mi hijo. Pero desde entonces no puedo afrontar los problemas en mi casa", dijo.