A medida que más y más países cumplen con las obligaciones del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, los esfuerzos de la industria por socavarlo se vuelven más agresivos.
Por eso, el Día Mundial sin Tabaco, este jueves 31, llama a combatir la interferencia de la industria tabacalera en el diseño e implementación de políticas de salud pública destinadas a controlar la epidemia de tabaquismo.
Esto resulta crucial porque el consumo de cigarrillos es una de las principales causas evitables de muerte y mata a cerca de seis millones de personas cada año, incluyendo 600.000 no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno.
Solamente con una acción rápida y efectiva se puede evitar que el tabaco mate casi ocho millones de personas hasta 2030, más de 80 por ciento de ellas en países de bajos y medianos ingresos.
De modo que hay un conflicto fundamental e irreconciliable entre los intereses de la salud pública y los de la industria tabacalera.
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A pesar del daño causado por el consumo de sus productos, las empresas tabacaleras siguen publicitando sus ventas de manera activa, incluyendo acciones de promoción claramente dirigidas a la población joven.
Para defender sus intereses multimillonarios, una estrategia cada vez más usada por esa industria en el mundo, y en particular en América, es la intimidación a través del litigio o de la amenaza de llevarlo a cabo.
Por ejemplo, en un intento por frenar la adopción de regulaciones estrictas del empaquetado y etiquetado de los productos de tabaco, la industria ha adoptado la táctica de demandar a los países con base en tratados bilaterales de inversión, alegando que estas regulaciones afectan el uso de sus marcas legalmente registradas. Este ha sido el caso de Uruguay y de Australia.
Los intentos de la industria para minar el Convenio también se han dado en otras políticas, como las de ambientes libres de humo de tabaco. Felizmente, la mayoría de los casos de litigio han concluido con la victoria de la salud pública.
Varios tribunales constitucionales en América Latina han resuelto que la libertad de comercio no puede estar por encima de la obligación del Estado de proteger otras garantías fundamentales como los derechos a la vida, a la integridad personal y a la salud, entre otros.
Por eso, es crucial respaldar a los países amenazados porque tratan de proteger sus políticas públicas de la nefasta interferencia de la industria tabacalera, para lo cual hay una serie de medidas efectivas y directrices contempladas en el artículo 5.3 del Convenio.
En el Día Mundial sin Tabaco 2012, y durante todo el año, la Organización Panamericana de la Salud insta a los países de la región a extremar sus esfuerzos en contra de la interferencia de la industria tabacalera.
Los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil pueden y deben respaldar a las autoridades públicas en este esfuerzo común por proteger la vida y la salud de la población.
* Mirta Roses-Periago es directora de la Organización Panamericana de la Salud.