Cientos de tibetanos fueron detenidos por las fuerzas de seguridad chinas en Lhasa, capital de la Región Autónoma de Tíbet, tras la inmolación de dos monjes budistas en protesta contra el control ejercido por Beijing en esa región del Himalaya.
Radio Free Asia mencionó el miércoles 30 que, según una fuente no revelada, unos 600 tibetanos habían sido detenidos tras la inmolación de dos hombres el domingo 27 en la primera gran protesta en cuatro años por la opresión que, dicen, sufren del gobierno central.
Uno de los monjes involucrado murió.
Las detenciones ocurrieron en el marco de noticias de que una mujer tibetana se prendió fuego el miércoles de tarde en la prefectura de Aba, en la sudoccidental provincia de Sichuan, según la organización Free Tibet y Radio Free Asia.
Desde Hong Kong, el corresponsal de Al Jazeera, Steve Chao, informó que se trataba de una mujer de 33 años, con tres hijos y que murió en el acto frente al monasterio.
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«En los últimos años, el gobierno chino reforzó las restricciones sobre esa población al punto que muchos tienen prohibido celebrar las fiestas budistas», apuntó.
«Los expertos estiman que en los próximos meses habrán más restricciones. Pero en vez de afectar la resistencia contra el gobierno chino, hay quienes dicen que unió más a los tibetanos», indicó Chao.
«Las inmolaciones son consideradas como una forma pacífica, aunque horrorosa, de protestar contra la opresión», añadió.
Muertes por inmolación
China tildó de criminales y «terroristas» a quienes se inmolaron, y acusó al líder espiritual Dalai Lama y a los tibetanos exiliados de incitarlos a ello.
Beijing considera un promotor del separatismo al Dalai Lama, refugiado en India desde 1959 tras un levantamiento frustrado contra el régimen chino. Pero el líder espiritual arguye que solo aspira a una mayor autonomía de su territorio ancestral en el Himalaya.
Unos 35 tibetanos se inmolaron desde marzo de 2011 en protesta contra las seis décadas de dominación china sobre esta región, según organizaciones de derechos humanos locales. Por lo menos 27 de ellos perdieron la vida.
Sin embargo, la cifra exacta no puede ser confirmada por fuentes independientes porque los periodistas extranjeros tienen prohibida la entrada al Tíbet.
El secretario de la Comisión para Asuntos Legales y Políticos del Comité del Partido Comunista de China en el Tíbet, Hao Peng, urgió a las autoridades a ajustar el control sobre la mensajería de texto e Internet, lo que refleja los temores del gobierno de que haya disturbios durante las fiestas budistas de un mes, que comenzaron la semana pasada.
Es la última de una serie de medidas del gobierno tendientes a mantener la estabilidad.
«Hao señaló que los problemas causados por las actividades de la camarilla del Dalai Lama persisten, y la situación para mantener la estabilidad sigue siendo complicada y desalentadora», informó el periódico oficial Tibet Daily.
* Este artículo fue publicado en acuerdo con Al Jazeera. FIN/IPS/traen-vf/aj/sw/ap ip hd fe/12)