Científicos especializados en arrecifes coralinos urgieron a los gobiernos a tomar medidas para salvar estos ecosistemas y dijeron que estarán permanentemente de guardia para ayudar a dirigentes políticos y funcionarios.
Sin una acción mundial para reducir las emisiones de dióxido de carbono y mejorar en buena medida la protección local, la mayoría de los arrecifes del mundo serán devastados, y en las próximas décadas se perderán los beneficios que estos brindan a miles de millones de personas.
Esta alerta fue emitida por científicos reunidos en el XII Simposio Internacional sobre Arrecifes de Corales, que se realiza hasta el viernes 13 en Cairns, Australia.
La comunidad científica internacional que trabaja en este tema está 100 por ciento de acuerdo en la urgente necesidad de tomar medidas para proteger los arrecifes. Más de 2.500 expertos firmaron una declaración de consenso a tales efectos, dijo Stephen Palumbi, director de la Estación Marina Hopkins en la Universidad de Stanford, en el occidental estado estadounidense de California.
"Será necesario un fuerte liderazgo por parte de los políticos para hacer cambios a fin de proteger los arrecifes. Queremos que ellos sepan que estamos aquí para ayudar, para aportar la ciencia que apoye esos cambios", dijo Palumbi a IPS.
[related_articles]
Proteger los corales puede significar reducir la pesca, prevenir la contaminación, limitar el desarrollo costero y otras medidas que pueden verse como políticamente riesgosas o difíciles, reconoció. Sin embargo, los científicos están listos para respaldar los esfuerzos locales y mundiales para salvar los arrecifes.
"Tenemos la ciencia para defender esas decisiones. Hay datos muy buenos sobre cómo proteger los arrecifes, y sabemos qué es lo que funciona", señaló Palumbi.
Los mariscos son la principal fuente de proteínas para más de 2.600 millones de personas, dijo Jane Lubchenco, científica marina que está al frente de la estadounidense Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Los corales son el hábitat de muchas especies de peces, además de proteger a las costas de las tormentas.
"Son extremadamente valiosos para la humanidad", dijo Lubchenco en su discurso ante los más de 2.100 participantes de más de 80 países.
"Un estudio de Belice estimó que, sin arrecifes que protejan la franja costera, las tormentas causarían daños por unos 250 millones de dólares", señaló.
En la última década, las amenazas a los arrecifes pasaron "de preocupantes a alarmantes", dijo.
Antes de mediados de este siglo, la mitad de los arrecifes que queden experimentarán una decoloración severa, debido al aumento de las temperaturas oceánicas. Los corales sanos se pueden recuperar si la decoloración no dura demasiado tiempo.
La decoloración, la sobrepesca, la contaminación y las enfermedades han arrasado ampliamente con las fabulosas comunidades coralinas del mar Caribe. La región perdió 80 por ciento de sus corales desde los años 70, dijo Jeremy Jackson, profesor emérito de oceanografía del Instituto de Oceanografía Scripps.
Unas pocas áreas pequeñas y bien protegidas, como las que rodean a la isla de Bonaire, están haciendo las cosas bien, dijo Jackson a IPS. Dicho de otro modo, son solo "los arrecifes coralinos que están demasiado apartados para ser contaminados o saqueados los que lucen genial", agregó.
Sin embargo, en el futuro, la decoloración y la acidificación de los océanos impactarán incluso en los arrecifes más remotos.
El dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural ha vuelto los océanos 30 por ciento más ácidos, descubrieron investigadores hace menos de 10 años.
Los océanos absorben un tercio del dióxido de carbono, lo que enlentece el ritmo del recalentamiento planetario.
La mala noticia es que ahora los océanos son más ácidos, y esto empeorará a medida que se emita más dióxido de carbono.
No hay ninguna discrepancia científica sobre estos puntos. La Declaración de Consenso sobre Cambio Climático y Arrecifes de Corales establece que, al ritmo actual, las emisiones de dióxido de carbono harán aumentar las temperaturas de la superficie marina por lo menos entre dos y tres grados, elevarán el nivel del mar hasta 1,7 metros, reducirán de 8,1 a menos de 7,9 el pH de los océanos e incrementarán la frecuencia y/o intensidad de las tormentas.
Esta combinación de cambios tan drásticos no ocurre desde la última crisis de los arrecifes, hace 55 millones de años, agrega el documento.
De no producirse reducciones importantes en las emisiones de dióxido de carbono, para 2070 las mayores temperaturas y acidez de los océanos dejarán vivos a tal vez apenas 10 por ciento de los arrecifes del mundo, dijo Robert Richmond, presidente de la Sociedad Interancional para el Estudio de Arrecifes y biólogo marino de la Universidad de Hawaii en Manoa.
Los arrecifes se recuperaron de ensayos nucleares en los años 50, por lo que son fuertes, pero los impactos crónicos de la contaminación, la sobrepesca y la sedimentación los debilitan y los vuelven incapaces de soportar brotes de enfermedades, así como la presión que implican la decoloración y la acidificación, agregó.
"Lo que les dejemos a nuestros nietos reflejará directamente lo que hacemos aquí y lo que haremos en los próximos años", resumió.