Estados Unidos registró la mayor disminución de contaminación por dióxido de carbono (CO2) en los últimos seis años en comparación con otros países, pese a que a escala mundial la concentración de este gas de efecto invernadero alcanzó cifras históricas.
"Las emisiones de CO2 en Estados Unidos cayeron 92 millones de toneladas en 2011, equivalente a 1,7 por ciento respecto del año anterior, principalmente por el cambio de carbón a gas natural en la generación de electricidad y un invierno excepcionalmente suave, que reduce la demanda", señala un estudio divulgado en su sitio de Internet por la Agencia Internacional de Energía.
"Ahora, las emisiones en Estados Unidos cayeron 430 millones de toneladas, igual a 7,7 por ciento, desde 2006, la mayor reducción de todos los países o regiones. El cambio obedeció a un menor uso de combustibles en el transporte (debido a mejoras en la eficiencia, al mayor precio del crudo y a la crisis económica que hizo disminuir la circulación vehicular) y a un cambio sustancial de carbón a gas en la generación eléctrica", añade.
"Basta para darle a la gente cierta esperanza de que quizá la humanidad no siga empujando al ambiente hacia un contexto de Juicio Final", dijo Bruce Niles, director de la campaña Beyond Coal (Más allá del Carbono), del Sierra Club.
"Obviamente, durante años, fuimos los mayores contribuyentes al recalentamiento global, al parecer liberando cada vez más emisiones. La mayor parte del problema era que iba a seguir empeorando", dijo Niles a IPS.
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"Finalmente, ya no estamos en la situación de no hacer nada. Logramos una reducción superior a la de cualquier país en los últimos ocho años. Por fin nos tomamos en serio el liderazgo. Es una mezcla de acciones del gobierno de (Barack) Obama y de las normas de la EPA (Agencia de Protección Ambiental), comunidad tras comunidad y estado tras estado haciendo su parte", añadió.
Las emisiones de dióxido de carbono por habitante están ahora al mismo nivel que en 1964, según un análisis del periódico Vancouver Observer. Pero eso no significa que la contaminación general sea la de entonces. El promedio por persona es menor, en parte, porque la población estadounidense aumentó desde ese año, indicó Niles.
La campaña Beyond Coal obtuvo varios logros cerrando plantas a carbón y evitando la apertura de otras nuevas.
"Nuestro trabajo contra el carbón comenzó hace una década", indicó Niles. "Estuvimos la mayor parte de los primeros seis a ocho años frenando la construcción de nuevas plantas a carbón. Detuvimos alrededor de 90 por ciento", añadió.
Sierra Club sostiene que impidió la construcción de 169 de las 200 nuevas plantas a carbón previstas. Veintidós centrales fueron construidas, la mayoría antes de que comenzara la campaña nacional, apuntó Niles. Y ni una sola se erigió desde octubre de 2008, salvo una en el sureño estado de Mississippi, y que es objeto de disputas.
A fines de 2009, la campaña comenzó a cambiar su foco y concentrarse en el cierre de las plantas existentes. Unas 112 centrales ya anunciaron su clausura, lo que representa 14 por ciento del total.
Jamie Henn, directora de comunicaciones de 350.org, señaló que una de las razones de que la industria haya abandonado el carbón es la llegada del relativamente barato gas natural.
Pero alertó que es poco probable que el reemplazo del carbón por gas natural ayude con el problema global de la contaminación provocada por gases invernadero en Estados Unidos.
"Parte del quid del desafío es que el gas natural puede reducir las emisiones contaminantes a corto plazo, pero tanto la lógica económica como la del carbón tienen fallas. Hay filtraciones de metano vinculadas con la producción y el almacenamiento del gas natural", explicó Henn.
En términos de daño ambiental, cada partícula de metano es 32 veces tan nefasta como una de dióxido de carbono, pese a que se degrada antes y no permanece tanto tiempo en el ambiente, apuntó.
"Es peor que el carbón porque el metano es un peligroso gas invernadero. Ese es un motivo de preocupación, quizá esta disminución sea leve, pero no se mantendrá la tendencia a la baja (si se considera equivalentes de CO2 como el metano). Esas ganancias se estancarán", añadió.
Los activistas concuerdan en que una de las razones de la contaminación por dióxido de carbono haya disminuido en Estados Unidos en los últimos años es el enlentecimiento de la economía. La crisis, irónicamente, resultó buena para el ambiente.
"Si la producción industrial se dispara otra vez o la gente compra vehículos deportivos utilitarios porque nadan en efectivo", la tendencia a la baja de la contaminación por dióxido de carbono se mantendrá, indicó Henn.
Los activistas también atribuyen la disminución de contaminación a una mayor eficiencia en el uso de los combustibles y a los esfuerzos generales en la conservación y la duplicación del uso de energías renovables, como la solar y la eólica, en los últimos años.
Pero hay mucho más por hacer: más energía solar y eólica, menos carbón y menos gas natural; mayor eficiencia energética, así como en el uso de combustibles y más conservación. Para seguir la tendencia actual y cumplir el objetivo fijado en el Acuerdo de Copenhague, de reducir 17 por ciento los gases contaminantes para 2002, más hogares de Estados Unidos tendrán que revisar su propio consumo.
"El ciudadano europeo promedio usa 50 por ciento menos de carbón que su par estadounidense. Es decir, no viven en la periferia ni usan vehículos deportivos utilitarios. Suelen tener casas más pequeñas", indicó Henn. Suelen "salir más y comprar menos", remarcó.
Antes pudo parecer trivial algo así como de qué sirve hacer sacrificios personales si el problema no hará más empeorar. Pero una de las consecuencias del estudio del Agencia Internacional de Energía es mostrar que las distintas acciones para reducir la contaminación en Estados Unidos tienen un impacto. Eso podría oficiar de motivador para hacer más.
