El ambicioso proyecto Cuatro Balam para manejar y conservar la Reserva de la Biosfera Maya en el norteño departamento de Petén, quedó congelado tras el cambio de gobierno en Guatemala, aseveran ecologistas y organizaciones sociales.
"A mi parecer el nuevo gobierno no quiere retomar" el proyecto, dijo a Tierramérica el activista Javier Márquez, de la organización ambientalista Defensores de la Naturaleza. "Era una iniciativa muy buena porque se estaba comenzando a planificar qué se quería hacer con las áreas protegidas del país".
En varias lenguas mayas, "b'alam" significa jaguar. El nombre Cuatro Balam alude a otros tantos personajes centrales del Popol Vuh recopilación de leyendas del pueblo k'iche' vinculados a los cuatro puntos cardinales.
Lanzado en 2008 por el entonces presidente Álvaro Colom, que gobernó hasta enero de este año, el proyecto aspiraba a intensificar el ecoturismo en la Reserva de la Biosfera Maya, una extensión de más de 21.000 kilómetros cuadrados que comprende parques naturales y complejos arqueológicos como El Mirador, Tikal, Uaxactún y Piedras Negras.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró esa zona reserva de la biosfera en 1990.
Cuatro Balam prometía desarrollar actividades de investigación y conservación en el período 2008-2023, dando un papel activo a las comunidades y a través de inversiones público-privadas.
El turismo debía incrementarse a 1,5 millones de visitantes por año y se realizarían obras de infraestructura, como un tren eléctrico y silencioso con vista panorámica que viajaría por la selva a una velocidad de 16 kilómetros por hora.
También se contemplaba crear la Universidad de la Biodiversidad, enfocada en el estudio del entorno, la clasificación y el registro genético de especies, y el Centro de Estudios Mayas, dedicado a la investigación sobre el pasado de esos pueblos originarios.
"Se involucró a la sociedad civil, sector privado y comunitario, en el fortalecimiento del desarrollo sostenible con el gran objetivo de afianzar el departamento como polo turístico", explicó Márquez.
"Había proyectos de infraestructura grandes que podían alterar la biodiversidad de la reserva de biosfera, como carreteras y grandes hoteles, pero no llegaron a concretarse", agregó.
La Reserva de la Biosfera Maya es un extenso bosque tropical en la zona limítrofe con México y Belice, que alberga miles de especies animales y vegetales e innumerables sitios arqueológicos de miles de años de antigüedad.
Lugares como Tikal y el menos explorado El Mirador son grandes ciudades o conjuntos de ellas, con miles de edificaciones, templos y monumentos.
Esta joya natural y humana está amenazada por actividades como el narcotráfico, el tráfico de personas y de especies, las invasiones de tierras, la ganadería, los incendios forestales y la tala ilegal.
Pero, con la investidura en enero de Otto Pérez Molina, que gobernará hasta 2016, el plan está congelado. Tierramérica no halló ninguna referencia a él en el sitio digital del Consejo Nacional de Áreas Protegidas, ni consiguió respuestas de fuentes gubernamentales hasta el cierre de esta edición.
"No ha habido más movimiento", lamentó Carlos Kurzel, de la no gubernamental Asociación de Comunidades Forestales de Petén, que reúne a 23 organizaciones campesinas e indígenas para el manejo de bosques como medio de subsistencia en ecoturismo y otras actividades.
En el período anterior, hubo "mucha apertura al diálogo con las comunidades, esa fue una de las grandes bondades de Cuatro Balam. Además, se logró aumentar la seguridad considerablemente", dijo Kurzel a Tierramérica.
Mediante una coordinación entre ejército, policía y otras instituciones estatales relacionadas con el ambiente y la sociedad civil, las autoridades intentaron mejorar la gobernabilidad del Petén.
Un resultado fue la recuperación en septiembre de 2011 de 138.000 hectáreas de bosque natural ocupadas ilegalmente, según la oficial Agencia Guatemalteca de Noticias.
Además, "se habló mucho del desarrollo turístico de El Mirador, de la construcción de infraestructura y de promover el turismo, aunque nuestra participación fue muy cautelosa porque nos preocupa que el desarrollo económico beneficie directamente a las comunidades", dijo Kurzel.
Más allá de Cuatro Balam, otras iniciativas buscan generar oportunidades en el Petén.
El Proyecto Mirador tiene el fin de impulsar el desarrollo turístico en ese complejo arqueológico que data del año 1000 antes de Cristo, correspondiente al período maya preclásico, al 250 de esta era.
En el parque se encuentra la pirámide La Danta, considerada la más grande construida por los mayas y la más voluminosa del mundo, con unos 300 metros de ancho por 600 de largo y una altura de de 72 metros, todavía cubierta en gran parte por la selva.
Hilda Morales, coordinadora del proyecto, dijo a Tierramérica que a la fecha se capacitaron 480 personas en gestión de calidad, cultura maya, inglés básico, cocina y otras habilidades, se redactaron reglamentos para el manejo de concesiones forestales y se creó la marca Reino Kan.
El proyecto es ejecutado desde 2009 por la Fundación para el Desarrollo de Guatemala, con una financiación de 1,3 millones de dólares, 70 por ciento entregada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el resto por el propio país. Según Morales, la iniciativa era independiente de Cuatro Balam, si bien el uso turístico de El Mirador era uno de los pilares del proyecto gubernamental.
"Desgraciadamente, cuando cambian gobiernos, muchas iniciativas quedan relegadas", dijo Morales. "La biosfera maya es el área protegida más grande del país , alberga una riqueza invaluable y los retos a los que se enfrenta son grandes", agregó.
Un equipo de arqueólogos conducido por el estadounidense Richard Hansen y el gubernamental Instituto de Arqueología e Historia de Guatemala excavan desde 1987 en El Mirador.
Su trabajo, conocido como Cuenca El Mirador, estudia los orígenes, dinámicas y desaparición de la civilización maya en el norte de Guatemala.
Cuatro Balam, en consenso con las comunidades, "permitió armonizar la inversión pública con la inversión internacional para fortalecer la gobernabilidad y el desarrollo económico en la reserva", dijo Byron Castellanos, de la no gubernamental Asociación Balam.
Esas acciones "deben continuar y no hay necesidad de inventar nuevas iniciativas", dijo a Tierramérica.
* Este artículo fue publicado originalmente el 26 de mayo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.