Nuevas actitudes surgen entre la población de Cuba ante la epidemia del VIH, causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), mientras personas que viven con la enfermedad y seronegativas sensibles a la causa buscan otras vías para disminuir las infecciones en el país.
"La gente no acaba de concienciar la percepción de riesgo, aun conociendo la condición serológica de sus parejas sexuales. Se está teniendo sexo sin protección, porque no importa infestarse", dijo Jorge Brito Echeverría, uno de los más de 300 integrantes del Grupo de Prevención del Sida (GPsida) en esta nación insular.
Conformada por promotoras y promotores voluntarios de salud, esta red de seropositivos y seronegativos trabaja hace unos 20 años en la divulgación de prácticas seguras para detener el avance del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y por la calidad de vida de sus portadores, en un respaldo a los organismos sanitarios gubernamentales.
Las últimas cifras disponibles indican que hasta 2010 se registraron en Cuba alrededor de 14.000 casos seropositivos.
"Se ha perdido el temor al VIH/sida", opinó Brito Echeverría, quien coordina GPsida en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, uno de los 16 puntos de la red. Para él, se debe "seguir trabajando para elevar la percepción de riesgo".
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"Tener VIH resulta difícil, a pesar de que existen los medicamentos", indicó a IPS.
El descubrimiento de la terapia antirretroviral convirtió a esta enfermedad en una dolencia crónica. Quienes la cumplan, junto a múltiples indicaciones médicas como llevar una dieta sana, pueden vivir largos años. Las autoridades cubanas cubren de manera gratuita 97 por ciento del tratamiento en las 16 provincias del país.
"Una de las causas (de la no protección) está en el criterio de: ¡qué me interesa infestarme, si hay medicamentos que me van a mantener vivo durante muchos años!", continuó el activista. Desde 2004 se comenzó a detectar a nivel internacional adquisiciones del virus por el contacto con personas seropositivas conocidas.
En el caso de Cuba, se requiere de estudios más específicos para conocer cuánto y cómo se manifiesta entre su población las llamadas "infecciones no evitadas", que pueden ser "intencionales" y "no intencionales", según los especialistas Angela Gala y Yasel M. Santiesteban, del estatal Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.
La primera clasificación define a los casos "donde se demuestre el deseo manifiesto de infectarse", mientras la segunda describe a aquellos "donde no se logre demostrar el deseo de infectarse y medie una relación con una persona viviendo con VIH conocida", especificaron los científicos durante el IX Evento Científico Nacional de GPsida.
Cada año la red organiza un encuentro de sus integrantes con el objetivo de conocer qué "se está haciendo en el país, las comunidades, los centros de investigación y las universidades". Su última edición se celebró en La Habana los días 6 y 8 de este mes, en el Centro de Atención Integral a Personas con VIH/sida.
Los criterios de portadores de la isla sobre las formas de contagio a través de grupos de discusión fueron llevados a la cita por ambos especialistas. Tras sistematizar las visiones de participantes de Holguín, Santiago de Cuba, Camagüey y la capital, abogaron por nuevos enfoques para analizar los riesgos de infección por el virus.
"Se nos puede estar escapando la epidemia por determinados elementos que, si no tenemos en cuenta y no se investigan, no vamos a dar al traste con la enfermedad ", alertó Santiesteban sobre la pandemia que afectaba al cierre de 2011 a 34 millones de personas en el planeta, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Aplicada a una muestra de alrededor de 3.000 pacientes del sistema de atención ambulatoria en el país, la "Encuesta a personas con VIH/sida, 2009. Una herramienta para la acción" indagó sobre diversas causas de infección. De los sondeados, 3,9 por ciento marcó la opción de por compartir con seropositivos.
También reveló que 0,5 por ciento de los entrevistados quiso contraer la enfermedad, que afecta en su mayoría a los hombres que tienen sexo con otros hombres.
Mientras, hubo 15,8 por ciento que no percibió que tenía posibilidades de infectarse y 13,2 consideró que "el destino le jugó una mala pasada", ante la pregunta sobre el contagio, con opción para varias respuestas.
El informe, publicado en 2011 por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información, señaló que el primer factor de riesgo fue "no haber usado condón en las relaciones sexuales". Por ello, educar a la población sobre sexo protegido y seguro continúa siendo uno de los objetivos claves del GPsida.
Con algo más de 11 millones de habitantes, este país caribeño presenta una prevalencia de la infección de solo 0,18 por ciento en la franja etaria de 15 a 49 años. El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida calificó a ese indicador de "excepcionalmente bajo".
Esta realidad hace más exigente la labor de prevención y resulta más difícil lograr grandes avances, dicen los especialistas. Carlos Aragonés, fundador en 1991 y coordinador nacional del GPsida, explicó a IPS que "se tiene que trabajar muy personalizado" para lograr bajar el número de nuevos casos anuales.
"Lo primero que queremos es entender por qué la gente se sigue infestando", amplió el también ingeniero informático. Por ello, la cita anual de la red constituye "una necesidad más que una voluntad. En este espacio podemos ver si nuestras estrategias son las adecuadas o debemos modificarlas", aseveró.
Entre los principales retos del proyecto figura apoyar a los pacientes con la adherencia terapéutica, que consiste en adaptarse a tomar la terapia antirretroviral. Con ella, "se aumenta la esperanza de vida y se disminuye la posibilidad real de transmisión por VIH. Por eso, es tan importante", amplió el activista.